Luego de una minuciosa investigación por parte de la Policía y la Justicia de Córdoba, este viernes se logró desbaratar una banda que habían montado una suerte de “laboratorio” clandestino de inhibidores de alarmas, aparatos permiten anular la seguridad de los vehículos y robarlos, algo que ocurre cada vez con mayor frecuencia en la provincia.
En las últimas horas, realizaron diversos allanamientos en simultáneo en la ciudad de Córdoba que permitió desbaratar el grupo que además de llevarse los autos, fundamentalmente de alta gama, también se robaban las ruedas que cotizan en un alto valor en el mercado ilegal.
Al menos cinco delincuentes fueron detenidos, entre ellos, un comerciante que compraba las gomas y llantas robadas para luego facilitar la venta en el sector legal.
La investigación desde el lado de Tribunales estuvo a cargo del fiscal Rubén Caro, quien aseguró que los delincuentes “podían robar desde un camión hasta el auto más simple” con los elementos de alta tecnología.
Aún quedan ladrones prófugos y consideró que en las próximas horas podría haber más novedades. La banda operaba bajo el cerebro de un “ingeniero” que armaba los dispositivos aparentemente detrás de un taller dedicado a la puesta a punto de relojes de taxis y remises, que funcionaba de manera legal.
Por qué el operativo se llamaba Pandora y qué tecnología importaban de Europa
Según informaron desde la Policía de Córdoba, secuestraron inhibidores de alarmas y sistemas de apertura, cubiertas, llantas, cajas de herramientas, entre otros elementos.
Entre los aparatos tecnológicos secuestrados existía uno especial que se importa desde Europa, cuyo nombre es Pandora (así se denominó al operativo) y que les permitía a los delincuentes decodificar el encendido electrónico de autos de alta gama.
Estos aparatos contienen una determinada cantidad de claves que permiten pasar de una a otra hasta encontrar la correcta y abrir el vehículo.
Realizaron allanamientos en tres puntos clave. En primer lugar, desactivaron el laboratorio de inhibidores que funcionaba en el interior -no a la vista del público- de un taller de electrónica donde reparaban los relojes de taxis y remises. Esto último era una actividad legal en barrio Don Bosco.
También realizaron un operativo en barrio Villa La Lonja. Allí detuvieron a uno de los ladrones, quien compraba los inhibidores y luego salía a robar. Asaltaba los vehículos, sustraía los neumáticos y todo lo que encontraba en su interior.
Una gomería en barrio Don Bosco también fue allanada. El dueño sería el encargado de comercializar las ruedas y llantas robadas.
