“El juicio ha terminado”. Caía la tarde del miércoles pasado, cuando el juez Ricardo Py dio por finalizada la última audiencia del proceso oral por el “gatillo fácil” contra Joaquín Paredes.
En la sala de audiencias de la Cámara del Crimen de los tribunales de Cruz del Eje se vieron las primeras sonrisas de los defensores y de los policías que habían sido absueltos.
Las caras felices contrastaban con las del agente Maykel López, quien acababa de ser condenado a prisión perpetua, como así también con el rostro de la fiscal y de los querellantes. La mamá de Joaquín, Soledad Paredes, sintió una profunda desazón y no pudo evitar caer en llanto con los suyos, tanto en los tribunales como ya en la calle y en su hogar.
Hoy, la mujer siente cierto alivio de que el asesino de su hijo fue condenado a la pena máxima de la ley argentina. Sin embargo, siente la bronca y la desazón de que no se hizo justicia completa por aquel crimen policial ocurrido en Paso Viejo en 2020. Fue el tercer “gatillo fácil” cometido por la Policía cordobesa en ese año (tres casos en tres meses).
“El juicio ha terminado”, dijo el juez Py y habrá que esperar hasta el 7 de septiembre para conocer los fundamentos del fallo que condenó al agente López y que absolvió a otros cinco policías. Cuatro de ellos estaban acusados por homicidio, el restante por amenazas calificadas.
Fueron absueltos por la duda. Sabido es que en la Argentina, para condenar debe haber certezas. La duda beneficia al reo.
El juicio ha concluido.
Sin embargo, el caso lejos está de haber quedado cerrado.
Casaciones en puerta
Fabiana Pochettino es la fiscal que investigó el “gatillo fácil”, envió a juicio a los policías y ya, siendo fiscal de Cámara, reclamó condena a perpetua para cinco de esos uniformados.
Para la representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), aquella madrugada del 25 de octubre de 2020, los efectivos formaron parte de un plan criminal en la plaza de Paso Viejo, norte cordobés.
En su alegato final, dijo que los policías tiraron a matar y que hoy tranquilamente podría haber no sólo un muerto, sino varios más.
“Las balas que recibieron los jóvenes ingresaron por la espalda. ¡De qué enfrentamiento me quieren hablar! ¿De qué peligro de vida me hablan? Lo mataron por la espalda a Joaquín. Joaquín estaba escapando con miedo... B. (NR: el amigo de Joaquín) no murió por cinco centímetros”, exclamó Pochettino, cuando alegó en el juicio, días atrás.
Si bien los fundamentos del caso Joaquín no se conocen aún, los jueces entendieron que la acusación y la prueba presentada eran insuficientes para condenar a todos. Había grietas.
Pochettino no habla, por ahora.
Sin embargo, se sabe que la fiscal espera leer esos fundamentos a fondo ya que tiene toda la intención de casar el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba.
La sala penal del máximo órgano judicial de la provincia tiene numerosas apelaciones para analizar y resolver. Por caso, tiene pendiente dar cauce a la batería de casaciones presentadas por el otro “gatillo fácil”: el de Blas Correas. Por ese otro crimen policial, 11 uniformados fueron condenados. Dos de ellos, a perpetua.
Volviendo al caso de Joaquín Paredes, quien ya anticipó que casará el fallo del tribunal de Cruz del Eje es el abogado Claudio Orosz, quien representa desde un primer momento a la familia de la víctima.
El experimentado letrado le dijo a La Voz que irá en casación, ya que considera que no se valoró adecuadamente la prueba, por lo que entiende que los policías Iván Alexis Luna, Enzo Ricardo Alvarado, Jorge Luis Gómez y Ronald Nicolás Fernández Aliendro deben ser condenados como supuestos partícipes de homicidio calificado.
De todos modos, Orosz se mostró, en cierta forma, conforme con la condena aplicada a Maykel López. El policía, al hacer uso de la última palabra, le pidió perdón a la mamá de la víctima y al resto de la familia.
“Hay que destacar que en la jurisdicción de Cruz del Eje, en el interior profundo, es un logro que por primera vez se haya condenado a un policía por un homicidio agravado y calificado”, le dijo a La Voz.
Orosz, quien trabajó con su par Ramiro Fresneda, entiende que los cinco policías que participaron de la represión en Paso Viejo deben ser condenados por homicidio calificado y tentativa de homicidio calificado. Entiende que uno mató, pero los demás, por su forma de actuar, fueron partícipes, ya que también hicieron disparos en una suerte de operativo “encerrona” contra los jóvenes.
“Hubo abuso ‘municional’ (disparos). Lo hubo para todos los policías que estuvieron allí y nuestro pedido es que también se los condene”, sostuvo, tras remarcar que abunda la prueba testimonial y pericial realizada por Policía Judicial.
“Si es necesario, iremos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y hasta la Corte Interamericana. Es un gran logro que en la tierra de donde salieron los peores represores del D2, y que siempre habían gozado de impunidad, haya una condena. Es un paso adelante”, cerró.
Apelación de la defensa
Respecto al policía López, se sabe que su defensa recurrirá ante el TSJ ya que considera que el fallo no fue por lejos justo.
El abogado Jorge Sánchez del Bianco había reclamado que su cliente sea absuelto ya que entendía que su accionar estaba encuadrado en la legítima defensa. Dijo en su alegato que los policías se defendieron de las pedradas lanzadas por algunos jóvenes en la plaza de Paso Viejo.
En el alegato, la defensa del uniformado cargó contra la fiscal.
Dolor de madre
Soledad Paredes, la madre de Joaquín, expresó: “Estoy conforme con la sentencia de perpetua que le dieron al asesino de mi hijo, pero por otro lado estoy con un sabor amargo por los otros policías que fueron absueltos. La verdad que no esperaba este fallo. Ninguno de esos policías fue capaz de parar esa locura y encima abandonaron a mi hijo lo dejaron tirado como un perro”.
Respecto al fallo de los jueces, agregó: “No sé que más pruebas quieren... ¿Pretendían tener otro pibe muerto? Nosotros vamos a seguir luchando. Esto no puede quedar así”.
La bronca de Soledad Laciar
La mamá de Blas opinó: “El fallo es vergonzoso. Parece que la Policía se hubiese enfrentado a los barrabravas de un club de fútbol y en realidad eran seis, siete, ocho pibes de 15 años en una plaza”. Remarcó: “Decir que no hay responsabilidades más que de quien disparó, me parece una falta de respeto a la familia, a los chicos, a la sociedad en su conjunto. No puedo dejar de sentir lo que está sintiendo Sole ahora, una gran desilusión de la Justicia”, expresó Laciar.
