En los próximos días, el fiscal de instrucción Raúl Ramírez indagará a los seis policías que están detenidos en el marco de la causa por el crimen de Jonatan Romo, ocurrido el pasado 10 del corriente en la ciudad de La Falda. Aquel domingo, el muchacho sufrió uno de sus brotes psicóticos, acudieron policías y, en el marco de una violenta e injustificada detención, terminó muerto en la comisaría.
Según la hipótesis del fiscal, Jonatan fue víctima de asfixia mecánica provocada por terceros.
Cuatro policías están presos por supuesto homicidio calificado. Esa figura prevé prisión perpetua.
De esos cuatro, dos son los que lo detuvieron en la calle (hubo golpes y rodilla sobre la espalda); los otros dos habrían tenido otra conducta violenta (que no trascendió) ya en la dependencia policial.
A su vez, hay un quinto y un sexto policía preso e imputado por encubrimiento agravado. Entre ellos, el subcomisario que estaba a cargo en la comisaría.
Según el fiscal, habrían mentido y tratado de desviar lo sucedido al escribir en el libro de guardia que Romo sufrió una “descompostura”.
Los seis uniformados permanecen presos, por ahora, en el Establecimiento Penitenciario 9, en Córdoba Capital, y serán enviados a la Cárcel de Bouwer de un momento a otro.
Ramírez sigue trabajando en la causa del crimen, recolecta pruebas y se prepara para indagatorias.
Ramírez se encuentra como fiscal de feria por las vacaciones judiciales de julio. Reemplaza a la fiscal natural de Cosquín, Paula Kelm.
Esta funcionaria regresaría a su trabajo recién en agosto y se hará cargo de la causa Romo.
Por cuerda separada, el fiscal Ramírez ha abierto otra pesquisa y que tiene a más policías bajo la lupa.
¿De qué se trata?
La golpiza de diciembre
El pasado 18 de diciembre de 2021, Jonatan Romo sufrió otro brote y fue detenido por policías. Terminó en un hospital tras sufrir lesiones.
Su familia y el abogado que los representa, Luis Galli, vienen denunciando desde hace varios días aquel violento episodio.
“(Esa jornada) Jonatan tuvo otro pico psicótico, cinco policías lo detuvieron y le pegaron para que tenga. Dos de los que lo golpearon, ahora están presos por el crimen. Jonatan sobrevivió a la primera golpiza, pero a la segunda no”, dijo el abogado.
“Quiero que se esclarezca el primer hecho, acá están faltando policías por imputar y detener”, añadió el letrado, quien apuntó contra el por entonces jefe de la Departamental Punilla Norte, Diego Bracamonte, y contra la fiscal Kelm.
El pasado lunes, Galli se presentó en sede judicial y radicó la denuncia.
Con esta presentación, el fiscal Ramírez abrió una nueva pesquisa.
Según trascendió de fuentes oficiales, no se descarta que puedan producirse imputaciones con el correr de las jornadas.
Desde la fiscalía se señaló que en el hecho de diciembre la fiscal Paula Kelm había pedido “el sobreseimiento de Jonatan Romo, quien había sido acusado de resistencia a la autoridad”. Se indicó que por aquel episodio se decretó su “inimputabilidad” por su condición psiquiátrica.
Para las dos investigaciones que lleva adelante, el fiscal Raúl Ramírez no trabaja con pesquisas de la Policía de Córdoba, mucho menos de la Departamental local.
El funcionario trabaja con su propio personal de la fiscalía como así también de la Dirección de Investigaciones Operativas (DIO), dependiente de la Policía Judicial.
La familia de la víctima y la parte querellante denunció que en el episodio de diciembre, Jonatan fue atacado por cinco policías, dos de los cuales se encuentran ya detenidos por el homicidio.
Disputa judicial
Como fue dicho, el fiscal avanza también en la causa central por el homicidio de Jonatan.
El propio Ramírez prevé indagar a los seis policías presos en el corto plazo. Una versión daba cuenta que esto podría suceder este viernes, aunque otra posibilidad es que suceda ya la semana próxima.
El abogado Pedro Despouy Santoro asumió la defensa de tres de los policías presos por homicidio.
“Nos sorprende una imputación de semejante envergadura (homicidio calificado) para un hecho que no corresponde que sea así valorado”, opinó el letrado.
“Estamos muy lejos de hablar de un homicidio doloso. Los policías lejos están de haber tenido la intención de matar a la pobre víctima. Estamos hablando de un hecho fortuito, de una desgracia o en el peor de los casos de un homicidio imprudente por impericia en cuanto al modo de reducir, la técnica que debieron teóricamente haber empleado”, dijo.
