Dos efectivos de la Policía de Córdoba se encuentran detenidos e imputados con graves cargos penales luego de haber protagonizado un violento control callejero contra personas en barrio SEP de la Capital provincial. En ese operativo, un joven terminó con golpes en la cabeza y una mujer recibió varios impactos con postas de goma de disparos con escopeta.
Las detenciones fueron concretadas el 12 de enero pasado y recién trascienden ahora.
La causa está en manos del fiscal de instrucción Iván Rodríguez, quien dispuso los arrestos de la oficial Oriana Milena Lucena y del sargento Ramón Ángel Sebastián Toledo.
Ambos quedaron imputados por los supuestos delitos de lesiones graves calificadas por la calidad funcional (son policías) y por el uso de arma de fuego; y por vejaciones calificadas.
En paralelo, ambos uniformados se encuentran en situación pasiva por disposición del Órgano de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad, según indicaron fuentes oficiales.
Córdoba: control callejero y violento accionar
Según trascendió de fuentes con acceso al expediente, el grave episodio bajo análisis se remonta al 23 de diciembre pasado en barrio SEP, en la franja sur de la ciudad de Córdoba.
De acuerdo a la causa, una patrulla identificable en la que iban los policías Lucena (jefa de coche) y Toledo decidió controlar a un joven que iba caminando con una chica.
No está claro por qué fueron al control de la pareja. Tampoco hay una información oficial por ahora en ese sentido.
Lo que ahora se sabe es que el muchacho había recuperado la libertad el día anterior, tras haber estado preso algunos meses por un supuesto robo de un celular.
Una versión que está bajo análisis en la fiscalía es que uno de los policías ya lo había detenido en la primera oportunidad y fue a controlarlo al verlo en libertad.
Así las cosas, la pareja fue demorada en la calle. El muchacho de 18 años comenzó a ser palpado de armas. En principio, no se le encontró nada anómalo.
Según voceros, su novia salió corriendo –asustada– y se fue a contarle lo sucedido a su suegra.
Cuando la madre del muchacho retornó, vio que su hijo aparentemente estaba por ser subido al patrullero.
Fue entonces que las situaciones cambiaron de color y tono.
Hubo gritos, insultos y empujones. En esas circunstancias, comenzaron a haber golpes y tironeos. Fue así que uno de los uniformados sacó la escopeta reglamentaria calibre 12/70 y efectuó al menos dos disparos con cartuchos anti- tumulto (AT) que cuentan con perdigones de goma. Uno de los uniformados habría dado órdenes expresas de disparar.
El joven resultó con golpes y su madre, como se indicó, resultó con lesiones causadas por las postas de goma en sus brazos y en una mano.
Filmación con un celular
Parte de la escena fue captada por una persona que había sacado su celular. En esos registros se observa parte del violento accionar. De todas maneras, no es la escena completa.
Ese video se viralizó a los pocos días.
Al lugar llegarían otras patrullas para controlar la situación. Hubo más insultos y corridas.
El procedimiento terminó sin detenidos.
“Fue un accionar extremadamente violento. Nada justificaba lo que hicieron esos policías. Fueron a controlar a un joven que no había hecho nada ni tenía nada raro ni extraño. Aun así, quisieron detenerlo. Lo trataron como a un criminal y no había hecho absolutamente nada”, expresó el abogado Carlos Nayi, quien representa como querellante al joven y a su madre.
Tras la denuncia de Nayi, la causa recayó en la fiscalía de Iván Rodríguez. Esa dependencia judicial, por directiva de la Fiscalía General, aglutina todas las causas de violencia institucional y demás delitos protagonizados por efectivos policiales.
A raíz de este episodio, trascendió que el propio Nayi mantuvo un diálogo con el ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, quien se quiso interiorizar sobre lo ocurrido. Nayi le expresó su preocupación por lo sucedido y le dijo que era un hecho grave que no podía ser permitido.
“Hace falta tener policías con energía y respaldo para estos tiempos complejos, pero esto no habilita a hacer cualquier cosa. Lo que hicieron esos policías fue otra cosa... No había razón para actuar de esa manera. Golpear al muchacho contra el patrullero y dispararle a su madre con una escopeta”, se quejó el letrado.
No se conoce por ahora la versión policial.
Resta conocer qué declararán los uniformados en oportunidad de ser indagados.
Por el momento, permanecen detenidos e imputados con serios cargos penales como lesiones graves calificadas por la calidad funcional y por el uso de arma de fuego; y por vejaciones calificadas.
