Hoy, Laura. Mañana, Valeria. Pasado, Andrea. Pero nunca Yanina Noelia Sánchez (41), su real identidad. La mujer de 41 años, soltera y madre de una nena tuvo a maltraer a diversos bancos de Córdoba a los que estafó por cifras suculentas, obtenidas por préstamos al hacerse pasar por diversas mujeres.
En un juicio abreviado, la jueza Cristina Edith Giordano, del Tribunal Oral Federal Nº 3 de Córdoba capital, condenó a Sánchez a tres años y cinco meses de prisión efectiva por uso de documento público falso, intento de estafa, estafa, conservación de materia prima destinada para falsificar, tenencia ilegítima de DNI ajeno y uso de documento público falso para acreditar la identidad de las personas.
Es la segunda pena que recibe por estafas, ya que hace unos meses había sido sentenciada en Santa Fe por hechos similares, siempre contra entidades bancarias, su target predilecto.
Historias de estafas
La mujer, oriunda de San Francisco, se presentó puntual al banco Macro de Villa María: a las 9.15 del 30 de noviembre de 2022, simulando ser Laura O. (clienta real de la entidad), solicitó el mayor préstamo que el banco pudiera darle.
El cajero le respondió que podían otorgarle hasta $ 846 mil. La mujer exhibió un DNI adulterado, que contenía su foto, pero con el nombre de Laura O. Para disipar las sospechas sobre la falsedad del documento, se excusó diciendo que lo había dejado dentro de un pantalón que había planchado.
De esa manera, obtuvo la aprobación final del crédito y la habilitación para su acreditación en la cuenta. Sin embargo, una sola sospecha fue el comienzo del fin para el ardid: la firma de la estafadora serial no coincidía con la que el banco tenía registrada a nombre de Laura O.
Le dijeron que debían investigar, por lo que se presentara al día siguiente. El Macro llamó a la clienta real, quien negó haber pedido cualquier monto. La mujer reconoció a Sánchez, ya que había trabajado en la escuela donde O. era directora y exjefa de aquella.
Cuando la estafadora concurrió al otro día a buscar lo que pensó que era dinero seguro, un policía del banco la interrogó. En medio de la tensa situación, su nerviosismo se hizo evidente y se quebró. Terminó por confesar que los datos no eran suyos, sino de su exjefa.
Los investigadores incluso comprobaron que Sánchez había engañado hasta a sus vecinos: para ellos, no era Yanina sino “Serena”. No fue menos que llamativo que su nickname en Mercado Pago también fuera “Serena”, lo que dejó claro su intención de esconder su verdadera identidad.
Dos horas después de haber pedido el préstamo en Macro aquel 30 de noviembre, la “mujer de las mil caras” intentó obtener más dinero de una financiera.
Concurrió a Montemar y, bajo el nombre de su exjefa, pidió un crédito de $ 800 mil. Con el mismo speech, una factura de un servicio, dos recibos de sueldo del Gobierno de Córdoba en formato digital y una constancia de CBU, y obtuvo la preaprobación.
En la financiera dudaron del documento gastado y llamaron al teléfono registrado en la base de datos de la real Laura O., lo que impidió que Sánchez consiguiera los fondos a su nombre.
Dos meses después, la imputaron en Santa Fe por una estafa y por haber intentado obtener créditos personales en diferentes bancos locales con un DNI falsificado.
Por ambición o confianza en su modus operandi, tres días después Sánchez se dirigió al Santander y presentó el mismo DNI trucho. Logró que le extendieran un préstamo de $ 567 mil, según publicó Aire Digital.
Envalentonada, pocos días más tarde pidió un crédito en el Banco Columbia, siempre con la misma documentación falsa. Sin embargo, los empleados advirtieron la maniobra y le denegaron la apertura de la cuenta.
El último de los intentos de fraude ocurrió en el HSBC. Para ese entonces, el personal había sido informado del repetido ardid. Cuando el banco la citó nuevamente con la excusa de otorgarle el dinero, la Policía la detuvo con un DNI ostensiblemente grotesco: fotocopias a color pegadas sobre un plástico.
Fue imputada y condenada a tres años de prisión (de ejecución condicional).
De regreso a tierras cordobesas y a pesar de la sentencia en su contra, Sánchez volvió al ruedo delictivo. El 7 de junio de 2023 pidió un préstamo de $ 879.320 en el Macro de Las Varillas. Por increíble que parezca, utilizó la misma simple táctica que las veces anteriores: se presentó como una clienta de la sucursal (Valeria C.) y consiguió el dinero.
El cajero que la atendió notó su nerviosismo y los intentos por ocultar su rostro, lo que incluso quedó filmado por las cámaras de la entidad. La particularidad en esta ocasión es que habría simulado ser su propia amiga, con quien, al parecer, se habría distanciado tiempo antes porque le debía dinero. Eso habría desencadenado un pleito personal entre ambas, según reveló una fuente a La Voz.
Luego se confirmó que Sánchez había obtenido los datos de la damnificada de la plataforma Ciudadano Digital (Cidi), de la Provincia. Quizá por impunidad o confianza excesiva, la estafadora acumulaba en su casa de San Francisco anotaciones de puño y letra sobre los datos personales de la víctima, lo que sumó más elementos probatorios en su contra.
En Córdoba capital y en Villa Allende
El 4 de agosto de 2023, en otra sucursal de Macro (su entidad “predilecta”), se hizo pasar por Andrea V. y pidió $ 1.065.000, a pagar en 36 cuotas, lo que le fue otorgado.
El raid continuó en el Macro de Nueva Córdoba el 18 de agosto pasado, donde –nuevamente– se hizo pasar por Gabriela C. Logró que el banco abriera una caja de ahorro y le depositara el préstamo por $ 1.064.000.
No deja de ser llamativo cómo también fallaron los controles bancarios que impidieron que el engaño se consumara sin más.
Nuevamente, los pesquisas comprobaron que la estafadora serial siempre atesoraba información de las posteriores víctimas de sus tretas. Con los datos que iba recabando de las damnificadas, analizaba su capacidad crediticia. “Sánchez se dedicaba a estudiar los perfiles de las personas por las que luego se hacía pasar para realizar sus maniobras”, indicó la jueza que la condenó.
Pero sus ambiciones llegaron a su fin cuando Macro advirtió a todas sus sucursales sobre las maniobras y difundió internamente la foto de Sánchez ante la posibilidad de que se presentara una vez más. Y así lo hizo.
El 29 de agosto, en la sucursal de Villa Allende, entregó a los empleados un DNI falso de Anahí R. y quiso obtener un nuevo crédito o tarjeta de crédito. Siempre con un DNI apócrifo a nombre de la víctima, pero con su foto. En esta ocasión, no alcanzó a consumar la estafa y fue detenida.
Logró engañar a los bancos y estafarlos, en total, por más de $ 3 millones.
Durante el juicio abreviado, el fiscal auxiliar Augusto Richter y el defensor público oficial Rodrigo Altamira acordaron la existencia de los hechos atribuidos, la participación, la responsabilidad de la imputada y la calificación jurídica.
De esta forma, el Tribunal Oral Nº 3 la condenó a tres años de prisión, revocó la condicional otorgada por la Justicia de Santa Fe y unificó ambas penas en tres años y cinco meses.
“La constelación probatoria revela un patrón consistente en la conducta de la imputada, quien recurrentemente empleó la misma artimaña: usurpar la capacidad crediticia de las víctimas y generar el error mediante la inserción de su imagen personal en documentos de identidad ajenos, valiéndose de certificados y recibos de sueldo pertenecientes a terceros con el fin de causar un detrimento patrimonial”, concluyó la jueza Giordano.
Quizá un detalle resuma bien el cariz estafatorio de Sánchez, la “mujer de las mil caras”: la larga peluca rubia que reposaba en su casa.