La violencia volvió a oscurecer lo que debería haber sido un cotejo deportivo entre clubes que militan en la Liga Villamariense de Fútbol, en este caso en el marco de un partido por los cuartos de final del torneo provincial.
El partido que Alumni de Villa María ganaba 3-2 de visitante en cancha de San Lorenzo de Las Perdices terminó con una inusitada violencia que, según atribuyen dirigentes y jugadores locales, fue provocada por un sector de la “barra brava” de Alumni de Villa María.
Más noticias de Villa María y Villa Nueva
El presidente de la comisión directiva del club San Lorenzo, Paulo Acevedo, declaró a FM Activa que “la barra de Alumni entró y rompió el alambrado que separaba las hinchadas”. También dijo que se pararon detrás del banco de suplentes en el que estaban los jugadores de Las Perdices y les “robaron botines” y otros elementos.
Las dos parcialidades estaban separadas por dos alambrados, que dejaban un pulmón de unos 40 metros de distancia. Pero ambos tejidos fueron derribados cuando promediaba el segundo tiempo del partido.
Acevedo opinó que “deberían haber suspendido antes el partido, cuando la Policía le informó al árbitro que ya no había garantías para seguir”, pero dijo no comprender porqué se continúo con el juego.
Contó también que, como dirigente, estaba a cargo de la venta de entradas para el sector visitantes, y que allí también hubo inconvenientes con los barras, a los que “había que dejarlos entrar” sin pagar ingreso, aparentemente por la violencia que ejercían. “El delegado de Alumni nos dijo que no saben cómo pararlos”, agregó el presidente de San Lorenzo.
Los jugadores de Las Perdices, Julián Romero y Agustín Candelero, declararon a la emisora que “fue bochornoso” y que les robaron botines y canilleras del banco de suplentes. Tuvieron que sacar sus pertenencias del lugar para que no les siguieran robando.
Con los alambrados rotos, piedrazos que se arrojaban entres las tribunas, y jugadores tratando de preservar sus pertenencias, el partido finalmente fue suspendido cuando faltaban 20 minutos para su finalización.
Los ocho policías que estaban en la cancha no pudieron hacer nada para frenar el vandalismo.
Suspendido el cotejo, la violencia continuó fuera de la cancha. Según relató, el mismo dirigente, el colectivo que había llevado a la hinchada desde Villa María se fue antes, y parte de la parcialidad quedó en varada en el pueblo, donde hubo “más de 10 autos rotos y gente golpeada”.
Se difundieron en redes sociales imágenes de vehículos con vidrios rotos y personas con heridas en brazos y cráneo. En videos que circularon por redes sociales se escuchan, además, sonidos similares a detonaciones, que algunos usuarios identificaron como disparos.
El pueblo quedó don restos de piedras y vidrios de autos en varias calles. También hubo destrozo en una plaza.
