”Me están corriendo unas chatas, unos autos. Me van corriendo, me van corriendo en la autopista. Voy en contramano”.
–”Escuchá: tirá, tratá de descartar todo… Tirá todo, viejo”.
La barrera del peaje de Toledo, en Córdoba, no fue “rival” de fuste para que Gustavo Raúl Trevisiol (49) la despedazara a toda velocidad, mientras la Gendarmería y la Policía intentaban frenarlo en una afiebrada persecución de 91 kilómetros en contramano por la autopista Córdoba-Villa María.
El multicondenado delincuente santafesino (cordobés por adopción) advirtió la situación a su presunto cómplice, Juan José Fernando “Gringo” Carrá (24), mientras conducía una Nissan Murano con 41 kilos de marihuana en el asiento trasero.
La escena, propia de las películas Rápidos y furiosos, terminó de forma abrupta en diciembre pasado, cuando Trevisiol se estrelló contra una casa y fue baleado en una pierna mientras intentaba su huida final.
Recientemente, la Sala A de la Cámara Federal de Córdoba confirmó el procesamiento con prisión preventiva, dictado por el juez federal N° 1, Ricardo Bustos Fierro (Secretaría Penal de Facundo Troncoso), de sus presuntos cómplices –Carrá y Ezequiel Picolli Toledo (36)– como coautores de comercio y transporte de estupefacientes calificado.
Los camaristas también avalaron la denegatoria a la excarcelación a Trevisiol, un recordado traficante que cayó en Chaco, en 2012, con casi 300 kilos de marihuana comprados en Paraguay. El cargamento había sido escondido en un doble fondo de una lancha tirada por un auto cuando Trevisol y otros dos hombres intentaban trasladarlos a Córdoba y los descubrieron.
De la “lancha narco” a “rápido y furioso”
La vida delictiva de Trevisiol acumula decenas de páginas en los expedientes de la Justicia. Condenado en 2004 a siete años de prisión por “piratería del asfalto”, el Tribunal Oral Federal N° 1 lo sentenció a siete años y medio en 2014 por transporte agravado de estupefacientes –294 kilos de marihuana secuestrados en Chaco–. Y en 2016, el Tribunal Oral Federal N° 2 le impuso seis años y siete meses de prisión.
Según la causa de la “lancha narco”, el 27 de enero de 2012 Trevisiol, Dante Osvaldo “el Turco” Guzmán (con cinco condenas) y el remisero Hugo Javier Cardozo fueron detenidos en aquella provincia cuando se detectó que llevaban la droga en la embarcación.
Los investigadores de la actual causa en Córdoba por la que Trevisiol continúa detenido recordaron rápidamente el caso de la lancha cuando su nombre surgió en un informe del Centro de Reunión de Información Córdoba (Cricor), de Gendarmería, presentado a Bustos Fierro.
En el marco de una investigación relacionada a vuelos clandestinos con drogas en la zona norte-noreste de Córdoba, surgió la sospecha de que Trevisiol se encargaba de coordinar las llegadas de aeronaves desde Paraguay a Córdoba y a Santiago del Estero.
El fiscal N° 1, Enrique Senestrari, abrió una investigación, y las escuchas pudieron establecer que Trevisiol mantuvo varios contactos telefónicos mientras se encontraba en Corrientes, en marzo de 2020.
De acuerdo con el expediente, habría adoptado una actitud vinculada a la provisión de estupefacientes expuesta con la utilización de términos como “libro”, “lote”, “florencia”, “cortita”, “apretada”, “de la común” en un contexto de comercialización de drogas.
A través de diversos llamados, los efectivos pudieron reconstruir los nexos con otros sospechosos en la causa, entre ellos, Carrá. En una conversación, Carrá le comentó: “Escuchame, ahí te conseguí de la que querés vos, el sello del delfín. Está ‘caraza’”. Trevisiol le preguntó: “¿Cuánto quieren?”. A lo que Carrá respondió: “Dos palos”.
“Si a eso lo están vendiendo de a gramitos, no pueden vender el kilo a ese precio”, dijo Trevisiol. Las restricciones sanitarias y la casi paralización de la economía por la pandemia lo habrían llevado a retomar su oficio de transportista, mayormente de granos.
En otra comunicación, se detectó el vínculo con Picolli Toledo, un transportista, titular de la empresa Grupo LTPCP SRL y presunto vendedor de drogas para Trevisiol. “Le ofrecí el ‘faso’ ese que tenés vos y no le sirve el precio”, le dijo Piccolli sobre un hombre de Santiago del Estero.
“No le sirve el que tiene flores y no le sirve el ‘pasto prensado’ porque dice que nadie te lo va a comprar porque va a creer que es paraguayo por más que tenga otro olor”, agregó Piccolli en supuesta alusión a marihuana.
En otro diálogo, Carrá le preguntó a Trevisiol: “¿Vos tenés ‘yuyo’ todavía? Porque va a llegar una ‘banda’ de ‘yuyo’, a buen precio; el mismo ese que tenías, el piola piola”. Las referencias alertaron a los investigadores sobre la posible tenencia de drogas que Trevisiol ostentaría.
Viaje y caída
Los investigadores detectaron el probable aprovisionamiento de estupefacientes de los imputados con viaje a Buenos Aires. El 16 de diciembre, Trevisiol, Carrá y Piccolli Toledo habrían acordado la compra de 50 kilos de marihuana a un proveedor de habla guaraní en suelo bonaerense.
Para concretar la adquisición, Trevisiol decidió viajar en una Nissan Murano, mientras que Piccolli Toledo y Carrá se trasladaron en otros vehículos no identificados. Al llegar a la ciudad de Merlo, el proveedor les entregó 40 envoltorios con 41,5 kilos de marihuana que fueron cargados en un vehículo que habría conducido Carrá.
Al regresar a Córdoba, a la altura de la localidad de Lima (Buenos Aires), habrían trasladado la droga en la Nissan guiada por Trevisiol. Piccoli Toledo y Carrá tomaron la misma ruta para, presumiblemente, alertarlo como “punteros” sobre posibles controles policiales.
Durante la madrugada del 19 de diciembre, Trevisiol cruzó el peaje de la ciudad de James Craik por la autopista y advirtió la presencia de Gendarmería. Bruscamente, cambió de sentido de circulación y se dirigió hacia Bell Ville.
Gendarmería comenzó la persecución, y Trevisiol cambió la dirección rumbo a la Capital a alta velocidad y en contramano. Embistió al personal policial que lo seguía hasta que las autoridades intentaron frenarlo en el peaje de Toledo.
Embistió la barrera y eludió un camión que la Policía había cruzado en la ruta para que hiciera las veces de segunda “barrera” de contención. Tras 91 kilómetros en contramano, cambió al carril correcto y continuó hacia barrio Renacimiento.
Todo terminó cuando perdió el control de la camioneta y se estrelló contra el portón de una casa. Se bajó e intentó ingresar al domicilio, pero la Policía le disparó en una pierna y logró detenerlo.
Le secuestraron los 41,5 kilos de marihuana dispuesta en cajas y 165.200 pesos. Posteriormente, fueron detenidos Carrá y Picciolli Toledo.
Los tres fueron procesados por comercio y transporte de estupefacientes calificado, y a Trevisiol se le sumó resistencia a la autoridad. La Cámara confirmó ahora los procesamientos de Carrá y Picciolli Toledo, y avaló el rechazo de la excarcelación de Trevisiol.
