Claudio Contardi, el exmarido de Julieta Prandi, condenado a 19 años de prisión, fue trasladado a la Alcaidía Nº 3 de Melchor Romero, una cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense. Tras la detención, el nuevo abogado del ahora condenado, solicitó prisión domiciliaria.
El pedido fue presentado por su nuevo abogado, Fernando Sicilia, a través de un hábeas corpus en el que argumentó que la detención era “arbitraria e ilegal” porque la sentencia no está firme y no existiría riesgo procesal.
La Justicia negó la solicitud de la prisión domiciliaria y el acusado continuará detenido en una cárcel común.

También sostuvo que su cliente había sido padre de una beba el 19 de julio y que su pareja atraviesa un cuadro de depresión, invocando la perspectiva de género y los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Sicilia, habló frente a los medios y argumentó: “No solo que Contardi se mantuvo a derecho y estuvo los cinco años que duró el proceso, sino que además a él no lo tuvieron que ir a buscar a la casa, a él lo llevaron esposado del tribunal. Fue, se presentó, nunca se quiso profugar y, además, tiene circunstancias personales como la hija y la salud de la mujer que atender”.
La Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal Departamental rechazó el planteo por considerar que debía tramitarse por la vía recursiva ordinaria y que la detención no es ilegal, ya que fue ordenada por el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana, que dictó la condena.
Frente al temor expresado por Prandi sobre el riesgo que involucraría una prisión domiciliaria, el abogado desestimó cualquier situación conflictiva posible: “La tobillera electrónica tiene un sistema por el cual el Servicio Penitenciario le da aviso a la comisaria, en segundo lugar estaría en un barrio cerrado y en tercer lugar, en el último tiempo no tuvo ningún tipo de contacto con la denunciante”.
Julieta Prandi se declaró frente a la posibilidad de nuevas apelaciones o pedidos por parte de Contardi: “Tengo mucha esperanza en que la Justicia no va a aceptar pedidos ridículos”. “Ahora plantean absurdos con tal de anular un juicio, el cual me costó sangre, sudor y lágrimas tener que atravesar”, concluyó.