“Por favor, ¿viene un móvil? Quisieron robarme, les disparé y creo que maté a uno. Le di en la cabeza”. La voz de la mujer en el audio de WhatsApp, enviado al grupo de seguridad vecinal, refleja una crisis nerviosa y absoluta angustia. No es para menos: la vecina acaba de resistir un violento asalto en su casa, donde vive con su madre, y ha matado de un balazo en la cabeza a uno de los dos intrusos armados. El sujeto ha quedado muerto en el umbral de la estancia. El cómplice escapó a campo traviesa.
Al cabo de un rato llegarán algunas patrullas policiales. Más tarde, peritos, funcionarios y funcionarias judiciales, el camión de la morgue.
La zona queda precintada.
El violento episodio sucedido en la noche del sábado en una estancia ubicada en el paraje Los Molles, cerca de la localidad de La Granja, en las Sierras Chicas, es el último capítulo de la seguidilla de inseguridad que se registra en la provincia de Córdoba.
El penúltimo caso había sido el salvaje crimen de una jubilada ultimada a golpes en el rostro, el pasado viernes, por al menos un delincuente que había entrado a robar a su casa en el barrio Jorge Newbery, en la Capital. Ese caso está impune.
Volviendo a lo sucedido en Sierras Chicas, la vecina que ultimó al intruso permanece en libertad y sin imputación alguna, por orden del fiscal de Jesús María, Guillermo Monti.
Para el funcionario judicial, a priori, el caso se encuadra en un episodio de legítima defensa, según confiaron fuentes judiciales a La Voz.
De todos modos, el fiscal ha dispuesto que la mujer sea fichada (su nombre no se da a conocer porque no está imputada de nada) y nombre defensa para eventuales actos procesales que deberá cumplir.
Hasta ahora, los últimos casos de víctimas de robo que terminaron matando a sus agresores han sido encuadrados en casos de legítima defensa por las distintas fiscalías de Córdoba. De todos modos, no es que haya una directiva en ese sentido.
El último episodio había sido el de un vecino de Anisacate que, en agosto pasado, ultimó de un disparo en la cabeza a uno de los asaltantes que había entrado a robar a su casa.
Desde la Policía y la Justicia siempre se desaconseja tener un arma en casa y se desalienta aquello de enfrentarse a delincuentes por el riesgo que eso conlleva, tanto para sí mismos como para la propia familia. Dejando de lado que se trata de una situación de alta crisis y muchas veces sin retorno, siempre se recomienda dar aviso a la Policía que está preparada para enfrentar estas situaciones de peligro.
Asalto armado a la estancia
Eran las 21.30 del sábado cuando al menos dos encapuchados, uno de ellos armado, lograron entrar a una estancia enclavada en las afueras de La Granja, a 51 kilómetros de Córdoba Capital. No está claro cómo llegaron ni entraron.
Lo que sí se sabe es que mientras uno de los sujetos redujo a una mujer de 86 años, que estaba en el comedor, el otro fue hacia un taller de arte y amenazó a su hija, de 58.
Fuera de sí, esta mujer se enfrentó al delincuente. Terminó golpeada.
En segundos, los intrusos redujeron a madre e hija de una violenta manera, mientras exigían todo el dinero que había en la residencia.
La casa comenzó a ser revuelta entre gritos y amenazas de muerte. Asustadas, las víctimas terminaron entregando 100 mil pesos y 300 dólares, entre otras pertenencias.
Con el botín en mano, los ladrones decidieron escapar y eso fue lo que hicieron por la entrada principal, según fuentes del caso.
Fue en esas circunstancias que la situación entró en un punto de no retorno.
Balazos, drama y muerte
Desesperada, la hija de la jubilada tomó una pistola semiautomática 9 milímetros que estaba escondida en una mesa del living.
En circunstancias que están siendo investigadas, se enfrentó con uno de los delincuentes. No está claro si hubo disparos cruzados.
Lo que sí se sabe es que uno de los individuos terminó alcanzado por un balazo en la cabeza. Cayó muerto ya en la entrada a la casa.
El cómplice corrió y se perdió en medio de la oscuridad.
Varios billetes quedarían esparcidos por todo el predio.
No tardaron mucho los policías en identificar al hombre ultimado.
Se trata de Carlos Saúl Campos, quien tenía 29 años y residía en barrio Sierras y Parque, en la ciudad de Jesús María.
Tenía un amplio historial delictivo en el que sobresalen robos calificados varios, hurtos, lesiones agravadas, amenazas calificadas, violación de domicilio, entre otras cuestiones.
La última condena fue en marzo pasado. Era múltiple reincidente y llamativamente estaba libre.
Varias voces se están haciendo escuchar en La Granja. Son habitantes hartos de los robos y que exigen más policías. Un reclamo que se extiende por Sierras Chicas.
En Córdoba Capital buscan a los asesinos de la jubilada
Mientras aumentan la bronca y el reclamo de justicia en barrio Jorge Newbery de Córdoba Capital tras el salvaje asesinato de la jubilada Ana Beatriz Pasos (80), los cuerpos investigativos trabajan para identificar y atrapar a los criminales.
La víctima vivía sola y sufrió un fuerte golpe en la cabeza en el marco de un asalto domiciliario el pasado viernes.
La presunción de los pesquisas es que la mujer conocía a uno de los individuos y, sin saber lo que le esperaba, le franqueó el ingreso de la vivienda.
En ese punto están orientadas todas las averiguaciones.
En paralelo, mientras se toman testimonios y se buscan testigos, se analizan filmaciones de cámaras de seguridad ubicadas en la zona.
Como se indicó en La Voz, la escena fue descubierta por una de las hijas de la víctima el viernes a la siesta. La mujer estaba preocupada porque su madre no respondía los mensajes ni las llamadas.
El cuerpo estaba estaba tirado en la cocina de la vivienda, una casa esquina que cuenta con rejas.
Durante años, Ana tuvo un quiosco que atendía desde el portón de su casa por lo que todo el barrio la conocía. Tras un accidente que le provocó un fuerte golpe y una internación cerró el negocio y se la empezó a ver cada vez menos.
El mismo viernes, numerosos vecinos y vecinas de la zona salieron a exigir el urgente esclarecimiento del asesinato.
