Los esfuerzos de la fiscalía de instrucción de José Bringas están centrados, a 20 días del hallazgo, en un interrogante clave: quién era la mujer cuyo cuerpo fue encontrado dentro del placar del departamento del 3° B de la calle Buenos Aires, en pleno Centro de la ciudad de Córdoba, donde cumplía prisión domiciliaria Horacio Grasso.
Cuando el pasado sábado 5 de julio la Policía descubrió un manojo de huesos humanos envueltos en mantas y atados con sogas, ocultos dentro del mueble del inmueble donde el expolicía cumplía prisión domiciliaria, la investigación comenzó a avanzar, pero con dificultades de todo tipo.
Los restos estaban tan degradados que no ofrecían información genética viable, y ni siquiera se pudo establecer, por ahora, una fecha aproximada de muerte.
Una primera versión indicó que se había hallado una soga alrededor del cuello de la víctima. Pero esta presunción fue desestimada: los cables que envolvían el cadáver habían sido utilizados para “empaquetar” los restos.
No obstante, los forenses trabajan con los huesos hallados y con las piezas dentales para encontrar indicios sobre la posible identidad del cadáver. En la tarea colaboran antropólogos forenses.

En medio de esa escasez de certezas, Bringas inició recientemente un trámite para que especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) intervinieran con técnicas químicas sobre los huesos en busca de datos biológicos, según pudo confirmar La Voz.
Por otra parte, el informe forense definitivo aún no fue entregado, así que toda la pesquisa inicial se construyó sobre estudios preliminares.
Hasta ahora, la única certeza es que se trata de una mujer.
“La autopsia tiene que arrojar algo más”, repiten en los pasillos de Tribunales II, donde el caso se ha transformado en una preocupación inquietante.
No hay nombres. No hay edad. No hay causa de muerte.
Y, aún más desconcertante, nadie ha reclamado el cuerpo.
La nacionalidad de la mujer del placar: una pista que podría ser clave
La falta de un allegado que llore o reclame por esos restos hallados fue alimentando desde el comienzo una hipótesis que con el paso de los días tomó fuerza suficiente entre los investigadores: la víctima podría no ser argentina.
En rigor, algunos sostienen que podría tratarse de una mujer vulnerable de nacionalidad paraguaya, lo que también explicaría la ausencia de reportes de desaparición compatibles en los registros locales.
Ese posible vínculo con Paraguay conecta también con el pasado de la familia Grasso.
Vale recordar que, tras la condena de Grasso por el crimen de Facundo Novillo –que cometió en 2007 y por el cual recibió 27 años de prisión en 2009–, su hermano Javier fue detenido en Paraguay.
En aquel entonces, la Policía lo capturó por “conflictos vecinales”. Ahora, en el presente, los pesquisas creen que Javier tenía acceso frecuente al departamento del Centro cordobés, lo que sumaría sentido a esta relación establecida entre el pasado de Javier en Paraguay y la aparición de una mujer de esta nacionalidad.
Entre los investigadores crece la sospecha de que no sólo Javier tenía una relación fuerte con el país limítrofe: Grasso también habría establecido vínculos con nacionales de Paraguay.
El hallazgo de la mujer en el placar y los esfuerzos desde el inicio
El hallazgo del cuerpo ocurrió en plena feria judicial de invierno.
Pese a ello, un alto funcionario de la fiscalía de Bringas interrumpió su descanso y se habría trasladado personalmente al lugar del hecho, según mencionaron fuentes con acceso a la investigación.
Testigos relataron que su reacción fue de profunda conmoción: la persona se mostró visiblemente afectada por la escena y expresó su preocupación por la cantidad de víctimas que desaparecen sin dejar rastro. “Acá tenemos un cuerpo y no sabemos de quién es”, se la escuchó decir.

Desde ese momento, la fiscalía desplegó todos los recursos disponibles para identificar a la víctima. Aunque hasta ahora los resultados han sido negativos, los pasos dados permitieron ir descartando posibilidades.
Uno de los frentes de investigación que perdió prioridad fue el análisis de las cámaras de seguridad.
El motivo: sin una fecha de muerte aproximada, no hay un marco temporal sobre el cual enfocar la revisión de las filmaciones.
Otro aspecto que sigue en penumbras es la causa de la muerte. Aunque se presume que la mujer fue asesinada, no hay aún elementos concluyentes ni se dictaron imputaciones. La aparición de un cuerpo, subrayan los investigadores, no es suficiente para acusar a alguien.
Vale recordar que Grasso está detenido en la cárcel de Bouwer, tras la revocación de su prisión domiciliaria, porque la Justicia habría encontrado múltiples irregularidades durante su régimen de arresto en el departamento donde fue hallado el cadáver. Sin embargo, el hallazgo de ese cuerpo sucedió a posteriori de esta revocatoria.
Denuncia por abuso sexual contra Horacio Grasso
La situación judicial de Grasso se agravó recientemente por una denuncia por abuso sexual presentada por una mujer de su círculo parental.
Esta investigación está a cargo de la fiscala Ingrid Vago, del fuero de Delitos Contra la Integridad Sexual.
La presunta víctima lo acusa de haberla dopado y atacado sexualmente en el mismo departamento donde recientemente apareció el cuerpo.
El hecho denunciado habría ocurrido en 2022, y la víctima se presentó a denunciarlo en octubre de ese año. Tras meses de inacción, volvió en diciembre de 2023 a ampliar la denuncia.
Recién ahora, y ya con representación legal del abogado Carlos Nayi, la mujer pidió constituirse como querellante en la causa.
La fiscala aún no ha imputado a Grasso ni ofreció detalles sobre la causa, que permanece en etapa de instrucción.
En su entorno, la víctima señaló que nunca fue llamada a declarar ni se le realizaron peritajes. La querella sostiene que, de haberse actuado con celeridad, el hallazgo del cuerpo en el placar podría haberse evitado.