“Estoy hecha bolsa”, dijo la mamá de Valentino Blas Correas (17) al salir de la audiencia en la que el tribunal comunicó a las partes que el juicio por el crimen de su hijo se suspendía por la ausencia de cuatro jurados populares. A Soledad Laciar no le quedó más que suplicar: “Si alguno de los jurados está viendo, que aguante. Nosotros hace dos años que venimos peleando por justicia, me da mucho miedo. Les pido que me acompañen un poquito más”.
En la puerta de la sala de audiencias, la mamá de Blas reconoció lo que los jueces del pueblo “han hecho hasta ahora, porque es mucho desgaste”.
Pero les pidió un esfuerzo más.
“Si me declaran el juicio nulo es arrancar de nuevo”, remató Soledad, quien reconoció que tiene miedo de que todo lo hecho hasta ahora quede anulado.
Tras la conmoción inicial que sufrieron todos los presentes -entre las partes del juicio, la prensa y el público- desde el mismo tribunal se brindaron precisiones de las cuatro ausencias.
Daniela Tulián, secretaria de la Cámara 8ª del Crimen de Córdoba, informó a La Voz que los ausentes al momento de reiniciar las acciones en la primera audiencia de 2023 son cuatro jurados varones.
De esos cuatro, uno de ellos se excusó porque cambió de trabajo y ahora no puede ausentarse de sus nuevas tareas por incompatibilidad horaria.
De fondo, en esta como en otras ausencias que ya se han producido por cuestiones laborales, está el pago del peculio que reciben los ciudadanos, el que asciende a unos 3.300 pesos diarios (por audiencia a la que se asiste), más un adicional de viáticos si deben trasladarse desde otra localidad.
Hay muchos jurados que pueden obtener el permiso de la patronal y afrontar sus necesidades con lo que les paga el Estado por ir al juicio, pero otros pierden dinero con los días que no van a trabajar. Acaso el peso de la inflación esté haciendo necesaria una actualización.
Los otros tres ausentes de este miércoles son otros tres varones que presentaron sendos certificados médicos por problemas de salud. Uno de ellos debe afrontar una cirugía, lo que lo apartaría del juicio por un buen tiempo. Pero los otros dos tendrían afecciones cuya recuperación insumiría sólo unos días.
Por lo pronto, el presidente del tribunal, Marcelo Jaime, anunció al suspender la audiencia que el viernes se reanudará el juicio, con el trámite previsto para la vista de reanudación.
Para esa jornada se prevé un careo entre tres policías que supuestamente han incurrido en contradicciones al declarar como testigos. Son los oficiales Luis Quevedo y José Tolosa y el suboficial Juan Pablo Papurello.
Una vez que se enfrente cara a cara a estos tres uniformados, se estima para el viernes dos nuevos testimonios, los de Martín Arnedo y Cristian Amaya.
¿Por qué hay peligro?
Si bien desde Prensa de la Justicia provincial emitieron un comunicado en el que se indica que para el tribunal “no está en riesgo la continuidad del juicio”, algunos actores opinan que la situación puede tornarse riesgosa si se producen más ausencias.
El sistema de jurados populares, inaugurado en la provincia de Córdoba por la administración de José Manuel de la Sota en 2005, prevé que las audiencias se celebran con ocho jueces legos titulares y ocho suplentes. En ambos planteles debería haber equidad de género, es decir, cuatro mujeres y cuatro varones.
En esta jornada de miércoles, se presume que había ocho integrantes para completar los titulares, pero con mayoría de mujeres. Para el viernes, esperan poder llegar a la equidad entre mujeres y varones. Si bien la ley no indica la obligación de proporcionalidad de género, el Tribunal Superior de Justicia formuló una directiva en la que así lo expresa.
En el juicio por el crimen de Blas Correas y su encubrimiento, ya se han producido reemplazos y si siguen utilizándose suplentes, estos pueden agotarse. Aquí hay que aclarar que no pueden agregarse nuevos suplentes como reserva para luego ser titulares, si fuera necesario, porque los suplentes que se suman deben haber presenciado “todas” las audiencias. En otras palabras, el juicio arrancó con ocho titulares y ocho suplentes, asistiendo todos a todas las audiencias. Pero no pueden agregarse nuevos jurados porque no presenciaron todo el debate.
También en la puerta de la sala de audiencias, después de la suspensión, el abogado defensor Justiniano Martínez señaló que “este juicio debe terminar, es necesario que termine, por todos, por los familiares de Blas Correas y por algún acusado que pueda resultar inocente”. Luego, el letrado que defiende a Enzo Gustavo Quiroga explicó que “si se agotan los jurados populares se genera una situación de imposibilidad de terminar el debate”.
Luego, el experimentado penalista expresó lo que muchos tratan de asegurar: “Tengo la esperanza y el propósito de alentar a las partes que terminemos”.
Comparación inevitable
A poco de conocerse la suspensión y de escuchar a algunos actores de este juicio sobre el riesgo de que haya nuevas bajas en el jurado, muchas de esas voces entraron en una comparación casi necesaria con lo sucedido durante el mes pasado con el juicio en los Tribunales de Dolores (Buenos Aires) a los ocho jóvenes condenados por la muerte de Fernando Báez Sosa.
Mientras en Córdoba el debate de Blas tenía fecha prevista de finalización para noviembre, se evaluó en las últimas horas como mucho más expeditivo el trámite de la causa de Buenos Aires, con cerca de 80 testigos y unas 13 audiencias durante enero, para cerrar con la sentencia condenatoria y sus fundamentos.
La crítica central a las demoras en la causa Blas es que los interrogatorios a los testigos fueron por demás minuciosos, a un ritmo de un testigo por jornada, en no pocas audiencias. Eso hizo superar las previsiones iniciales de un juicio a finalizar en noviembre.
Ahora, según la secretaria Tulián, sólo quedarían unos 10 testigos para llamar a declarar (en lo que queda de febrero) y luego podría pasarse a las conclusiones de las partes, que no son pocas.
Según estas previsiones, desde la Cámara indicaron a otros medios que el final del juicio podría producirse durante marzo.
Por su parte, Alejandro Pérez Moreno, el abogado que asiste a los familiares de Blas como querellantes, habló de paralelismos entre este juicio y el del crimen de Báez Sosa. “Hoy por hoy, este caso como aquel tienen algo en común, la prueba fílmica (en la) que están los hechos grabados. Pero, a diferencia de aquél, (en este) tenemos también el reconocimiento de aquellos que han participado y han confesado cómo ha sido el hecho. Es decir, estamos en mejor condición probatoria”.
Otras fuentes indicaron que, a raíz del problema de la baja de jurados populares, las partes están tratando de abreviar algunos trámites para hacer más rápida la incorporación de la prueba restante.
Por la tarde, este miércoles algunas fuentes judiciales confiaron que tras una reunión del tribunal técnico con los fiscales se habrían analizado alternativas para acortar el juicio. En principio, el Ministerio Público podría pedir que los testimonios que convocaron (o algunos) se incorporen por su lectura, sin necesidad de convocar a más gente. De igual modo, algo parecido podría lograrse con algunas defensas.
Esto acercaría el momento del inicio de los alegatos de las partes, que con 13 acusados son muchos e incluirán un complejo análisis de hechos.