Luego del asesinato de Sebastián Villarreal (42) en barrio Yofre Norte, al noreste de la ciudad de Córdoba, sus allegados viven días de extremo dolor. Y ahora se sumó un sentimiento de miedo por los hechos de inseguridad que se viven a diario en la barriada.
Hace 22 días, el 11 de febrero por la tarde, un grupo de ladrones robó los celulares a la hija y al hijo de la víctima. Les apuntaron a la cabeza con una pistola. Los amenazaron con que los iban a matar.
Aun con el mal trago en la memoria familiar, el jueves pasado Sebastián salió de su casa en moto, a las 6 de la mañana, hacia la fábrica de plásticos Dise SA. En calle Fulgencio Montemayor al 2300, en Yofre Norte, fue atacado por motochoros. Esta vez los atacantes dispararon.
El hombre pidió clemencia en el suelo. Tras ser ultimado con pistola, le robaron la moto.
La causa está en manos del fiscal Andrés Godoy quien convocó a un grupo de pesquisas de Robos y Hurtos de la Policia. Mientras se revisan filmaciones y se buscan testigos, se trata de dar con los criminales.
Por el momento, no hay imputados ni detenidos por la causa.
La familia de la víctima no sabe cómo actuar. Está, dicen sus integrantes, paralizada por el miedo.
Bronca y dolor
En la casa de los Villarreal temen por cualquier secuela que puedan provocar los hechos de violencia que enlutaron a la familia. Los hijos de la víctima, Martina (20) y Santiago (15), permanecen al resguardo de tíos y abuelos.
El único que se hacía cargo de ellos era Sebastián. Y si bien siguen estudiando –dos carreras universitarias ella y en la secundaria él–, hoy se encuentran abrumados por el crimen.
Familiares, allegados y amigos de la víctima convocaron a una marcha en reclamo de justicia para este jueves. Será a las 18 en las inmediaciones del centro comercial Patio Olmos, zona céntrica de la ciudad capital.
La abogada Daniela Castro Barreiro se convirtió en la representante de la familia como querellante.
La clave, para la familia, es saber qué pasó con Sebastián. La pregunta que se impone con fuerza por estas horas gira en torno a la saña con la que actuaron los delincuentes.
“Estaba tirado en el suelo. Pedía por favor que no lo mataran. No tenía ningún problema con nadie y tiraron cuatro tiros, hasta matarlo”, dijo Jimena, la hermana de Sebastián, en diálogo con La Voz.
Y advirtió que junto a sus vecinos creen que viven en una “zona liberada”.
“Hace 20 días les robaron los celulares a mis sobrinos. Les apuntaron a la cabeza. Y fuimos hasta la posta policial, en la plaza del barrio”, comenzó a relatar.
Respuesta “inadecuada”
Según la mujer, la Policía de Córdoba dio una respuesta inadecuada. “Nos dijeron que estaban apostados en la plaza porque andaban ‘dos chicos echando moco’ en la zona. Esa no puede ser una manera de actuar de parte de las fuerzas. De hecho, no salieron a perseguir a nadie y les estábamos diciendo que nos acaban de robar a metros de ese lugar”, recordó.
“Queremos dejar de escuchar discursos bonitos y necesitamos que haya respuestas urgentes. Los asesinos están sueltos”, reclamó.
En la fábrica, los compañeros de trabajo de Sebastián continúan en estado de perplejidad.
Sebastián había comenzado a trabajar allí hacía más de 20 años, como operario de la fábrica. Había estudiado, sin terminar la carrera, diseño industrial y con el tiempo fue nombrado supervisor. Tenía a varios trabajadores bajo su órbita.
El caso
Sebastián fue asesinado el jueves 29 de febrero a las 6. Fue baleado en el tórax en barrio Yofre Norte, al nordeste de la ciudad de Córdoba, cuando fue asaltado por delincuentes que le robaron su motocicleta.
El hecho sucedió en Fulgencio Montemayor al 2300. La víctima quedó tendida sobre el suelo.
Los delincuentes se movían en al menos una moto.
En 2024, según un registro de este medio, ya hubo cinco personas muertas en el marco de asaltos.
En las últimas horas, los investigadores tuvieron un testimonio sobre la presunta participación de un menor, aunque el trascendido fue perdiendo fuerza con el paso de las horas.
Buscan entre dos y cuatro asaltantes.
