A 15 años del asesinato de Nora Dalmasso (51), la Cámara del Crimen número 2 decidió que el el 14 de marzo se iniciará el juicio al viudo Marcelo Macarrón, acusado como presunto autor intelectual del crimen.
Nora Dalmasso fue estrangulada en la cama de su hija en la madrugada del 25 de noviembre del 2007. Su marido estaba en Punta del Este, en un torneo golf, pero según la investigación del fiscal Luis Pizarro, puedo haber contratado uno o más sicarios para que acabaran con la vida de su esposa. Pizarro concluyó, además, que los aspectos sexuales de la escena del crimen y los rumores sobre posibles amantes fueron planificados para despistar.
De acuerdo a lo notificado a las partes, el 11 de febrero se hará el sorteo informático de jurados populares que se sumarán a los jueces Natacha Irina García, Daniel Antonio Vaudagna, (ambos designados en el 2019) y Gustavo Echenique Esteve (juez de Ejecución Penal).
Por la pandemia de Covid -19, que puede provocar ausencias durante el juicio, se sortearán medio centenar de jurados, en lugar de los 24 que se designaban habitualmente.
Para el 18 de febrero está prevista la audiencia de selección, en la que quedarán elegidos 20 ciudadanos, ocho titulares y 12 suplentes. En esa instancia es donde los abogados de las partes interrogan a los posibles jurados para tener garantías de imparcialidad. Allí es donde pueden producirse recusaciones.
Marcelo Brito, defensor de Macarrón, ya adelantó que exigirá “que no formen parte del jurado aquellas personas que tengan una información acabada del caso, y muchísimo menos si tienen una opinión formada al respecto”.
Según lo decretado por la Cámara, el juicio a Macarrón comenzaría el lunes 14 de marzo, salvo que exista algún planteo de la defensa u otra circunstancia que obligue a una postergación.
Caso Dalmasso: observadores claves
Legalmente, los jurados populares pueden ser recusados por las mismas razones que un juez (por ser pariente, por tener amistad íntima o por enemistad manifiesta, etcétera). Pero, además, las partes pueden recusar un solo jurado “sin causa”. En la Justicia de Córdoba hay antecedentes de mujeres apartadas en casos de femicidio por haber participado en marchas organizadas por #Ni Una Menos.
Los 20 jurados populares que resulten seleccionados el 18 de febrero deberán estar presentes en todas las audiencias, por si en algún momento alguno de los titulares padece un problema o debe ser aislado por Covid-19. El que falta un día queda excluido.
Durante las audiencias, no pueden formular ningún tipo de preguntas, asisten como observadores. Además, ellos no tienen acceso al expediente, salvo aquella prueba que se incorpore por su lectura en el momento de la deliberación. Su función en el juicio es escuchar todo lo que se ventila para luego decidir si el imputado es inocente o culpable.
El delito que se le imputa a Macarrón es “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y promesa remuneratoria” (artículo 80, inciso 1, 2 y 3 del Código Penal), que tiene como pena la prisión perpetua.
¿En cinco minutos?
Desde aquella tarde lluviosa del 26 de noviembre del 2007 en que Nora Dalmasso fue encontrada asesinada en su casa de la Villa Golf, el expediente pasó por instancias inimaginables.
La causa tuvo tres imputaciones fallidas (Rafael Magnasco, Gastón Zárate, Facundo Macarrón), estuvo parada durante muchos años (a la espera de informes del FBI, por ejemplo) y las hipótesis más disímiles sobre el móvil del crimen.
Pizarro, el fiscal que envió a Macarrón a juicio dejó sentado que, además del autor material no identificado, el viudo habría tenido otros cómplices que se habrían favorecido política y económicamente del homicidio. Pero nadie investigó a esos posibles adláteres en los últimos años y en noviembre, quedó prescripta la posibilidad de hacerlo.
La acusación interpreta que el viaje a Punta del Este fue “una coartada” y que la contratación de sicario no individualizado “surge evidente, si se repara en la profesionalidad expuesta por parte de quien ejecuto el hecho, toda vez que sin dejar huella alguna –ni dactiloscópica, ni genética- efectuó en el plazo de cinco minutos un homicidio, utilizando para ello un elemento de uso personal de la víctima (cinto de la bata de Nora Dalmasso)”. “Siendo así las reglas de la lógica y la experiencia permiten razonablemente deducir que nadie efectúa de tal modo y con esa precisión semejante acto de crueldad a cambio de nada, sino que lo hace a cambio del pago de un precio, o de una promesa remuneratoria”, concluye.
A fines del año anterior, Facundo Macarrón envió una carta a los medios en defensa de su padre, Marcelo Macarrón. “Fuimos victimizados por los sucesivos fiscales de instrucción: sea por un accionar torpe, desconsiderado y cruel, como fue el caso de las imputaciones de papá y la mía; sea por la omisión en el cumplimiento de sus deberes de funcionarios públicos, negándose a investigar la verdad a punto tal que en algunas ocasiones no se aceptaron pruebas que ofrecimos para colaborar con la Justicia”, expresó.
Y entre otros cuestionamientos, agregó: “En su momento, mi papá decidió no apelar el pedido de citación a juicio porque tenía la esperanza de que el juicio se realizara rápidamente y se lo absolviera ante la falta de pruebas, y con esto se pudiera seguir otras líneas investigativas para poder descubrir al verdadero culpable, ahora resulta que queda como único rehén de la causa”.
