Un mes y 10 días después de la desaparición de Lian Gael Flores Soraire, el niño de 3 años cuyo paradero sigue siendo un misterio desde el 22 de febrero, la Justicia dio un paso clave en la investigación: la reconstrucción de los hechos en el predio donde el pequeño fue visto por última vez.
Bajo la coordinación de la fiscal federal María Virginia Miguel Carmona, un equipo interdisciplinario de fiscales, peritos y fuerzas de seguridad repasó minuciosamente los movimientos de las personas que estuvieron en el cortadero de ladrillos aquel sábado de febrero, cuando Lian desapareció durante la siesta.

La medida, realizada la semana pasada durante dos jornadas (lunes y viernes), buscó “rearmar la estructura de horarios y posiciones” de los presentes en el predio –dividido en cuatro casas– durante la ventana horaria crítica: entre las 13.30 y las 17, cuando los padres notaron su ausencia.
“Fue un paso necesario para la causa, que nos permitió ver a los protagonistas in situ y saber dónde estaban parados ese día, quién los vio y cuáles eran las posiciones exactas de cada uno. A estas escenas se les tomaron fotos con drones”, explicó Miguel Carmona en diálogo con La Voz.
La fiscalía detalló que en la primera etapa (el jueves) se focalizó en los ocupantes de la “casa 1″ y en quienes ingresaron al predio en vehículos: cuatro personas en una Suran y dos en una camioneta blanca, todas identificadas mediante cámaras de seguridad ubicadas en el acceso a la localidad del departamento Unión.
El viernes, en tanto, se trabajó con las otras tres familias que habitaban las viviendas vecinas y con los padres de Lian.
El cierre del operativo fue contundente: en el horario estimado de la desaparición, cada persona fue ubicada tal y cómo estuvo ese día en el predio, mientras los drones captaban imágenes aéreas y los peritos documentaban las escenas.

“El resultado fue muy ilustrativo”, admitió Miguel Carmona, aunque evitó revelar conclusiones: “No está descartada ninguna hipótesis”.
Los investigadores explicaron que este tipo de reconstrucción tiene un alto valor para tomar dimensión de los hechos. Además, sirve para cotejar con las diferentes declaraciones que fueron aportando testigos y familiares del niño.
“Cuando se posiciona a todos los involucrados que estuvieron en el predio es más fácil apreciar el tipo de interacciones que pudo haber existido entre ellos. Luego se debe revisar cada una de las pruebas ya reunidas a la luz de estas evidencias”, explicaron fuentes expertas que estuvieron presentes durante el operativo.
A la par, se informó que se cumplimentó con uno de los aspectos más delicados, que fue la toma de declaraciones a los menores de edad –hermanos de Lian–, realizada en cámara Gesell con profesionales especializados, para evitar la revictimización.
En tanto, fuentes con acceso a la causa adelantaron que los papás del niño desaparecido declararán esta semana.
Celulares y posibles falsos testimonios
En paralelo, la investigación recibió un insumo clave. En el despacho de Miguel Carmonas ya se encuentra el informe técnico de ocho teléfonos celulares secuestrados a los habitantes del predio donde funciona un cortadero de ladrillos en el que trabajaban los papás de Lian y una comunidad de migrantes de Bolivia.
Los teléfonos fueron analizados por una división especial de Gendarmería en Buenos Aires. “La extracción de datos en crudo lleva tiempo humano enorme: un solo teléfono puede tener 12 mil imágenes o seis mil videos”, detalló la fiscal.
Pesquisas muy comprometidos en la tarea investigativa revelaron que el repaso de un solo celular llevó horas de revisión.

Por eso, la tarea principal se realizó mediante un software que se encuentra en poder de Gendarmería que, según los peritos, acelera la búsqueda de patrones.
Los hallazgos aún no trascendieron, pero fuentes cercanas a la causa confirmaron que se repasan testimonios para detectar pistas consistentes que permitan saber qué pasó ese sábado con Lian.
A la par, los investigadores tienen los ojos puestos en los testimonios de los testigos que declararon en las distintas etapas que tiene la investigación. Buscan saber si se cometió o no delito por falso testimonio.
De hallarse finalmente que un testigo mintió (o que varios lo hicieron), esta podría ser la causa de las primeras imputaciones o detenciones, dado que por el momento no hay acusados.
Los fiscales que trabajan en el caso no descartan ninguna hipótesis y esperan finalizar el repaso de las pistas que emergieron en los celulares, en la reconstrucción del hecho y en las declaraciones de los padres del niño.
Un equipo de fiscales
La pesquisa es un rompecabezas armado por múltiples manos. Además de Miguel Carmona, intervienen las fiscales provinciales Isabel Reyna y Nicolás Gambini, y los fiscales federales de Trata y Explotación de Personas, María Alejandra Mángano y Marcelo Colombo.
“Trabajamos en conjunto. No es que la investigación esté dividida”, aclararon fuentes con acceso a la causa.

El caso mantiene su carácter de secreto de sumario, pero las hipótesis fluctúan entre un extravío fortuito –el niño habría salido caminando– y un posible secuestro. La activación de la Alerta Sofía –reservada para “alto riesgo inminente”– y el secuestro de vehículos (como una camioneta Amarok y la Suran) y teléfonos a vecinos alimentan la segunda teoría.
El próximo paso será la declaración indagatoria de los padres de Lian, prevista para los próximos días. En las fiscalías, se insiste en evitar especulaciones: “Lo prioritario es encontrar al niño”, repiten. Mientras, en Ballesteros Sud, los carteles con el rostro de Lian siguen pegados en los paredones de ladrillo, cerca de la pila donde el niño jugó por última vez.