El robo de vehículos es, en la actualidad uno de los delitos más frecuentes. En 2021, el Observatorio de Seguridad Ciudadana informó 3.340 hechos en toda la provincia, el 86 por ciento ocurridos en Córdoba capital.
Desde la Policía afirman que esos episodios aumentan al ritmo del crecimiento del parque automotor y también con el aumento de la movilidad tras la eliminación de las restricciones sanitarias.
Pero estos delitos no solo aumentan en el contexto pospandemia, también se vuelven más complejos y tecnológicos. El uso de dispositivos electrónicos para inhibir alarmas, e interferir señales se convirtió en la marca de una nueva etapa que por estos días suma un capítulo más: el hallazgo de Pandora.
Qué es Pandora
Pandora es una marca rusa de equipamientos de seguridad. Incluye tanto alarmas para automóviles como también sofisticado equipamiento destinado a fuerzas de seguridad, al cual no debería tener acceso cualquier civil.
Entre sus modelos, se encuentra un dispositivo que puede almacenar un gran número de códigos de seguridad de vehículos de alta gama y convertirse así en una “llave maestra” para abrir coches y robar en su interior. Su tamaño es un poco más grande que un sobre de azúcar, y pesa menos de 30 gramos, por lo que es muy fácil de ocultar.
Su importación es ilegal, y sin embargo, en algunas páginas de internet del exterior se lo ofrece por sumas que van de los 1.800 a los 3.600 euros.
En las últimas semanas, la Policía encontró 10 dispositivos en distintos allanamientos. El más importante fue el denominado “operativo Pandora”.
Cómo funciona
Hasta ahora, el principal instrumento para el robo de vehículos eran los inhibidores de alarmas, dispositivos que producen una señal que interrumpe la de los pulsadores de alarmas, impidiendo su activación correcta y dejando el auto abierto para el robo.
En cambio, Pandora es un dispositivo que incluye una memoria interna y, mediante un puerto micro USB puede conectarse con una computadora y descargar un gran número de códigos de seguridad correspondientes a las principales marcas de vehículos de alta gama.
Una vez con los códigos en su memoria, el pulsador permite (seleccionando marca y modelo), escanear y emitir una serie de señales correspondientes a ese tipo de coches hasta que acierta la señal y logra la apertura del vehículo objetivo.
De este modo, los delincuentes ingresan al vehículo con mucha tranquilidad, sin llamar la atención, y retirar del interior los elementos que les interesa robar. Al retirarse, suelen poner nuevamente la alarma, retrasando de este modo el tiempo que le lleva al propietario darse cuenta de que el auto ha sido vulnerado. En algunos casos, el procedimiento produce una desconfiguración de la computadora, por lo que el dueño no logra posteriormente ingresar a su auto o arrancarlo.
La caja de Pandora
Desde la Policía comentan que existía hace algún tiempo un rumor sobre la existencia de un dispositivo que permitía “hacer una copia” de la señal de un pulsador de alarma cuando un propietario bajaba del vehículo y activaba la alarma. De esta forma, el delincuente podía ingresar al auto e incluso encenderlo, cuando el propietario se alejaba, aún cuando la activación correcta de la seguridad había sido realizada y verificada manualmente.
Frente a esta posibilidad, la División de Sustracción de Automotores comenzó una investigación para tratar de confirmar la existencia del artefacto y constatar que se utilizaba en Córdoba para vulnerar la seguridad de los automóviles.
El hallazgo finalmente llegó durante el mes de mayo. “Algunas semanas atrás, tras un procedimiento en el departamento Tercero Arriba, encontramos uno de los dispositivos, lo que nos permitió analizarlo y saber a qué nos estábamos enfrentando”, indica el policía Carlos Palaver, jefe de esa división policial.
El 9 de junio, la Policía de Córdoba y la fiscalía de distrito 1 turno 4, comandada por Rubén Caro, realizaron una redada simultánea en cinco puntos de la ciudad de Córdoba. El operativo, denominado Pandora, tuvo como saldo la detención de cinco personas, y el descubrimiento de un taller de electrónica tras cuya fachada existía un laboratorio en el que se fabricaban y arreglaban inhibidores de alarmas. En ese lugar, los policías encontraron otros cinco dispositivos Pandora y detuvieron a su responsable.
Otro de los puntos allanados fue una gomería que funcionaba como pantalla de un verdadero depósito de ruedas robadas, cuyo botín se estima en más de 120 millones de pesos. Su responsable quedó imputado como sospechoso de ser quien reingresaba las ruedas al mercado legal.
Actualmente la policía busca a otros tres prófugos que serían integrantes de la mega banda desarticulada. Se trata de José Omar Villa (23), Marcos Adrián Maldonado (32) y Carlos Alejandro Gómez (27). Los tres están imputados por “asociación ilícita”.
Desde la Policía de Córdoba estiman que más del 60 por ciento de estos delitos en nuestra provincia estaban vinculados con esta organización.
La palabra de la firma
Juan Carnota es representante de la empresa Swaiz, distribuidor de la marca Pandora en España. En diálogo con La Voz, indicó que la firma “no fabrica ni vende ese tipo de dispositivos, que además en Europa no son legales”. También indicó que los dispositivos code-grabber y similares “sólo pueden utilizar fuerzas de seguridad del Estado y empresas que se dedican a la seguridad con fines acreditados”.
Sin embargo, admitió que “hace años uno de los mandos de Pandora permitía un clonado limitado de dos señales para uso particular, pero es una funcionalidad que ya se retiró del mercado hace años y que los nuevos mandos no tienen, porque podía darse un mal uso y sobre todo porque algún grupo de hackers ruso utilizó esos mandos como soporte para fabricar un dispositivo destinado a clonar automóviles que puede usarse para robar coches”.
