Un milagro. Así describen las consecuencias del grave hecho de inseguridad ocurrido el martes a la noche en la ciudad de Cruz del Eje, cuando un adolescente de 16 años apuñaló a una joven de 22 con la presunta finalidad de robarle sus pertenencias. La joven sufrió heridas leves en el cuello y en el mentón.
Todo podría haber acabado en un desenlace fatal, dicen los investigadores, puestos a juzgar la saña con la que actuó el atacante. Creen que la joven mujer se salvó por la mala puntería y por la escasa fuerza del chico.
La causa es atendida por la jueza penal juvenil María Lourdes de Puerta. Las primeras medidas no tardaron en ejecutarse: buscaron filmaciones, testigos y dieron actuación a la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf).
Luego del ataque, el adolescente fue abordado por la Policía y puesto a disposición de la Justicia.
Por estas horas, se encuentra alojado en el Complejo Esperanza, en la localidad de Bouwer.
Este nuevo episodio de inseguridad se inscribe en el marco de una preocupante seguidilla de actos violentos protagonizados por adolescentes.
En la mayoría de ellos, los chicos actuaron armados.
Días atrás, este medio le puso una cifra al drama de los menores y el delito: hubo 14 hechos de violencia urbana e inseguridad en los que estuvieron involucrados chicos con menos de 17 años.
El informe fue publicado hace seis días. Con este reciente episodio, ya son 15 los sucesos delictivos protagonizados por adolescentes.
El caso anterior fue el ataque a Lázaro, un chico de 13 que se debate entre la vida y la muerte en la terapia intensiva del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, luego de recibir un golpe en la cabeza con un pedazo de cordón de la vereda (concreto) en su cabeza.
Todo ocurrió el 12 de noviembre en la plaza Jerónimo del Barco, de barrio Alto Alberdi. Allí lo atacó una patota conformada por otras personas de corta edad, de entre 15 y 14 años.
La familia de Lázaro reza y espera por la evolución del adolescente, a quien ya se le diagnosticó un daño cerebral irreversible.
Por este ataque, la Justicia identificó a cuatro adolescentes, uno de 15 y otros tres de 14 años. Uno solo fue puesto bajo tutela judicial en el Complejo Esperanza. Es el que habría arrojado el objeto contundente contra la víctima.
Una joven, la víctima más reciente de un robo adolescente
Respecto de lo sucedido en Cruz del Eje, aparentemente la joven se encontraba en un polideportivo provincial ubicado al frente de la Escuela Normal Superior “República del Perú”, en la calle Sarmiento al 1155 de aquella ciudad.
El reloj daba las 21.30 y algunos minutos más tarde habría de encontrarse con otra persona con quien, según creen los investigadores, iba a mantener una cita.
La zona, según conocedores de la ciudad que accedieron a hablar con La Voz, presenta “falta de iluminación”.
Minutos antes, había salido de estudiar. La joven mujer estaría cursando el terciario en el establecimiento educativo que se encuentra al frente del playón donde se había ubicado.
Luego de la cita, tenía previsto volver a su casa.
Pero los planes cambiaron repentinamente, cuando por detrás de ella apareció un adolescente.
Según el parte policial, el atacante tomó a la joven por la espalda, la amenazó y le exigió que entregara su dinero y sus pertenencias, entre ellas un celular Samsung J2.
La chica atinó a moverse y el atacante la cortajeó con un puñal.
La sangre comenzó a brotar en la zona del cuello. “Fue una herida profunda que por fortuna no le causó mayores complicaciones”, expresaron allegados a la joven.
El que empuñaba el arma era un adolescente de tan sólo 16 años. Es el dato que más preocupa por estas horas en la ciudad del nordeste cordobés.
Por fortuna, las heridas causadas sólo produjeron pérdida de sangre. Podría haber sido un hecho más grave, volvieron a repetir los pesquisas.
La victima logró llamar a la Policía, que montó un operativo cerrojo en el sector. A pocas cuadras del ataque, en la intersección de Costanera y ruta nacional 38, encontraron al adolescente.
Los uniformados pidieron los antecedentes. En efecto, se trataba de un chico con un largo prontuario delictivo.
“Tenía caídas por dos robos. Había sido aprehendido y había recuperado la libertad”, detallaron los investigadores.
En la cintura del chico encontraron una cuchilla con mango roto, de 25 centímetros, y en su billetera había una tarjeta de memoria de 16 gigabytes marca Kingston.
La tarjeta fue clave, porque la joven la había descripto: misma marca, misma capacidad.
Durante el cacheo, también le encontraron un envoltorio de color negro con picadura de marihuana y una bolsa blanca que contenía 13 envoltorios de cogollos. La Policía dio parte del operativo a la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA).
Luego de las primeras averiguaciones, la Policía tomó conocimiento de otro hecho, según información oficial, en el que otro adolescente había sido víctima de un robo de su celular Motorola G22. También habría sido ese adolescente el responsable de ese otro robo.
