Al difundir los fundamentos de su condena a Edgar Adhemar Bacchiani (48) de nueve años de prisión por 50 estafas reiteradas a inversores cordobeses, la Cámara 10ª del Crimen puso especial énfasis en la “alta peligrosidad” que exhibió el “trader” catamarqueño, “la astucia demostrada en cada maniobra” y su “frialdad” y “desapego de toda empatía” con sus víctimas.
Bacchiani es perseguido especialmente en su provincia donde la Justicia federal reúne cientos de denuncias de estafas y lo procesa por otros delitos federales. Pero la Justicia provincial, a través de la iniciativa de la fiscal de Delitos Complejos del 2° Turno, Valeria Rissi, lo llevó a juicio por 50 estafas. Tras la condena en la Cámara 10ª el pasado 12 de marzo, la misma instructora está tramitando al menos otras 150 presentaciones de particulares que refieren lo mismo: haber sido estafados por Bacchiani que les tomó dinero con la promesa de invertirlo en criptomonedas u otras modalidades.
El tribunal, integrado por los camaristas Carlos Palacio Laje, Mario Centeno y Juan José Rojas Moresi, falló por unanimidad y brindó sus fundamentos el pasado jueves en su Resolución 11. Además del monto de pena por “estafas reiteradas” se puso inmediatamente a disposición de Rissi “todos los dispositivos, de cualquier índole, secuestrados para esta causa, que en cuanto contengan o pudieran contener información relativa a la investigación que se lleva adelante en esa fiscalía”.

Luego, los jueces –a partir del primer voto del presidente Palacio Laje– ponderó los puntos a favor y los agravantes para dictar la condena elevada en la que no hubo resarcimiento a las víctimas.
Instruido y peligroso
Entre los agravantes de Bacchiani se valoró su educación y que haya llegado a 4° año de la carrera de contador público. También se ponderó que a los 45 años (cuando inició su raid delictivo) podía “comprender el disvalor de las conductas llevadas adelante” y la “antijuridicidad de las mismas”.
Además de la extensión del daño –a 50 víctimas– y el prolongado lapso de dos años para estafar, se enumeraron algunos casos en los que Bacchiani frustró proyectos de vida trascendentes.
“Pondero que el aquí condenado estaba movilizado al realizar la actividad descripta por un ánimo de lucro ilegítimo” como “la intención de obtener de sus víctimas un beneficio económico ilegal”, dice Palacio Laje al liderar el primer voto.

“Como se advierte no se trata de hechos aislados, ni de conductas impulsivas, sino de un patrón delictual”, y pone énfasis en “la astucia demostrada en la ejecución de cada maniobra, así como su frialdad, y desapego de toda empatía hacia sus víctimas al momento de la consumación y expectativas ciertas en recibir los beneficios prometidos por el nombrado”.
“Es por ello que destaco el alto grado de indiferencia del aquí condenado por las consecuencias de su obrar”, prosigue el vocal de cámara.
Refiriéndose a sus capacidades, también evalúa el juez como agravante que “con las posibilidades que le brinda su instrucción, Bacchiani no tenía necesidad ni motivo alguno para llevar adelante su cometido criminal, menos aún que esos motivos estuvieran vinculados a dificultades para ganarse el sustento necesario alejado del delito, ni relacionado a la miseria”.
“Valoro también en su contra –sostiene Palacio Laje–, el grado de participación criminal que tomó en los hechos (autor), y en el caso la autosuficiencia asumida, su habilidad para el diseño de la planificación de la maniobra ardidosa, y para la dirección de su despliegue”.
El juez, con la anuencia de sus pares, concluye que todo esto “es revelador de la elevada capacidad delictual del aquí condenado, lo que refleja su alta peligrosidad”.
Sigue la investigación
Más allá de lo que se tramita en Catamarca, con denuncias de esa y otras provincias norteñas, en Córdoba la fiscal Rissi sigue avanzando en las más de 150 denuncias que reúne en su despacho. Al día siguiente de la condena a Bacchiani, la instructora cordobesa pidió que se lo retenga a Bacchiani en la cárcel de Bouwer (y no regrese a la detención en su provincia), porque debía indagarlo por otros 20 hechos de estafas cuya acusación tiene avanzada.

Por eso, el tribunal decidió de inmediato que se sostenga la detención de Bacchiani en Córdoba.
A la par, en el marco de este tramo de investigación, Rissi había ordenado nuevos procedimientos en Catamarca, durante los cuales se hizo de nueva prueba y ordenó que se detenga a José Blas (45), quien sería socio del trader y está en la provincia vecina con detención domiciliaria en la causa que maneja la Justicia federal catamarqueña.
Hasta ahora, Blas no había aparecido en el expediente de Córdoba, pero Rissi halló evidencia suficiente para involucrarlo en un hecho de “estafa” en el cual habría reunido prueba de que intervino personalmente en la captación de fondos de uno de los presuntos defraudados.
En Catamarca, Blas está imputado y con prisión domiciliaria a disposición del juez federal Miguel Ángel Contreras.