En medio del caos y la desesperación que dejó la histórica y trágica inundación en Bahía Blanca, surgieron historias de enorme valentía y solidaridad. Una de ellas tiene como protagonista a Luciana Marrero, enfermera de neonatología del Hospital Penna, quien ante la furia del temporal y el agua que anegaba el subsuelo donde se encontraba el área de Neonatología, priorizó el cuidado de los 12 bebés internados.
Según relató la propia Luciana a Telefe Noticias, el agua subió rápidamente, alcanzando primero sus rodillas y luego su cintura en el área de neonatología. A pesar de la falta de luz y la peligrosidad de la situación, junto a sus compañeras, decidieron trasladar a los pequeños. Afortunadamente, ninguno de los bebés se encontraba conectado a un respirador cuando se cortó la energía eléctrica.
Así rescataron a los bebés en Bahía Blanca
“Cuando bajamos porque el “Neo” está en el subsuelo ya el agua la teníamos a la rodilla y cuando llegamos ya la teníamos a la cintura y subía muy rápido”, recordó Luciana. Ante la imposibilidad de trasladar a los bebés en vehículos convencionales debido a la tormenta, finalmente recibieron la ayuda de un camión del ejército.

El abrazo con una de las madres
Una de las bebés rescatadas por Luciana fue Amely, de tan solo un mes de vida. Su madre, Zaira Delmiro, vivió momentos de angustia al no poder llegar al hospital debido al avance del agua.
“Me costó un montón llegar y sino hubiera sido por ustedes, yo hoy no la tendría conmigo”, expresó Zaira durante el emotivo reencuentro con Luciana.
Las imágenes del abrazo entre ambas mujeres reflejan la profunda gratitud de una madre hacia quien veló por su hija en un momento crítico.
“Gracias por cuidarla, si no hubiera sido por ustedes Amely hoy no estaría acá. Hubiera sido todo diferente”, le dijo Saira a Luciana, visiblemente emocionada hasta las lágrimas.
Luciana, conmovida, respondió con humildad: “Nada mami, era lo que lo que nos tocaba hacer”.
Sin embargo, su acto de valentía va más allá del deber. Ante la preocupación por la temperatura de los bebés durante el traslado, Luciana y sus compañeras recurrieron al método “copap” (contacto piel a piel) para mantenerlos cálidos.
“Mis compañeras también se la pusieron al pecho y yo también que es un sistema que nosotros le llamamos ‘copap’ que es el contacto piel a piel para que el bebé no pierda temperatura que eso lo tendría que hacer con la mamá, pero bueno su mamá no estaba entonces opté por que yo también soy madre. Tengo cuatro hijos y nada, no lo pensás en ese momento, te ponés en el lugar de mamá”, explicó Luciana.

Zaira, quien reside en un barrio alejado de Bahía, relató las dificultades que enfrentó para llegar al hospital y la desesperación al no tener noticias de su bebé. “Hoyrecién vimos la foto y es muy lindo lo que hicieron. Así que gracias”, manifestó la madre de Amely.
Actualmente, Amely se encuentra bien y recuperándose en otro centro de salud. Su historia y el acto heroico de Luciana y sus compañeras se han convertido en un símbolo de esperanza y resiliencia para los habitantes de Bahía Blanca, demostrando que incluso en las peores tragedias, emergen figuras ejemplares dispuestas a darlo todo por los demás.
“No hay más nada que palabras de agradecimiento porque le salvaron la vida, ella es muy chiquita y pensamos que no iba no iba a resistir”, concluyó Zaira.