Un intento de robo violento, tres balazos y la estela de sangre debajo del cuerpo sin vida de un chico de 14 años, que hace tiempo había abandonado la escuela para presuntamente dedicarse a actividades delictivas, agitaron este viernes el clima enrarecido en barrio Los Granados, de la ciudad de Córdoba.
Desde este rincón ubicado en la franja oeste de la ciudad, un puñado de vecinos llamó con desesperación al 911. Minutos antes de las 11 de la mañana, dos adolescentes atacaron a un cartero de la empresa Mail Ext, según informó la Policía.
Todo sucedió en la calle Graham Bell al 1570, a unos 100 metros del sitio donde dos semanas atrás, el lunes 21 de agosto, se produjo el primer intento de saqueo en la capital cordobesa, contra un mercadito ubicado en la esquina de José Manuel Fierro y José Iseas.
Los vecinos del lugar aseguran que los delitos se agravaron desde aquel día y que los robos son cada vez más violentos.
Esta vez, el intento de robo contra un trabajador de correo postal, que protagonizó un fuerte encontronazo físico contra dos sujetos desconocidos que, aparentemente, quisieron robarle, terminó con uno de los sospechosos fulminado de un disparo.
Pero los vecinos de Los Granados están cansados. “Vinieron, dispararon tres veces. Tres veces. Podrían haber matado a cualquiera y esto es algo muy común”, sostuvo una mujer que vive a pocos metros del lugar de los hechos.
La semana pasada, cuentan en la zona, se registraron al menos seis casos de arrebato y una riña callejera. Sin embargo, los frentistas reconocieron que “ya nadie hace las denuncias a la Policía”.
El presunto ladrón que se topó con la muerte en barrio Los Granados
Cuando el cartero, reconocido por fuentes policiales como Martín Alejandro Pérez (39), llegó al barrio a bordo de su vehículo de trabajo, una motocicleta color gris, marca Appia Vectra, de 110 centímetros cúbicos, dos desconocidos intentaron despojarlo de sus pertenencias.
Los supuestos delincuentes no superan los 16 años de edad. “Son dos adolescentes que tienen locos a los vecinos de la zona”, dijo una fuente del barrio Los Granados.
Los chicos también se manejaban en una motocicleta y su objetivo era, según sostuvo la Policía, perpetrar el robo contra Pérez, a quien le dieron un “culatazo”.
El cartero sintió el golpe en la nuca y se aferró a lo que llevaba consigo: una motocicleta, un bolso y su teléfono celular.
En medio del forcejeo, se oyeron tres disparos. No está claro, aún, de dónde provinieron los fogonazos.
Testigos del hecho que accedieron a hablar con este medio aseguraron que el cartero no poseía un arma.
“El más corpulento de los dos fue el que tiró y alcanzó a rozarlo con un proyectil. Se ve que no era muy hábil, porque el cartero le trabó la mano, se la corrió, y desvió el foco de los tiros siguientes”, dijo el vecino de la zona, quien pidió estricta reserva de su identidad.
Según indican las versiones policiales, al menos dos de esos disparos que percibieron los testigos impactaron de lleno en la cabeza de I.F., el adolescente de 14 años que luego quedaría tendido en el suelo.
El chico fue trasladado al Policlínico Policial. Los médicos encontraron dos heridas cortantes en el cuero cabelludo, una con cuatro puntos de sutura y la otra con dos. Minutos más tarde, el personal médico decretó el deceso por la herida de bala.
El proyectil había ingresado por la boca y no presentaba orificio de salida.
Un escape de película: aún no encuentran al acompañante del adolescente abatido
El otro chico que resultó ileso utilizó un ardid para escapar del lugar tras notar que su acompañante perdía sangre y entrar por unos minutos en estado de desesperación.
En medio de ese trance, caminó unos metros y se encontró con otro habitante del sector que estaba próximo al punto de la balacera, a bordo de un Fiat Uno.
A este joven de 22 años, le dijo que su hermano había sido víctima de un robo y que él necesitaba huir del lugar, porque su pariente ya lo había hecho, según relataron fuentes de la investigación.
El hombre, desprevenido de lo que aparentemente habría ocurrido, le abrió las puertas de su auto y lo llevó hasta el barrio vecino, 6 de Agosto, a unos 10 minutos del sitio donde se habían registrado los acontecimientos delictivos.
En el camino, según los testimonios del chofer del auto, el chico le dijo que estaba estudiando para ser agente de policía. Al llegar al mencionado barrio, bajó del vehículo y se fue caminando.
La Policía inició su búsqueda; sin embargo, no logró detener al presunto delincuente.
