El juicio por el crimen de Valentino Blas Correas (17) entra en sus últimas semanas. Este miércoles comienzan las audiencias en las que la fiscalía y la defensa realizarán los alegatos finales. En ellos, los abogados repasarán todo lo dicho y demostrado durante cada jornada, y buscarán convencer a los jurados populares respecto a la culpabilidad o inocencia de los 13 policías acusados.
Dos de ellos, el cabo primero Lucas Damián Gómez (37) y el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), están señalados como autores materiales de los disparos al Fiat Argo baleado en la madrugada del 6 de agosto de 2020, por no detenerse en un control policial. Uno de esos tiros mató a Blas, que viajaba en el asiento trasero del vehículo. Los restantes 11 policías están acusados de haber encubierto el hecho.
Gomez y Alarcón enfrentan una posible prisión perpetua, mientras que los otros acusados podrían tener sanciones de hasta seis años de prisión.
Evitar la nulidad
Cuando el 8 de febrero pasado cuatro integrantes del jurado popular faltaron a la audiencia, se produjo una conmoción general. Sucede que con esas ausencias, solo quedaban el número justo de jurados para que se sostenga el juicio.
Esto es así porque la Justicia convoca a ocho jurados titulares y ocho suplentes, todos están obligados a asistir y si faltan a una audiencia quedan fuera del juicio. Si en algún momento quedan menos de ocho jurados, el juicio es declarado nulo, y debe realizarse otro.
Ante este delicado escenario, los miembros de la Cámara 8° del Crimen resolvieron suspender la audiencia y minutos después aclararon que, de los cuatro que habían faltado, solo dos se apartaban en forma permanente. Uno había indicado que cambió de trabajo y sus nuevas responsabilidades eran incompatibles con el horario del juicio, mientras que otro debería realizarse una operación, por lo que no podría continuar asistiendo a las audiencias. Los restantes dos tenían certificados de salud con cuadros leves que requerían un reposo de pocos días.
La situación también provocó que el Tribunal Superior de Justicia dictara una acordada duplicando el monto que cobran los jurados, que hasta ese momento era de $ 3.300 por día, monto que muchos habían señalado como muy bajo e insuficiente para cubrir el lucro cesante de quienes no podían asistir a sus trabajos para cumplir con la tarea en el juicio.
Las partes del juicio también resolvieron renunciar a la presentación de los testigos restantes, incorporando toda la prueba del expediente para asegurar así un cierre pronto del proceso y despejar el riesgo de que la renuncia de más jurados llevara todo a foja cero. De este modo, los alegatos comenzarán el miércoles con las conclusiones de los acusadores Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo.
Según la hoja de ruta acordada, el viernes será el turno de la querella, mientras que los alegatos de la defensa serían la semana próxima. Luego será el momento de la última palabra, donde Soledad Laciar, madre de Blas, ya adelantó que hablará ante los jurados.
La sentencia podría llegar el 15 de marzo, dos semanas antes de lo inicialmente previsto.
Penas máximas
“Va a haber otro juicio”, indicó Soledad Laciar en diálogo con La Voz. La madre de Blas indicó que lo que sucedió con los jurados le pareció “raro”, pero que entiende que todos quieren que el juicio no se caiga. “Para nosotros sería como empezar todo de nuevo, pero al gobierno tampoco le conviene que el juicio se anule, sobre todo en un año electoral”, afirmó.
Laciar dijo estar sorprendida de lo que sucedió con los jurados, en instancias en las que el fiscal iba a pedir la ampliación de las acusaciones a otros agentes que habían estado esa madrugada en la esquina de Corrientes y Chacabuco, donde los agentes detuvieron el vehículo en el que Blas aún habría estado con vida, agonizando.
Laciar anticipó que la querella pedirá las penas máximas para los imputados.
“La responsabilidad de Gómez está probada, y Alarcón disparó y después plantó el arma, así que está claro que actuó pensando que había matado. Espero que le den la coautoría”, afirmó.
También dijo que pedirán el máximo de pena para los policías que están acusados por encubrimiento.
“Ojalá hablen de violencia institucional”
Soledad Lacia habló respecto a sus expectativas de cara a esta última etapa del proceso que comienza. “Tengo nervios por saber qué se va a decir mañana. La fiscalía ha trabajado muy bien, los jurados están súper comprometidos. Ha sido un proceso largo. Quiero ver qué se dice mañana”, indicó respecto de la audiencia de este miércoles.
También planteó que su expectativa central va más allá del número de años que le den a cada acusado: “Espero que haya una sentencia ejemplificadora, que se hable de violencia institucional y se condene lo que pasó. Para que no vuelva a pasar, porque sigue pasando”.
