Mientras los siete acusados de integrar una nueva asociación ilícita con fuertes nexos en la Policía de Córdoba, con el ahora exjefe de la Caminera Maximiliano Ochoa Roldán como supuesto cabecilla, ya fueron enviados a la Cárcel de Bouwer, el fiscal Guillermo González continúa con la investigación. El funcionario judicial acumula pruebas, cruza información, busca más damnificados y trata de determinar si hay o no más involucrados, sobre todo uniformados. Para las indagatorias falta tiempo.
La causa detonó el pasado viernes cuando el fiscal lideró con personal de Investigaciones de la Policía una serie de allanamientos simultáneos en Córdoba y otras ciudades.
Los procedimientos fueron con policías (por los recursos móviles y humanos), pero a la investigación González la hizo con un cuerpo de detectives de la Policía Judicial (la DIO).
Según la causa, el ahora excomisario general Ochoa Roldán habría liderado una banda que “resolvía” toda clase de litigios por fuera de la ley: usurpaciones de viviendas, ocupaciones ilegales de terrenos, cobros de deudas, problemas con juicios laborales, conflictos de filiación, entre otros “inconvenientes”. Había abogados policías involucrados, según la Justicia.
El grupo, de acuerdo a la pesquisa, montaba operativos policiales ilegales de toda clase y con recursos oficiales, entre otras mecánicas, para solucionar esos conflictos.
A todo esto, según la pesquisa, utilizaban bases de datos de la Policía Caminera y de otras áreas oficiales para sacar rédito y dinero de esas operaciones absolutamente ilegales, ya que no eran pedidas por la Justicia.
En ámbitos de la causa, los han bautizado como “los simuladores policiales”, en clara referencia a la serie televisiva “Los Simuladores”.
Por ahora, no se han descubierto víctimas que hayan sido golpeadas, privadas de su libertad o coimeadas en Córdoba.
Pero no se descarta que puedan surgir casos de violencia.
Por ahora, tampoco, se han hallados delitos dentro de la operatoria de la Policía Caminera en sí y con el cobro de multas por infracciones.
Pero tampoco se descarta en absoluto.
Para el fiscal González, el exjefe de la Caminera Ochoa Roldán (ya fue echado de la Policía por el Gobierno) era presuntamente el mandamás del grupo.
Según trascendió, entre otras pruebas, en la causa obran audios que lo complican seriamente.
En escuchas o mensajes, se lo oiría y leería dando instrucciones para la realización de presuntas actividades ilegales y hasta aparecería instruyendo a sus cómplices respecto a cuánto dinero cobrar (o habría que pedir) a quienes solicitaban “los servicios” sabiendo que eran ilegales.
Ochoa Roldán no era uno más en Jefatura. Supo ser secretario del jefe de Policía, Leonardo Gutiérrez y era un oficial de alto crecimiento en los últimos tiempos.
Además de Ochoa cayeron presos: su hermano Gastón Miguel Ochoa Roldán (abogado), Gabriel Élido Burkhard (un civil), el comisario inspector Leonardo Javier Torres (director de Asesoría Letrada), comisario inspector Martín Darío Heredia, comisario inspector Jorge Gutiérrez (jefe de Custodia y Protección de Testigos) y el Suboficial Dante Villalba.
Varios de ellos son abogados.
Por ahora, no se conocen sus posiciones defensivas ni las de sus abogados.
Terremoto y jefe “ratificado”
El escándalo con el (ex) jefe de la Caminera y los supuestos cómplices, a la par que se agrega a una imparable serie de graves escándalos en la Policía (y otras fuerzas de seguridad), ha generado otro fuerte sismo en la Jefatura y, por extensión, en el Ministerio de Seguridad y el Gobierno.
Desde el Panal, se indicó que Juan Pablo Quinteros continuará en Seguridad. De hecho, el funcionario mantuvo un reunión de dos horas y media con el gobernador Martín Llaryora, donde se analizó cómo “capear” este nuevo temporal.
Desde Seguridad, se ratificó en su puesto ahora al jefe de Policía, Leonardo Gutiérrez, y a sus dos subjefes, Marcelo Marín y Antonio Urquiza.
El otro subjefe era Alejandro Mercado, pero permanece preso y con prisión preventiva acusado de liderar dos supuestas asociaciones ilícitas.
Eso sí, en el Estado Mayor se esperan algunas modificaciones, sobre todo luego de la caída de Ochoa Roldán, quien precisamente integraba la “cúpula policial”.
“No sólo que Gutiérrez y los dos subjefes están confirmados en sus cargos, sino que el propio fiscal, en la conferencia de prensa que brindó en la Jefatura de Policía, así lo explicó”, expresó el ministro Quinteros, en contacto con La Voz.
De esta manera, el funcionario salió a desmentir una serie de versiones que, en las últimas horas, daban cuenta de “ciclos cumplidos, cansancios y partidas” de altos mandos.
“El fiscal dijo que, a la luz de las pruebas de su investigación, los delitos se cometían por fuera de la Caminera. Se usó información para cometer los hechos, pero no está bajo tela de juicio la labor de esa fuerza. El propio fiscal destacó al jefe y su participación en las reuniones previas para coordinar los operativos y allanamientos. Si estuviera sospechado, ¿hubiera participado?”, expresó Quinteros, quien destacó la labor de Gutiérrez y sus dos subjefes.
Por ahora, Gutiérrez no se ha expresado sobre el último escándalo.
Las detenciones de Ochoa Roldán y de los demás se produjo en una semana cargada de graves novedades para los de azul: por un lado, se conocieron las prisiones preventivas para el exsubjefe Mercado y otros ocho policías; al tiempo que se conoció que un oficial principal había sido imputado por lesiones graves agravadas y falsedad ideológica (mentir) tras haberle sacado un ojo a una chica en una represión en barrio Zepa.
A todo esto, se conoció que al menos un policía fue acusado de haberle robado dinero a una mujer que acababa de ser detenida por un homicidio en Córdoba.
Último escándalo
“Vos les ibas con un conflicto y ellos te lo resolvían, claro que a cambio de tajadas de dinero. ¿Tenías un terreno ocupado? Ellos te lo resolvían. ¿Vos tenías una casa usurpada? Ellos te lo resolvían. ¿Vos tenías un conflicto laboral o de filiación o te debían plata? Ellos te lo resolvían. Todo tenía una tarifa. Montaban un operativo falso, usaban móviles o lo que hiciera falta…”.
Así se refirió una alta fuente de la causa judicial en torno al expediente que tiene como principal acusado al exjefe de la Caminera. Desde la causa se indicó que la presunta banda llevaba tiempo operando, pero no está claro el número de damnificados y las ganancias obtenidas, por ahora.
“A algunas personas que tenían terrenos o viviendas ocupadas, les ‘mordían’ un altísimo porcentaje de ganancia; a otros les cobraban varios miles de dólares… Los montos variaban”, expresó una fuente del caso.
En la pesquisa entienden que hay “muchas cosas más” por develar.
Graves cargos para el exjefe de la Caminera
El fiscal González acusó a Ochoa Roldán, señalado como el presunto jefe máximo del grupo, de los siguientes presuntos delitos: asociación ilícita en calidad de jefe, coacción, extorsión, peculado de servicios, enriquecimiento ilícito y encubrimiento por omisión de denuncia.
