En un juicio abreviado, la Cámara del Crimen de Cruz del Eje condenó a la pena de prisión perpetua a un hombre que, en octubre de 2020, mató con un cuchillo a su hijo de 9 años y le causó graves heridas a su hija de 6 en la localidad de Capilla del Monte.
El agresor cometió el ataque para vengarse de su expareja y madre de las criaturas.
Se trata de Gerardo Javier Reyna (41), quien fue hallado culpable de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por venganza transversal, y por tentativa de homicidio doblemente calificado.
Reyna y Brenda Moyano mantenían una relación sentimental desde 2010 caracterizada por constantes hechos de violencia de género. De esa unión, nacieron las dos criaturas.
En 2019, la mujer decidió ponerle fin a la convivencia y, junto a los niños, se fue a vivir a Chilecito, La Rioja.
A pesar de la decisión de la mujer, Reyna se trasladó a Chilecito, se instaló y logró torcer la voluntad de ella. Así, comenzaron nuevamente la relación. En diciembre de ese año, él se trasladó con los niños a pasar el verano a Capilla del Monte y, luego de regresarlos a la casa de la madre, decidió instalarse en Punilla para trabajar. Intentaba imponer su deseo de construir una vivienda para la familia.
Ya en marzo de 2020, en el marco de la pandemia, comenzó con los llamados telefónicos hostigándola para retomar la relación.
Nuevamente, ante la negativa, comenzó a hostigarla de distintas manera por teléfono.
A tal punto fue la presión, que la convenció a que trasladara a los niños a Capilla del Monte. Para ello, Reyna costeó un viaje en remis.
El 30 de octubre de 2020, citó a su ex en la casa para dialogar. Una vez en el domicilio, sin mediar palabra, comenzó a golpearla. La mujer alcanzó a ser rescatada por otras personas.
Esa misma tarde, Gerardo Reyna emprendió la peor de las venganzas: con un cuchillo, atacó a sus propios hijos en la misma casa de Capilla del Monte.
En medio de escenas desesperantes, intervinieron familiares que lograron reducir al atacante hasta el arribo de la Policía.
Los chicos fueron trasladados al hospital local, donde se constató la muerte de Thiago. La nena, en tanto, alcanzó a sobrevivir.
Sentencia a perpetua
La acusación de la fiscal Paula Kelm estableció que “todos daban cuenta de que existía una relación asimétrica, en la que el acusado maltrataba tanto física como verbalmente a su pareja, ejerciendo el control sobre la misma”.
“En ese contexto y ante la negativa rotunda de retomar la relación sentimental, Reyna tomó la decisión deliberada de darle muerte a los hijos que tenían en común como modo de causarle sufrimiento a la madre y expareja”, resaltó la funcionaria.
Ante los hechos reconocidos por el acusado y las pruebas en su contra, la fiscalía y la defensa llegaron a un acuerdo de juicio abreviado.
El tribunal aplicó la sentencia máxima, la pena de prisión perpetua, por los delitos de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por venganza transversal en concurso ideal y por la misma tipificación en el grado de tentativa, ambos en concurso real.
Colaboración de Luis Delsemme.