A fines de agosto se cumplieron cinco años del crimen de Wanda Abigaíl Navarro (15) y sus padres volvieron a reclamar por el total esclarecimiento del hecho que fue descubierto dentro de la estancia La Florida, de Jesús María, y por el que hay cuatro personas condenadas a cadena perpetua.
La tesis que el fiscal de Jesús María Guillermo Monti llevó a la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba fue que Romina Vernola prometió recompensa por la muerte de la menor y que ese crimen fue cometido por Walter Vargas, Claudio Schmidt, y Mario García.
Los jurados populares y los camaristas coincidieron con el fiscal y en forma unánime resolvieron la condena.
Sin embargo, los cuatro condenados apelaron la resolución y está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) resuelva si hace lugar o no al recurso de casación. Mientras tanto, y desde 2018, permanecen privados de su libertad en la cárcel de Bouwer.
Vernola, además, elevó su causa a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que le contestó en febrero de este año que no podían dar trámite a la petición de revisión de la causa porque la información enviada fue insuficiente.
En otras palabras, para poder revisarla necesitan una copia completa del expediente judicial. Eso quiere decir que tienen que enviar al organismo las 8800 copias que tiene la causa que llegó a acumular 22 cuerpos de 200 hojas cada uno e impresas de ambos lados.
La mujer -que antes de esta condena purgaba otra por el delito de narcotráfico- solicitó en dos oportunidades que la Cámara le facilite las copias sin resultado hasta el momento.
En apariencia, la discusión se centra en quién debe pagar el costo de la impresión de semejante volumen del expediente. En su reglamento interno, la Corte Interamericana le atribuye el deber de cooperar a los estados partes.
Falta identificar un presunto autor
Las pruebas a lo largo del juicio -que concluyó en agosto de 2021- fueron por abrumadora mayoría indiciarias. No fue posible contar con testigos directos, filmaciones, fotografías, ni otro tipo de material probatorio como podrían ser coincidencias de ADN u otras similares.
Y, para colmo de males, en el cotejo de ADN apareció el perfil genético de una persona de sexo masculino que no pudo ser identificada todavía.
Ese hombre estuvo en la escena del crimen, aunque se desconoce que tipo de intervención tuvo en brutal asesinato que fue cometido en contra de la menor.
La descripción de las vejaciones a las que fue sometida Wanda antes de su muerte habla de un sadismo pocas veces visto en la jurisdicción de Jesús María.
Sobre García, Vargas, y Schmidt pesó también la acusación y condena como autores penalmente responsables del delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado por haber sido cometido por dos o más personas o con armas y por el grave daño psíquico causado, además del aprovechamiento de la inmadurez sexual de las víctimas.
Palabra de madre
Stella Tévez, mamá de Wanda, se refirió a las dudas que persisten sobre la causa: “Faltan muchas cosas sobre las que pregunté y nunca tuve respuestas, por ejemplo, dónde la mataron, con qué la mataron, dónde está su calza, dónde está su mochila, dónde está el celular. Ya pasaron cinco años y no sé dónde estamos”.
“Falta uno -agregó- y es varón. Son cuatro. Y hay tres hombres y una mujer juzgados. ¿Dónde está?, ¿en qué estado está la causa? porque supuestamente está abierta, ¿está archivada?. En estos dos años que pasaron del juicio nunca me llamaron para decirme ‘seguimos investigando’”.
Tévez se lamentó de que ningún vecino se haya hecho presente en su domicilio para aportar algún elemento de prueba mejor que pudiese ser incorporado a la causa y se lamentó de que muchos hubiesen hablado -incluso en el juicio- sin haber visto nada.
La mamá de Wanda puso en duda, incluso, que los hechos se hayan desencadenado tal como los presentó el fiscal Monti en el juicio en el que se llegó a señalar que entre el papá de la adolescente, Marcelo Navarro, y la acusada como instigadora había algún tipo de relación precedente.
“No me cierra por ese lado. Nos ensuciaron y nos investigaron de punta a punta. No me importa porque no tengo nada que esconder, siempre fui con la verdad, y eso es lo que quiero. No quiero perejiles en la causa de mi hija, quiero realmente a los culpables”, reiteró Tévez.
Y volviendo al cuarto sospechoso aún libre, la mamá de la joven señaló: “Para mí el que falta es el cabecilla. Quiero saber por qué asesinaron a mi hija. Sé que a mi hija no me la van a devolver y hace cinco años que sufro por eso. En esa causa, hubo muchas cosas que no se investigaron cómo se tenían que investigar”.