La fiscal Paula Bruera, de Río Tercero, tiene a su cargo la investigación para determinar las causas de la tragedia de la que fue víctima el pescador Maximiliano Giudice, quien se ahogó en el lago de Embalse.
Tras largas jornadas de intensa búsqueda desde el pasado martes, su cuerpo fue encontrado flotando este domingo entre el Club Náutico de Río Tercero y Villa del Dique.
El cuerpo flotó exactamente en el punto cero de búsqueda, donde se había encontrado su bote con el motor encendido.
La embarcación sin tripulantes sólo giraba en círculos en el medio del lago, donde hay una profundidad de unos 30 metros.
Desde la Policía indicaron este domingo que resta esperar ahora los peritajes para confirmar si es el pescador, aunque todo hace presumir que sí.
Los efectivos policiales comunicaron que “se presume que la causa de la muerte es asfixia por inmersión”.
El hallazgo se produjo a unos tres mil metros de donde el hombre había partido, el Club Náutico de Río Tercero. En ese club tenía instalada una casa rodante y ese martes pretendía dirigirse a Embalsina, donde allí los esperaban su familia y sus amigos.
Esos allegados no se separaron de la costa del lago ni un día del operativo de búsqueda. Hasta habían montado una campaña por las redes sociales para encontrar algún testigo que pudiera aportar algún dato.
Un bombero confió que el cuerpo flotó justo cuando se levantó un importante viento en esa zona.
Ardua búsqueda
En estos días de rastrillaje participaron unos 100 efectivos entre bomberos, buzos, policías e inspectores de tránsito. También se dispuso de un perro adiestrado para búsqueda de cadáver.
Se lo buscó por tierra, aire y agua. Hasta participó del operativo un helicóptero del Ministerio de Seguridad de la Provincia, además de varios drones.
Intervinieron efectivos del Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (Etac), la Dirección de Seguridad Náutica y la Dirección de Unidades de Alto Riesgo (Duar), que cada día entregaban a la Justicia, los informes de la búsqueda.
Por caso, se sumaron nueve regionales con 25 cuarteles de bomberos voluntarios, más policías e inspectores de tránsito.
Más de una vez, los bomberos admitían la dificultad de la búsqueda por la escasa visibilidad en ese amplio lago.
En la costa se podía observar bomberos a bordo de kayaks que lo buscaban por tierra. También lo hacían policías que recorrían el lugar caminando.
En la búsqueda subacuática los buzos marcaban círculos y barrían cada lugar aproximado a su desaparición.
Por la noche quedaban consignas policiales en la costa y a su vez otros bomberos que portaban reflectores recorrían el lago de noche.
Una vez que el cuerpo flotó, se ordenó que todos los efectivos que participaron del operativo se alejaran del lugar.
Sólo trabajó la Policía con expertos asignados en estos casos.
Giudice tenía 42 años y vivía en Río Tercero. Era un empleado en una empresa de maquinarias agrícolas.
