En el listado de homicidios registrados este año en Córdoba, abundan graves dramas. Por sus características y derivaciones, uno de los casos más serios fue el que tuvo por víctima a Gabriela Pérez, la joven ultimada de un balazo durante un acto del gremio de los trabajadores de la limpieza (Soelsac) en un club de barrio Yapeyú, en la Capital.
Recientemente, la causa dio un abrupto giro cuando la fiscal Silvana Fernández ordenó la detención de un hermano de la víctima. Se trataba de Gustavo Herrera (35), quien quedó acusado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Para la fiscal y su equipo, Herrera habría sido el hombre que abrió fuego contra el club. Uno de esos balazos atravesó una ventana y dio justo en la humanidad de su hermana, quien estaba almorzando.
La sospecha es que el hombre actuó, junto con otros cómplices (no identificados todavía), a pedido de otra persona u organización.
Se cree que se trató de un “atentado” ejecutado a cambio de dinero.
Tras ser detenido, el acusado había sufrido una crisis nerviosa, por lo que fue trasladado al Centro Psico Asistencial, un neuro que depende de la Justicia y que funciona detrás de la Alcaidía.
Sin embargo, en las últimas horas fue derivado a la cárcel de Bouwer.
Todo sucedió el pasado 9 de septiembre en el club Yapeyú, ubicado en la barriada homónima de la ciudad de Córdoba.
En la entidad se desarrollaba un acto-almuerzo del Soelsac. Había alrededor de 200 personas.
En ese marco, un hombre con gorra llegó caminando, sacó una pistola 9 milímetros y efectuó varios disparos contra el club.
Adentro estaban los afiliados y las autoridades del Soelsac. Entre los presentes, se encontraba el secretario general del Soelsac, Sergio Fittipaldi. Para la Justicia y la Policía, hubo sólo disparos desde afuera.
Uno de los plomos dio en Gabriela. En medio de las corridas y del griterío, la joven madre fue cargada en un auto y trasladada hasta un hospital, donde murió rato después.
A todo esto, tras los disparos, el agresor escapó con otros hombres en un VW Vento, según la sospecha de la Justicia.
Preso y acusado
Resultado de una pesquisa basada en filmaciones de cámaras de seguridad, rastreos de comunicaciones y testimonios varios, entre otros elementos, Gustavo Herrera fue detenido por la Policía en el mismo barrio Yapeyú.
Quedó acusado con la gravosa figura de homicidio agravado por el uso de arma.
Había salido en libertad hacía tan sólo cinco meses, luego de haber purgado una condena por delitos contra la propiedad.
Los pesquisas aseguran que hay una cantidad abundante de pruebas que complican la situación procesal del acusado. Sin embargo, desde la familia, fundamentalmente la madre de Gabriela (Liliana Pérez), insisten en que el hombre es inocente y en que se trata de una detención sin argumentos.
La fiscal la recibió en su despacho y escuchó con atención lo que la mujer tenía para decir.
Pero la funcionaria también fue elocuente en cuanto al peso de las investigaciones.
En el marco de las sospechas, se cree que el ataque sería derivación de la rivalidad que mantienen facciones del Soelsac y del gremio de los recolectores de residuos (Surrbac). También hay presunciones sobre que podría tratarse de una disputa con orígenes en la tribuna popular del Club Atlético Talleres, más precisamente por el control de la barra brava La Fiel.
La causa, por ahora, tiene una parte querellante. El abogado Carlos Nayi representa al viudo y a la hija de 5 años que el hombre tenía con Gabriela. Reclaman justicia.
La niña, mejor dicho, pregunta todos los días por su mamá. Quiere saber cuándo va a regresar a casa de una vez por todas.
