En juicio abreviado, la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba impuso tres años de prisión en suspenso al supervisor de la firma “Impressos SRL” Federico Jesús Rossini por provocar “lesiones gravísimas calificadas por placer en contexto de acoso laboral (mobbing) y violencia de género”.
La sentencia sin precedentes se dictó este miércoles por el maltrato sufrido por la telemarketer Alicia del Rosario Moyano entre marzo y agosto de 2008 en la empresa de la que Rossini era supervisor.
El caso llegó a juicio luego de la instrucción practicada por la fiscal (retirada) Liliana Sánchez.
En el expediente se describe el maltrato sufrido por la mujer durante meses.
Se indica que el mobbing fue practicado “con el propósito de que la mujer renunciara a la empresa, a sabiendas del significado pernicioso del acoso y con intención de causar un daño en la salud física y/o psíquica de Moyano”.
También se sostiene en el expediente cuya acusación fue aceptada por el imputado que actuó “abusando de su superioridad jerárquica y mediante un trato grosero, agresivo, manipulador, vejatorio y humillante, basado en el terror y la persecución laboral”.
Entre otras expresiones denigrantes ante sus compañeros de trabajo, se citan frases como: “No servís para nada. Es más, tengo tu telegrama de despido en el cajón, que si querés podemos arreglar de otra manera para que te quedes...”.
También la instrucción relata uno de los dichos de Rossini a Moyano: “¿Le contaste a tu esposo que te hice llorar?”.
Por otra parte, se describen “actos consistentes en la aplicación de sanciones disciplinarias arbitrarias, acercamientos físicos constantes a la manera de acecho, tocamientos del cabello y hombros en forma de masajes, golpes a elementos de trabajo y gritos”.
De igual modo, se cita que el acusado le entorpecía a la víctima “el desempeño de sus tareas laborales y el logro de los objetivos de ventas, al no entregarle -o hacerlo tardíamente- las planillas de clientes o proveerle aquellas que se encontraban en desuso”.
Maltrato
Como consecuencia de este maltrato provocado “de manera ininterrumpida y sistemática” con “acoso psicológico y laboral”, la mujer sufrió “náuseas, falta de aire, ataques de pánico y afecciones gastrointestinales”.
Como contrapartida, se describe en la instrucción que este comportamiento “le produjo a Rossini sentimientos de placer, alivio, disfrute y regocijo ante las consecuencias deletéreas para su subordinada en el ámbito laboral”.
La víctima sufrió “trastorno por ansiedad con crisis de pánico secundario, estrés agudo producido por mobbing laboral que a nivel físico repercutió en una ‘gastropatía antral leve’, (lesiones) por las que se le indicó licencia médica psiquiátrica a partir del 14 de agosto” de ese año.
La perito psicóloga oficial Marcela Scaraffía sostuvo en su informe que la víctima padecía lesiones probablemente incurables a partir de un “trastorno de ansiedad generalizado, con ataques de pánico, en los que hay una condición neurobiológica que se activa en el cerebro”.
Condena
Además de los tres años de prisión en suspenso, Rossini deberá cumplir con una serie de condiciones, entre las que se cuentan dos solicitadas por el querellante por la víctima, Pedro Despouy Santoro.
El condenado deberá hacer terapia psicológica destinada a la erradicación de la violencia de género, además de un curso de violencia laboral con perspectiva de género.
Estas dos determinaciones fueron acogidas por el tribunal atendiendo a lo solicitado por la querella, según el artículo 32 de la ley 26485 y con arreglo al Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que compromete a los estados a erradicar la violencia y el acoso laboral.
