A 15 años del asesinato de Nora Dalmasso (51) este lunes jurarán los jurados populares y se leerá la acusación contra Marcelo Macarrón. En la Cámara del Crimen Número 1 de Río Cuarto, el viudo será juzgado como autor intelectual de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y precio o promesa remuneratoria.
El primer día del juicio oral y público, el fiscal de Cámara, Julio Rivero, y el defensor, Marcelo Brito, presentarán su “teoría del caso”. Luego, le ofrecerán al imputado la posibilidad de declarar en su defensa.
Durante el juicio, los ocho jurados populares titulares (y 16 suplentes) sólo pueden observar lo que sucede en las audiencias, no pueden interrogar ni a testigos ni a peritos. Su voto vale igual que el de los otros dos jueces técnicos. El presidente del Tribunal, Daniel Vaudagna, sólo vota en caso de empate.
Los jurados deben decidir “si está probado con certeza el hecho contenido en la acusación” y si Macarrón es culpable.
La pieza acusatoria dice lo siguiente: “En fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del día veinticinco de noviembre de dos mil seis, Marcelo Macarrón en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, por desavenencias matrimoniales de parte de Macarrón y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica del estrépito de la eventual muerte, planificó dar muerte a su esposa Nora Dalmasso”.
Se interpreta que Macarrón “valiéndose de coartadas previamente organizadas, de la certeza tanto de la ausencia de los demás integrantes de la familia, como de la presencia, sola en su domicilio de Nora Dalmasso, contrató una/s persona/s para dar muerte a su esposa, por precio o promesa remuneratoria”.
El texto redactado por el fiscal Luis Pizarro acusa al viudo de suministrar al sicario información de su casa y dice que “presumiblemente le entregó un juego de llaves, eligiendo como fecha para llevar a cabo su empresa delictiva el último fin de semana de noviembre en el que se disputaría un torneo de golf en la República Oriental del Uruguay, al que concurriría junto con amigos, con la finalidad del éxito de su plan delictivo y despejar cualquier posibilidad de sospecha sobre su persona”.
El fiscal cree que mientras Nora Dalmasso y sus amigas cenaban en un bar, “al menos una persona se hizo presente en el domicilio” de la víctima, a la espera de su llegada.
Sostiene que después de que Dalmasso volvió a su casa, a las 3.15 del sábado, “el homicida para realizar su accionar sin riesgo para sí y aprovechándose de la indefensión de la víctima, aguardó que ésta realice su rutina previa al descanso y abordó a Nora Dalmasso una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija”.
Pizarro agrega: “Cumpliendo el plan delictivo acordado previamente con Macarrón y sus adláteres”, el sicario tomó a Dalmasso del cuello, “ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa”.
“Acto seguido, utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia mecánica. Finalmente, probablemente y como parte del plan criminal, ordenó la escena con la finalidad de simular un hecho de índole sexual, tras lo cual se retiró del lugar, sin dejar rastro alguno de su persona”, concluye la descripción del hecho.
Si Macarrón es hallado culpable, los jueces técnicos deben resolver si mantienen o no su libertad. Puede ocurrir que dispongan su detención inmediata por la condena a prisión perpetua o que no sea detenido hasta que el fallo esté firme.
