Una presunta organización delictiva, especializada en el robo de vehículos contra choferes de transporte por aplicaciones, fue desarticulada en Córdoba capital tras una investigación que demandó meses de trabajo coordinado entre la Justicia y las fuerzas policiales.
El fiscal Juan Pablo Klinger, encargado de la causa, imputó a varios sospechosos aparentemente vinculados a una banda que operaba principalmente en el barrio Colinas del Cerro, zona noroeste de la ciudad de Córdoba, bajo la figura delictiva de “asociación ilícita y robos agravados”, entre otros agravantes.
Según la investigación, los delincuentes solicitaban viajes a través de las aplicaciones Uber y Didi, utilizando perfiles falsos o información de cómplices, para emboscar y atacar a los conductores. En cada caso, los asaltantes se apropiaban de vehículos, de teléfonos móviles y de dinero en efectivo.
Gustavo Facundo Pérez, de 19 años, sería el presunto líder de esta asociación ilícita, según detallaron fuentes con acceso a la causa.
Junto con él habrían operado otras seis personas, incluyendo adolescentes que, por su edad, son inimputables según la ley penal argentina.
La caída de la banda comenzó a producirse el 25 de septiembre, durante un control policial en el barrio Colinas del Cerro. Dos de quienes serían los principales integrantes de la patota intentaron resistirse violentamente.
El arresto permitió a los investigadores vincular a los imputados con los hechos y avanzar con acusaciones por asociación ilícita y robos agravados.
El fiscal logró asociar a todos los sospechosos con los hechos mediante declaraciones de víctimas, de testigos y de vecinos que identificaron el modus operandi de los acusados.
Informes de Uber y de Didi revelaron las cuentas utilizadas para solicitar los viajes, vinculadas a números telefónicos de los imputados.
Además, la fiscalía analizó celulares que habían sido secuestrados durante procedimientos policiales. Allí se hallaron mensajes, audios y fotografías que, para la Justicia, evidenciarían la planificación de los robos y la venta de los bienes sustraídos.
Finalmente, las transferencias bancarias realizadas desde cuentas asociadas a los presuntos eslabones de la patota confirmaron el uso del dinero robado.
Una modalidad en auge
La ciudad capital enfrenta un incremento alarmante de robos dirigidos a conductores de vehículos por aplicación, actividad que está prohibida por la Municipalidad. Estas agresiones suelen ocurrir en barrios de difícil acceso, donde los delincuentes encuentran un campo fértil para operar.
Altas fuentes del Ministerio de Seguridad reconocieron la labor de la Justicia en la persecución de estas bandas delictivas, aunque subrayaron que no es la única de este tipo que opera en Córdoba.
La Policía realiza controles constantes, según destacaron fuentes de la cartera de Seguridad, para perseguir este tipo de delito. Otras veces, explicaron, persiguen los hechos cuando fueron consumados.
Según las autoridades, se teme por un crecimiento de este tipo de organizaciones delictivas que emplean a menores de edad como ejecutores, aprovechando su inimputabilidad.
Además, subrayaron, manejan técnicas tecnológicas para evadir los controles que las propias aplicaciones establecen con el fin de evitar robos.
Los siete sospechosos
En colaboración con diversas brigadas de la Policía provincial, Klinger fue tras una presunta banda de jóvenes y adolescentes que serían los responsables de atraer autos hasta puntos recónditos de la zona noroeste de la ciudad de Córdoba.
Allí atacaban a sus conductores, todos trabajadores de aplicaciones, y los despojaban de sus pertenencias.
Tras rastrear movimientos bancarios, analizar datos de las plataformas de viaje y ejecutar múltiples allanamientos en la zona, los investigadores establecieron que Gustavo Pérez, un chico de apenas 19 años, habría sido el líder de la banda delictiva.
Residía en el barrio Colinas del Cerro y habría tenido, según fuentes con acceso a la causa, un rol organizador dentro de la asociación ilícita.
Para los pesquisas, Pérez coordinaba las acciones delictivas y participaba activamente en los hechos de robo. Entre las imputaciones, se incluyen el uso de violencia y amenazas para despojar a las víctimas de vehículos y de pertenencias.
Un vecino de Pérez, Iván Roy Gutiérrez (37), está sospechado de participar en los hechos de robo como colaborador activo. Para la Justicia, habría sido uno de los principales ejecutores de las acciones delictivas y está acusado de intimidar a las víctimas con armas para garantizar el éxito de los robos.
La hermana de Pérez, Úrsula Sofía Lescano (30), habría tenido un rol esencial en la logística posterior a los delitos, según quedó establecido tras las investigaciones. El fiscal le atribuye la ocultación y venta de bienes robados, además de la coordinación para el traslado de los vehículos.
Otra joven de 19, Brisa Azul Riuli, habría aportado su cuenta bancaria para facilitar transferencias fraudulentas provenientes de los robos, siempre según la investigación, aunque la acusada negó su relación con los demás integrantes de la banda, según detallaron los investigadores. En cambio, para el fiscal, las pruebas en su contra serían contundentes.
Quien habría actuado como el locador de los vehículos ocultos es, para la Justicia, Manuel Meier (30). Según la investigación, también habría participado de manera directa en algunos robos y colaborado con la logística para la distribución de los bienes obtenidos ilícitamente.
Otros dos adolescentes habrían planificado y ejecutado robos. La implicancia de los presuntos miembros de menor edad habría incluido la comunicación con otros cómplices para coordinar las acciones y repartir los bienes robados.
Los robos
La investigación detalla al menos siete robos cometidos entre abril y septiembre de 2024 en Córdoba, con un modus operandi similar. El primer hecho ocurrió el 20 de abril, cuando un conductor de Uber fue golpeado y despojado de su Peugeot 408, de $ 15 mil y de pertenencias en la intersección de José Orortegui y Los Alerces.
El 26 de mayo, en Manuel Amuchástegui al 937, la banda –siempre según la investigación– emboscó a un conductor tras contratar un viaje y le robó otro Peugeot 408. Posteriormente, el 9 de julio, en Los Alerces y José Orortegui, un conductor de Didi fue asaltado y despojado de su Fiat Mobi, de tarjetas y de documentos.
El 13 de julio, una conductora de Didi sufrió el robo de un Fiat Cronos, de celulares y de $ 45 mil en la misma zona, aunque el vehículo fue abandonado. Horas después, los imputados transfirieron fraudulentamente $ 115.256 desde la cuenta de la víctima.
El 31 de julio, un conductor fue amenazado con un arma blanca en Mariano Mansilla y perdió su Fiat Mobi. Días después, el 6 de agosto, un Peugeot 208 fue robado en el mismo lugar. Finalmente, el 24 de agosto, en José Orortegui y Los Cipreses, se sustrajo un Chevrolet Spin bajo amenaza armada.