Durante años estuvo esquivando la ley.
No sólo que no cumplía con las exigencias impuestas para seguir en libertad, sino que además su paradero era un enigma y no respondía a cuando se lo citaba. Al parecer, quería que el delito cometido quedara en la nada misma.
Pero sucedió que el fiscal que lo había investigado lo buscó, logró que se hiciera el juicio y lo mandó a detener. Finalmente, con tal de no ir a parar a la Cárcel de Bouwer, el agente policial terminó admitiendo que había delinquido y aceptó un juicio abreviado.
De esta manera, el suboficial Javier Alejandro Vega fue sentenciado a un año y tres meses de prisión condicional por los delitos de estafa por sustracción de una cosa mueble, por parte del propietario al legítimo tenedor, y autor de abuso de autoridad, por decisión de la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba.
La pena fue acordada por el fiscal Marcelo Fenoll y la defensa del suboficial.
¿Qué hizo Vega? Años atrás, aprovechándose de su condición de policía y, en una delictiva maniobra con un familiar, fue hasta un comercio en la Capital, fingió realizar un allanamiento y se llevó un auto importado aduciendo que tenía pedido de secuestro, lo cual era falso y además no contaba con orden judicial.
Es más, usó luego a ocupantes de patrullas policiales que, sin saber de la maniobra, colaboraron en el operativo e incluso en el traslado del rodado a una comisaría. Ese auto luego sería retirado por el familiar del policía, quien estaba al tanto de todo.
Como si lo anterior no fuera suficiente, hay un dato no menos preocupante: en el juicio, el policía Vega reconoció que desde que sucedió todo, 2014, y hasta la actualidad estuvo cobrando la totalidad de su sueldo como policía sin prestar ningún trabajo. Señaló que “pidió jubilarse y no se lo aceptaron”, según dijo.
El propio acusado indicó que no estaba ni en pasiva ni en ninguna situación administrativa especial.
Desde la fiscalía, según trascendió, se solicitaron informes a la Policía para conocer la situación del efectivo, pero las precisiones no llegaron a Tribunales II.
Operativo ilegal
De acuerdo a la causa que se ventiló en la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba, el 15 de febrero de 2014, el agente Javier Alejandro Vega llegó a un comercio ubicado en barrio Jardín y, si bien se presentó como policía (lo cual era cierto), dijo que iba a secuestrar un BMW 247-330i que tenía pedido de secuestro, lo cual no era cierto. Además, no tenía ninguna orden judicial.
Lo acompañaba un familiar que años atrás había comprado ese coche y había realizado una serie de traspasos con el rodado. Aquella jornada, esta persona dijo ser “titular registral” del coche.
Volviendo al agente Vega, de manera arbitraria, le exigió al último dueño que entregue el auto, quien así lo hizo al pensar que todo era un procedimiento legal.
Acto seguido, y de manera ilegítima, Vega llamó a policías de la jurisdicción, les dijo que estaba realizando un operativo (lo cual era falso) y les pidió apoyo y que lo ayuden a trasladar el BMW a la comisaría 12.
Además, según la causa, Vega logró que en el libro de guardia quedara asentado que el coche quedaba allí en resguardo.
Tres días después, su familiar fue a la sede policial, exhibió documentos y se llevó el vehículo.

Una causa eterna
El episodio fue denunciado y recayó en manos del fiscal Fenoll, quien en aquel momento estaba en una fiscalía de instrucción.
El funcionario se puso a trabajar, descubrió la maniobra con su equipo de la fiscalía y cercó a los acusados. Sin embargo, la causa comenzó a tener sucesivas dilaciones por parte del policía Vega.
Voceros judiciales señalaron que fue dificultoso llegar a juicio, porque el agente dilató el proceso, no informaba su paradero como correspondía y no comparecía a citaciones judiciales.
Por vueltas del destino, la causa recayó otra vez en manos de Fenoll, cuando este ya era fiscal de Cámara. Al ver lo que sucedía, el fiscal mandó a detener al policía.
A través de su defensor, el suboficial finalmente terminó admitiendo haber delinquido y, para no ir preso a la Cárcel de Bouwer, aceptó un juicio abreviado con la fiscalía, lo que fue avalado por el tribunal.
Vega fue hallado culpable de estafa por sustracción de una cosa mueble por parte del propietario al legítimo tenedor, y autor de abuso de autoridad.
Fue sentenciado a un año y tres meses de prisión condicional, con imposición de reglas de conducta por dos años, e inhabilitación para ejercer cargos públicos por dos años y seis meses.
¿Y su familiar? No fue juzgado. El hombre arribó a un acuerdo conciliatorio con la víctima y reparó el daño causado.