La de este lunes fue la primera audiencia en la que efectivamente arrancó el juicio a Edgar Adhermar Bacchiani (48), el trader catamarqueño que afronta acusaciones por cientos de estafas de particulares que le confiaron millones de pesos y cientos de miles de dólares para que les diera un rendimiento que sólo pudo mantener por poco tiempo y en algunos casos.
En Catamarca se reúnen las actuaciones de la Justicia federal que acumula causas de particulares de esa provincia, Tucumán y otros puntos del país. Pero en Córdoba, la fiscal de Delitos Complejos del 2° Turno reunió los reclamos de unos 200 cordobeses que “invirtieron” en la sucursal de Adhemar Capital en barrio Cerro de las Rosas.
El primer juicio que se celebra es el que adelantó la instructora cordobesa por 50 hechos de estafas en contra de Bacchiani, quien es juzgado en la Cámara 10ª del Crimen con el tribunal integrado por Carlos Palacio Laje (presidente), Mario Centeno y Juan José Rojas Moresi.
Son cientos de millones de pesos y decenas de millones de dólares, lo que transformados en conjunto a la divisa norteamericana supera el millón de dólares.
En este debate, el actual acusador es el fiscal Gustavo Arocena quien presentó un acuerdo de juicio abreviado con Bacchiani y su defensor, Eduardo Gómez Caminos. El entendimiento contempla, a cambio del reconocimiento liso y llano de los 50 hechos, una pena de 10 años de prisión.
Bacchiani tuvo en esta tercer audiencia la oportunidad de escuchar un resumen de los hechos que se le achacan y luego de prestar la declaración que se venía postergando en las anteriores audiencias por cambios de defensores.
Al responder a la requisitoria del juez Palacio Laje, “God trader” -como se autodenomina- admitió su culpabilidad, aseguró no estar presionado para prestar acuerdo y pronunció él mismo la pena que acordó con el fiscal, de 10 años de encierro.
Palacio Laje le aclaró que, con este entendimiento de abreviado, el tribunal no puede imponer una pena superior a la acordaba.
Ahora, con un cuarto intermedio hasta el miércoles, será el turno de los alegatos de las partes, con conclusiones esperables a partir del ya anunciado acuerdo. Será un mero trámite, si bien lo que dijo Palacio Laje deja abierta la posibilidad de que los 10 años de prisión puedan ser inferiores.
En este tipo de acuerdos el tribunal no puede ir para arriba. Pero la defensa, aun prestando acuerdo, no está impedida de pedir a los jueces que sean más “benignos”.
Por otro lado, en este juicio también están los querellantes que reclaman la pena de prisión para quien supuestamente los estafó y, además, un resarcimiento económico que por lo que se viene apreciando no se obtendrá con esta sentencia.
Los bienes de Bacchiani -aparentemente varias propiedades en su provincia- están “absorbidos” por una quiebra personal y de su empresa, lo que los torna ajenos al alcance de este proceso. Esos bienes, llegado el caso, se irán distribuyendo quienes están en la cola de los que acreditaron deudas en el concurso.
Lo que también les resta a algunos de los 50 “estafados” cordobeses es una acción civil, también planteada en este debate, aunque también con posibilidades concretas difíciles de imaginar por la solvencia fallida del acusado.

En esta audiencia, el tribunal respondió a un planteo de algunos particulares que pretendían seguir como querellantes pero no cumplieron con la formalidad de haberse presentado en la primera audiencia. No son muchos quienes los jueces excluyeron y, junto con los que desistieron voluntariamente, suman una decena de presuntos defraudados.
Los 10 años acordados por el Ministerio Público Fiscal y la defensa pueden resultar elevados no tanto por lo que representan 50 estafas, sino por “todo” lo que le falta a Bacchiani para responder en otros juicios.
Rissi le prepara otro expediente con 148 estafas, mientras que en Catamarca le esperan reclamos por al menos dos centenares de inversores que creyeron en sus dotes de “dios de las finanzas”.
Por eso, más allá de que puedan unificarse penas y la suma de años de prisión no sea aritmética, el panorama carcelario de Bacchiani puede tornarse muy prolongado a partir del resultado de este juicio.