Cuando la madre de Carlos Ezequiel Rodríguez (30) supo por la prensa que habían atrapado al presunto asesino de su hijo, se desplomó sobre una silla en su vivienda ubicada en la localidad de Villa de Soto, departamento de Cruz del Eje.
El detenido, un chico de 16 años, vivió toda la vida en la esquina del domicilio de los Rodríguez, en el barrio 9 de Julio. Recientemente, confesó haber sido él quien acabó con la vida del joven trabajador de la carpintería, a quien conocía desde la infancia.
“Todavía no entendemos lo que pasó y aún no queremos descartar ninguna hipótesis. En la mañana del viernes, hicimos una marcha, en los Tribunales de Cruz del Eje, para pedir que se hiciera justicia y nos explicaran qué sucedió. Eze era conocido por todos y nunca le hizo daño a nadie”, dijo su hermano Leonardo en diálogo con La Voz.
Por su edad, el adolescente que se adjudicó el asesinato se encuentra en manos de un juez de Menores que deberá resolver medidas para amparar al joven. Actualmente se encuentra alojado en el Complejo Esperanza, en la localidad cordobesa de Bouwer.
Ezequiel fue hallado sin vida el pasado jueves 21 de noviembre, cerca de las 2, en su departamento de la calle Rivadavia al 300, zona céntrica de la localidad.
Su cuerpo presentaba numerosas heridas que, según los investigadores, son compatibles con un ataque a puñaladas.
Tenía colocada una remera, pero no llevaba pantalones ni ropa interior. Desde su cama, y hasta el patio, se observaban manchas de sangre que dejaban el rastro de lo que pareció ser un “ataque brutal”, tal como lo definieron los pesquisas.
Los familiares de Rodríguez habían denunciado el crimen y habían comenzado a sospechar de algunos allegados de la víctima, todos hombres, quienes tendrían vínculos afectivos con Ezequiel, tal como lo definieron sus allegados.
Pero el pasado 27 de noviembre, a muy pocos días de cometido el crimen, el fiscal a cargo de la causa, Nelson Lingua, ordenó una serie de allanamientos que permitieron aprehender al sospechoso que finalmente brindó su confesión. Fue imputado por homicidio agravado, según detallaron fuentes de la investigación.
“Estamos conformes con la fiscalía porque actuó en muy pocos días, aunque nos enteramos de la detención por la prensa. Es muy doloroso para nosotros todo esto que está pasando”, comenzó a comentar Leonardo.
Dijo que Ezequiel se dedicaba a la carpintería y a otros trabajos varios. Hace un año se había podido mudar solo, a un departamento en la zona céntrica. Y a pesar de que ya no compartían techo, el joven mantenía una relación estrecha con su núcleo familiar.
“Somos gente muy tranquila que nunca tuvo problemas con nadie. Mi hermano hacía trabajos de oficios varios y alguien entró y lo mató, pero nosotros no terminamos de entender qué fue lo que sucedió. Por eso le pedimos al fiscal que no abandone ninguna línea de investigación”, dijo el hermano, ahogado en la tristeza.
El abogado de la familia, Pablo Olmos, confirmó que la madre de la víctima se constituyó como querellante de la causa. El día jueves fueron recibidos en la fiscalía, donde se les informaron las últimas actuaciones y novedades.
No obstante, Lingua no aportó mayor información a la familia puesto que aún hay secreto de sumario.
El Ministerio Público Fiscal resaltó la tarea de la fiscalía a cargo de la causa e informó que aún se llevan a cabo numerosas medidas de investigación.
¿Actuó solo?
Si bien desde la Justicia no se descartó hasta ahora ninguna hipótesis, la familia teme que detrás de la confesión del asesino haya otras responsabilidades que pueden ser evadidas y recargadas en la única figura del chico.
“Se trata de un adolescente que no irá a la cárcel por este delito, porque por la edad sólo deberá cumplir con las medidas coercitivas que le aplique el juez de Menores. Esas medidas por ahora son permanecer en el Complejo Esperanza, pero como mínimo nosotros vamos a pedir que se mude a otra ciudad”, dijo el abogado de la familia.
El hermano de la víctima agregó: “Con este chico nos hemos criado juntos. Vive en la esquina de casa y la noticia de su detención nos tomó por sorpresa. Queremos saber bien qué pasó y que si hay otros sospechosos que también sean investigados”.
En la familia, comentaron los allegados, se impuso un sentimiento de “injusticia” que aún está procesando. La mamá de Ezequiel siente que “por el crimen de su hijo nadie va a pagar con cárcel”, según comentaron desde el entorno íntimo.
“A Eze lo atacaron de una manera brutal. Si bien puede ser alguien a quien él le haya abierto sus puertas, tiene que ser una persona con fuerza suficiente para doblegarlo”, especularon desde el círculo familiar. Según esta misma presunción, el adolescente de 16 años podría haber actuado con alguien más.
“Si no estaba acompañado, tal vez haya matado porque otros le dieron esa orden. Es importante saber qué hay detrás de este asesinato que nos arruinó la vida a todos”, dijo Leonardo.
El móvil del crimen
En cuanto al móvil del crimen, que es el gran interrogante entre los vínculos cercanos de la víctima, Olmos advirtió que no descartan una posible intención de robo.
“Si bien al comienzo se pensó que podía tratarse de un ataque a raíz de las relaciones afectivas de Ezequiel, la conducta posterior de este chico me da la pauta de que puede haber existido un robo”, planteó.
Las conductas a las que hace referencia el letrado fueron confirmadas por fuentes de la investigación, quienes detallaron que el adolescente se habría tomado el tiempo suficiente para “deshacerse del arma homicida”. “Tiró el arma a la basura, por lo que ahora se deberá encontrar esa arma. También, resetear su celular”, explicaron.
Por ello, Olmos sostuvo que las razones tras el asesinato tienen “un tinte patrimonial” y no una cuestión destinada a dirimir un desencuentro afectivo.