Un presunto delincuente se encontraba internado en grave estado este viernes luego de que junto a otros tres asaltantes quisieron robar a un policía y su familia en su casa barrio José Ignacio Díaz Segunda Sección, de la ciudad de Córdoba, y el efectivo los sacó a los tiros, según indicaron fuentes oficiales.
Tensión y balazos en Córdoba
La violenta secuencia sucedió cerca de las 23 en Melchor de Carabajal y Saravia al 4100 cuando los cuatro sospechosos ingresaron a la casa del sargento primero aprovechando su llegada con su esposa y una hija menor de edad en un Ford Focus.
Los asaltantes lograron ingresar por el garaje y sorprender a la esposa del policía, quien se encontraba realizando tareas domésticas. Mediante amenazas con un arma de fuego quisieron robar algunas pertenencias.
El sargento advirtió la situación desde su habitación y rápidamente efectuó seis disparos con su arma reglamentaria contra los ladrones.
En la escapada, los sujetos también respondieron a los tiros, por lo que la esposa del efectivo se tiró al suelo para refugiarse pero terminó con una luxación en el codo derecho y fue derivado a la Clínica Vélez Sársfield. “Fue intercambio de disparos. Esta casa es propiedad de mi mamá, que le da lugar a mi hermano y a su hija”, dijo el hermano del sargento al programa Despertate (Telefe). “Tranquilicé a mi hermano. Nos quedamos afuera por el tumulto, había vecinos y policías a montones”, agregó.
Vecinos observaron la llegada y la fuga de los asaltantes, algunos a bordo de un Chevrolet Corsa y otros dos corriendo.
En grave estado
Uno de los asaltantes, que había escapado en una moto, abandonó a su cómplice malherido (36), con amplios antecedentes delictivos, en la puerta del Hospital Florencio Díaz.
Los médicos que lo asistieron constataron que presentaba un disparo en el omóplato derecho (sin salida) y otro balazo en el maxilar (con salida), por lo que quedó internado en estado crítico entubado y con el drenaje en el pulmón derecho. Por el estado de gravedad, el sospechoso -identificado como Marcelo Rodríguez- fue derivado al Hospital San Roque.
El herido tiene un profuso prontuario que va desde dos condenas, una por abuso de arma y amenazas, y otra imputación por intento de robo. Arrastra múltiples detenciones desde 2004 hasta los últimos años, mayormente por robos, encubrimiento, resistencia a la autoridad y hurto.
Hasta el momento, los tres asaltantes restantes siguen prófugos y son buscados.
Una espiral de violencia
Este episodio vino a sumarse a otros de extrema violencia que se registraron los últimos días en la ciudad de Córdoba y en el interior provincial.
Mientras la conmoción, el dolor y la bronca se potencian entre los pobladores de Santa María de Punilla y zonas cercanas, en el Valle de Punilla, la fiscalía y la Policía trabajan para dar con los delincuentes que asaltaron con extrema violencia a un comerciante, quien finalmente murió infartado.
Carlos Caballero tenía 67 años, estaba casado y tenía hijos. Era el propietario de la panadería La Espiga, un tradicional comercio de la zona.
El caso del panadero se convirtió en el último capítulo de una secuencia que impacta y paraliza en Córdoba: al menos cinco personas ya han muerto en el marco de asaltos violentos en lo que va del mes en la provincia, sobre todo en la Capital.
Cinco casos fatales en apenas cuatro semanas que dejan en evidencia una ola de inseguridad que no para de extenderse en distintos puntos de la geografía cordobesa.
