Una mujer fue engañada por ciberdelincuentes a través de una falsa cuenta de un banco en redes sociales, pero consiguió que la entidad financiera le restituyera todos los gastos que le ocasionaron los estafadores al sacar un crédito a su nombre y transferir el dinero.
La maniobra se originó cuando la mujer se contactó a través de una cuenta de Instagram de la entidad –cuyo nombre se mantiene en reserva, al igual que el de la damnificada por un acuerdo de confidencialidad-, que resultó ser falsa pese a que tenía el tilde azul de verificación. En esa comunicación en la que ella necesitaba resolver un problema con su cuenta, proporcionó datos que permitieron a los delincuentes acceder a su home banking.
Una vez en su cuenta, y en cuestión de segundos, pidieron un crédito por 360 mil pesos y transfirieron el importe apenas acreditado a una cuenta de terceros.
“En este caso, logramos firmar un acuerdo con el banco sin llegar a un proceso judicial. Primero recurrimos a Defensa al Consumidor, presentamos nuestras pruebas, y pedimos que emitan un certificado de mediación prejudicial. Ahí el banco evaluó el caso, se comunicó con nosotros para lograr un acuerdo, y conseguimos que le devolvieran a la clienta el dinero”, detalló a La Voz Claudio Suárez Barrera, abogado especializado en delitos informáticos.
“Es el primer caso de acuerdo prejudicial en el que este banco, y creemos que podría ser el primero en Córdoba. Generalmente los bancos se desligan, y sí sabemos que ha habido acuerdos en el ámbito judicial cuando las entidades entienden que se les va a complicar y buscan arreglar antes”, precisó el letrado.
“Muchas veces la gente evalúa otras cosas, a muchos se les pasa el tiempo y van pagando las cuotas para no entrar en el Veraz, o se cansan y no prosiguen con los reclamos. Se van resignando. En estos casos hay que buscar ayuda especializada”, apuntó.
Paso a paso
El procedimiento delictivo se originó cuando, en plena cuarentena, la mujer tuvo un problema con una transferencia e intentó comunicarse con el banco por diversos medios de contacto oficiales. Ante la imposibilidad de hacerlo, se puso en contacto con una cuenta de Instagram del banco en cuestión, que resultó falsa pese al logo de verificación.
“Cometió el error de contactarse por esa vía y brindar sus datos”, indicó el abogado. Con los datos de su cuenta y la posibilidad de ingresar a su home banking, los ciberdelincuentes tramitaron un crédito automático, y ni bien ingresó el dinero lo transfirieron a otra cuenta de terceros”, detalló.
Cuando le llegó un mensaje de texto confirmándole la transferencia, supo que había sido víctima de una estafa e inició el proceso para reclamar por un crédito que ella no había solicitado.
La ciberestafa más frecuente en 2020
El fiscal especializado en cibercrimen, Franco Pilnik, confirmó a este diario que la modalidad de estafa a través de los créditos preaprobados fue la más frecuente durante el 2020, hasta que una resolución del Banco Central condicionó la entrega de créditos a otros procesos de verificación de identidad e impidió que los mismos puedan ser transferidos hasta las 72 horas de haber sido otorgados.
“Esta modalidad fue durante el 2020 ‘la vedette’ de los fraudes, fue la modalidad más frecuente por lejos hasta el primer trimestre de este año, cuando el Banco Central limitó la entrega de estos créditos automáticos. Desde entonces han bajado prácticamente a cero”, explicó.
Pilnik detalló que en la mayoría de los casos, el engaño se iniciaba cuando una persona empezaba a seguir la cuenta de una entidad bancaria o dejaba un comentario público en las redes de la misma.
“Principalmente en Instagram la gente se contacta con la cuenta verificada, deja algún mensaje público, y desde una cuenta apócrifa pero muy similar a la original lo contactan rápidamente para atender su consulta. Por la inmediatez, la víctima no se da cuenta de que quien le escribe no es el perfil verificado y termina brindando datos que permiten el acceso a su home banking”, detalló.
El fiscal precisó que hay numerosas causas iniciadas a partir de este ardid: “Generalmente el atacante pone a un tercero como titular de una cuenta ‘mula’, y luego de la maniobra le entrega un pequeño porcentaje. Estamos avanzando en considerar a los titulares de las cuentas ‘mula’ como partícipes necesarios”.
Más estrategias de engaño
Tanto Pilnik como Suárez afirman que con la pandemia y la digitalización de muchos procedimientos que antes eran presenciales, se han incrementado las modalidades de engaño en materia de delitos informáticos.
“Al principio de la pandemia hubo un incremento de casos de suplantación de identidad, pedidos de préstamos y transferencias realizadas por ciberdelincuentes. A veces se trata de descuidos o negligencia de los clientes, pero otras veces lo que falla son los sistemas de seguridad de los bancos”, detalló Suárez.
La resolución del Banco Central para incrementar los procesos de verificación y evitar que el monto de un crédito pueda ser transferido antes de las 72 horas fue clave para evitar que se siguiera implementando esta maniobra.
“Hubo un tendal de casos y los bancos rechazaban su responsabilidad aduciendo que se trataba de personas que habían sido víctimas de un delito”, apuntó el abogado, e indicó que la Ley de Defensa al Consumidor protege a los clientes en materia de resguardos y seguridad.
Consejos de seguridad
Pilnik recordó la importancia de no brindar ningún tipo de información por vía telefónica ni a través de las redes sobre la cuenta bancaria. “No hay que dar ni siquiera el nombre de usuario”, reforzó el fiscal.
Y contó que en los últimos meses, el fraude más extendido es a través de Whatsapp, con la foto de una persona conocida y la aclaración de que ha cambiado de número. “Escriben por Whatsapp y te dicen que por una situación personal necesitan dinero y ofrecen vender dólares a un precio tentador, te piden que transfieras el dinero a una cuenta y te proponen llevarte los dólares a tu casa”, describió.
