Un capítulo misterioso de los primeros meses del caso Nora Dalmasso vuelve a cobrar relevancia. En los últimos días, declaró en la Justicia Mariana Azar, riocuartense, esposa del exagente especial del FBI Stephen Walker y directora de IFPC Internacional Group Inc.
Todo lo publicado sobre el caso Dalmasso
Se trata de una agencia privada que, en el 2007, hizo una investigación paralela del resonante homicidio de la villa Golf Club. El informe de IFPC recién fue incorporado ahora al expediente.

Azar declaró ante el fiscal Pablo Jávega y explicó por qué, hace 18 años, sugerían profundizar la investigación en torno al actual imputado Roberto Marcos Bárzola y también a su jefe, Walter González.
Azar contó a este diario que, en el 2007, ella entregó “en mano”, las conclusiones al por entonces fiscal General de la Provincia Darío Vezzaro. Pero no lo sumaron a la causa.
Como se recordará, tras la absolución del viudo Marcelo Macarrón en 2022, en una “investigación por la verdad”, el fiscal Jávega detectó ADN de Bárzola en ocho muestras del cinto con que estrangularon a Dalmasso, así como también en un vello hallado en la entrepierna de la víctima.
En diciembre último, Bárzola fue imputado como sospechoso de abuso sexual seguido de muerte.
Por los años transcurridos, su defensor pidió enseguida la prescripción de la causa y aún está abierta esa batalla legal.
En su momento, no se incorporó el informe de Walker, supuestamente porque no se conocía quién lo había encargado. En las últimas horas, Azar terminó con el misterio. Reveló que fue Daniel Lacase quien les encomendó la investigación paralela y les proveyó de todas las copias del expediente. Contó que en su juventud, había trabajado en Río Cuarto para el abogado, vocero de Macarrón.
Admitió que como Lacase estaba cuestionado, en su momento prefirió no revelar que él les había pedido analizar la causa. Aseguró que la agencia accedió a trabajar “pro bono” (gratis), por la trascendencia social del caso. Y se acordó, “en un contexto de libre expresión de criterio, que se presentarían los resultados directamente a las instancias jurisdiccionales”. “Nosotros no íbamos a encubrir a nadie, los resultados los entregamos en mano directamente al fiscal General”, dijo Azar.
Walker, exagregado jurídico del FBI para el cono sur, hoy no está bien de salud. Azar fue citada en Tribunales a pedido de la querellante, abogada de Facundo Macarrón, Mariángeles Mussolini. Esto habló con La Voz.
Sospechas
-¿Cuál fue la conclusión de su investigación hace 18 años?
-Nosotros analizamos la causa como un “caso frío”, con copias de las constancias del expediente. Teníamos un grupo multidisciplinario de unas siete personas, unos se concentraban en la escena del crimen; otros en las características de las declaraciones de las amigas; otros, de los empleados. Yo hacía el análisis criminal y Stephen nos supervisaba. Usamos una metodología clásica de la investigación que es lo que me parece que no usaron en la Justicia. Ahí dimos con testimonios esencialmente contradictorios: de Bárzola y los de su jefe, González (colocadores de parqué). Había un testimonio de un vecino que corroboraba que estas dos personas estaban mintiendo. Bárzola admite que en la mañana del crimen ingresó a la casa, dice que la reja estaba abierta, que se metió debajo de un alero con su moto y tocó la puerta. Eso sumado a las constancias de que no había cerraduras forzadas, a que estaba apagada una luz que solían dejar prendida, nos dio un rango horario. Nosotros detallamos las contradicciones de sus testimonios, su conocimiento de que la víctima estaba sola, las declaraciones de la madre sobre una discusión de Nora con el colocador de pisos, y que según las declaraciones de Macarrón y de la pedicura, Marta Barena, Nora había pedido que no fuera nadie a trabajar el sábado. Sospechoso era todo. Había un cúmulo de indicios por eso se sugirió desarrollar esa hipótesis no contemplada en la causa. Hubiera sido el momento para sacarles ADN, tomar testimonios de su entorno…
-¿Cuál fue el móvil del crimen de Nora Dalmasso?
-Para nosotros siempre fue el escenario de una violación, lo del sexo consentido nunca nos cerró. Era el cuadro típico de una violación con una víctima posiblemente paralizada, por eso no tenía signos de defensa. El homicidio, estrangulamiento manual y con el cinto de la bata, fue para encubrir otro delito: la violación. Son dos crímenes aberrantes. Aplicar la prescripción en estos casos sería tremendamente inconstitucional.
-¿Por qué no tuvieron en cuenta su hipótesis hace 18 años?
-En dos palabras: razones políticas. Creo que hubo una combinación, no intencional, de cobardes y cretinos. Siempre acordarme de esto fue una tremenda frustración. Nunca en la vida dudé de Marcelo Macarrón. Además, las hipótesis del vuelo, del sicario, fue todo tan absurdo. Cuando (en junio del 2007) lo imputaron a Facundo Macarrón yo me enteré en Washington, por los medios. Fue como un balde de hielo (…). No podía creerlo. Es más, me sorprendió muchísimo que Vezzaro nunca más me hubiera llamado. Porque estaba re entusiasmado cuando le presentamos el informe. Decía: “Lo encontraron”. Nos preguntó si teníamos sistema para cruzar llamadas y le dijimos que sí, pero no se volvió a comunicar. Cuando nos pide el informe, Lacase ya no estaba como abogado de la familia, se había apartado. El mismo día que le dimos la copia a Vezzaro se la dimos a los abogados Tirso Pereyra y Sonzini Astudillo. También ya había sido “el perejilazo”.