Fuentes vinculadas a la investigación del doble crimen de barrio Autódromo indican que la Policía habría encontrado en las últimas horas partes de un arma que habría sido utilizada para ultimar a una de las mujeres. Sin embargo, aún se espera el resultado de las autopsias para determinar si una de las mujeres murió de un disparo o mediante otra mecánica.
Los especialistas indican que las lesiones en el cuerpo de una de las mujeres que se presume podrían ser de herida de bala, bien podrían ser también desgarros o cortes propios de la caída del cuerpo al pozo en el que se las encontró el martes.
Los fragmentos de arma encontrados, que serían de una pistola de calibre pequeño, estaban en diferentes puntos de la vivienda ubicada en calle Cabalén al 6500, en el noroeste de la ciudad de Córdoba.
Una parte del arma habría sido enterrada en el fondo de la vivienda, en el espacio que ocupa un precario baño exterior. Otra de las partes estaba en uno de los desagües que tiene la vivienda. Ambos fragmentos fueron identificados a partir de la participación de perros de rastrillaje aportados por la División de Canes de la Policía. Aún no se habrían encontrado todos los fragmentos que permitan completar una pistola.
Los investigadores también encontraron hachas, machetes, masas y punzones enterrados en el fondo de la vivienda, tal como lo habrían descrito los supuestos autores en su confesión inicial. “Hasta ahora todo viene dándose tal y como lo describieron los sospechosos, pero aún así la investigación debe constatar cada una de las afirmaciones de los detenidos”, indicó una fuente cercana a la investigación.
Un elemento que llamó la atención de los investigadores, es que en el patio también habían enterradas bolsas con monedas, aunque no especificaron si las monedas serían de actual curso legal. También había bolsas con monedas en el interior de la vivienda, donde los investigadores encontraron un número importante de dagas y otras armas blancas.
Buscando el móvil
Desde que se conocieron los primeros datos del crimen, los vecinos de barrio Autódromo se encuentran en estado de conmoción. Si bien se trata de una familia que tenía muy poco contacto con el interior, quienes habían tenido algún contacto o vinculación no podían creer el espanto que surgía a medida que avanzaba la investigación.
A partir de los testimonios de una familiar y de integrantes de otra familia que vive en una casa vecina, se cree que en el interior de la familia Castro se vivían episodios de abuso y maltrato. Por ello, la fiscal del fuero de Violencia Familiar, Andrea Martín, ordenó pericias psiquiátricas para los detenidos, con el objeto de determinar si tenían plena conciencia de sus actos al momento de cometer los crímenes que confesaron.
Por lo pronto, todos los datos que los detenidos aportaron a la investigación se fueron confirmando con el avance de las pericias. Nada parece indicar que los autores materiales pudieran ser otras personas, aunque las motivaciones y la mecánica del hecho es lo que más intriga por estas horas a los especialistas de la Policía y la Justicia.
Aunque existe secreto de sumario sobre la causa, la Policía considera que el hecho está esclarecido en términos de quiénes fueron sus autores, aunque aún no se han podido establecer las motivaciones por las que los jóvenes cometieron el brutal crimen.
Los indicios apuntan a una discusión en el seno de la familia por cuestiones religiosas y diferencias familiares, que se desbordó y terminó en el doble homicidio.
Los Castro eran una familia muy aferrada a los preceptos de su religión, y originalmente se dedicaban a la venta ambulante de productos de panificación.
Una semana de conmoción
La causa en torno al doble crimen de barrio Autódromo comenzó luego del que el sábado pasado, los jóvenes Ismael Castro (20) y Esteban Castro (24) fueron detenidos por la Policía junto a otros cuatro menores, cuando caminaban por la ruta de las altas cumbres, camino al valle de Traslasierra.
Los jóvenes indicaron que iban de vacaciones a Mina Clavero, pero los policías desconfiaron de su explicación, y finalmente se llamó a uno de sus tíos para que los buscara. Finalmente, de regreso a córdoba, los jóvenes confesaron que habían matado a Esther Castro (41) quien sería madre de al menos uno de ellos y Sara Castro (39), su tía.
Ismael y Esteban Castro fueron imputados de homicidio calificado y homicidio en concurso real, en tanto que una adolescente de 17 años es investigada por encubrimiento y quedó a disposición de la justicia de menores.
Tras las confesiones, la fiscal Andrea Martín, del fuero de Violencia Familiar de Córdoba, dispuso que los brigadistas realizaran excavaciones durante todo el día lunes en la casa donde residían las víctimas. Finalmente los cuerpos fueron encontrados a 50 metros de profundidad en un viejo pozo de agua en el que también se halló una gran cantidad de prendas de vestir, documentación y carcasas de celulares, mientras que en el interior de la vivienda se hallaron palas, machetes, hachas y una maza.
