Villa Martínez, una barriada al oeste de la ciudad de Córdoba, que a decir de sus propios habitantes se acostumbró a la crueldad de la violencia urbana, se encuentra conmocionada tras el crimen de Guadalupe del Valle Balmaceda, una madre de 41 años de edad que recibió tres disparos el jueves por la noche.
Alrededor de las 23, la familia Juárez se encontraba reunida en su domicilio de la calle Filiberto de Mena y Luis Agote.
Los gritos desde el exterior de la vivienda irrumpieron en la noche. “Están quemando el auto”, le dijo a la víctima su pareja, Manuel Juárez (45), según informaron fuentes de la investigación.
La mujer, madre de tres niñas, salió a ver lo que pasaba, decidida a poner fin a una serie de hechos de violencia de los cuales habría sido víctima su familia, según contaron en la zona de los hechos fuentes vecinales.
Pero fue recibida con una agresión aún más violenta: le dispararon tres veces.
Los agresores, que presuntamente serían tres vecinos de la zona, escaparon sin antes dejar de proferir mayores amenazas.
Juárez, aún aturdido por la situación, salió a socorrer a Balmaceda.
Primero sofocó el incendio parcial del desvencijado Renault 12 estacionado sobre la vereda de la vivienda familiar. Luego alzó a la herida y la trasladó hacia el hospital Eva Perón, a escasos kilómetros de distancia del sitio donde se produjo la agresión.
En el hospital, los médicos trataron de reanimar a la herida sin lograrlo. Llegó en estado de inconsciencia y su vida se extinguió en escasos minutos.
El cuerpo presentaba dos heridas de bala en la espalda y una en la boca, según confirmaron los médicos.
De inmediato intervino la Justicia. El fiscal a cargo de la causa, Horacio Vázquez, lanzó una investigación que ya incluyó una gran cantidad de testimoniales gracias a testigos ocasionales del hecho y a los mismos implicados en el hecho, según comentaron fuentes con acceso a la causa.
Vázquez también ordenó a los pesquisas el relevo de todos los rincones próximos a la escena del crimen donde pudiera haber cámaras de filmación, según detallaron los investigadores.
Gracias a las primeras actuaciones, la fiscalía habría logrado identificar al autor material de los disparos y se espera que en las siguientes horas se logre su detención.
Nadie ligado a las investigaciones descartó la posibilidad de que haya nuevas detenciones.
Hasta el momento, se desconoce la imputación que podría caberle al sospechoso que estaría identificado, así como tampoco trascendió su identidad.
El lenguaje de las balas
En la barriada también insisten con la misma idea: hablan de una banda de tres vecinos del sector, que opera en un amplio margen territorial, comprendido por los barrios El Pueblito, Las Flores y Villa Martínez.
Según allegados a la familia Juárez, existiría una rencilla que se remonta a años anteriores, cuando los integrantes de la banda comenzaron a hostigar a la víctima y a sus familiares.
Y a pesar de que aún no se conoce el móvil del crimen, ni de parte de la Justicia, ni tampoco con claridad en los relatos de parte de los vecinos de la familia afectada, surge con insistencia la mención de que los implicados en el crimen acuden frecuentemente a los métodos violentos para dominar el territorio.
Según allegados a los Juárez, son al menos tres jóvenes que se dedican al delito organizado. Sin embargo, el miedo que infunde este tipo de crímenes tiene un impacto inmediato en el silencio de la barriada, que por estas horas siente más temor que ánimo para contar la historia que habría detrás del cruento crimen.
Por su parte, si bien en la fiscalía no se descarta ninguna hipótesis, se impone una línea de investigación que está relacionada a un posible enfrentamiento entre la familia afectada y sus agresores, en línea con lo que se escucha por estas horas en Villa Martínez.
No obstante, fuentes de la investigación subrayaron que aún es muy prematuro como para establecer conclusiones firmes y mantienen la cautela.
La pregunta que ronda por estas horas entre los pesquisas es si los violentos realmente buscaban acabar con la vida de Balmaceda o si el ataque había sido planificado para otro miembro de la familia.
Entre los vecinos consultados no hay dudas: “Estos tres la buscando causarle un mal a esta familia. Se ensañaron con ellos”, dijeron voces del lugar.
En cuanto a la madre de tres hijas, los vecinos no quisieron abundar en detalles. Solo manifestaron que es ama de casa y que “no molestaba a nadie”.
Otra versión, también proveniente de la barriada, dijo que no buscaban a Balmaceda y que el objeto de la agresión podría haber sido su esposo.
La violencia urbana
En la zona donde fue asesinada Balmaceda, de inmediato se reunió un gran tumulto de gente que comenzó, ese mismo jueves por la noche, a repartir señalamientos.
Fuentes allegadas a la investigación aseguraron que se vivieron horas de gran tensión, dado que entre los allegados a la familia y los vecinos que se reunieron tras la balacera quisieron ir a la casa del presunto agresor de la víctima.
Finalmente la intención se disipó. Pero en el lugar crece la preocupación por las posibles repercusiones del caso de sangre.
“Estamos cansados de que cada dos por tres acuchillen a alguien o se escuchen balazos. Alguien tiene que hacer algo, porque todo el mundo está armado acá”, dijo una vecina consultada, que prefirió no ser identificada.
Según estos testimonios, la ola de violencia podría tener secuelas y continuar extendiéndose durante el fin de semana.
