“Justicia lenta no es Justicia”. Desde hace cuatro años, Mario y Modesta, los padres de Delia Gerónimo Polijo, la chica desaparecida en La Paz, Córdoba, no paran de movilizarse para saber qué pasó con su hija.
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La adolescente falta de su hogar desde el 18 de septiembre de 2018. La causa judicial está en un letargo eterno. El domingo, familiares y amigos prepararan una gran movilización. Está prevista a las 17 en la plaza de La Paz, el pueblo que desde hace cuatro años ve marchar a Mario y a Modesta, una y otra vez, sin respuestas.
En tanto, el lunes 19 de septiembre, a las 11 de la mañana, se espera una conferencia de prensa del abogado de los padres de la adolescente para informar sobre la causa. Será en las instalaciones de la Comisión de la Memoria, en el ex-Ferrocarril de la ciudad de Villa Dolores.
Desaparición y enigma en Traslasierra
El campo olía a primavera. Delia había caminado unos cinco kilómetros desde la escuela hasta el paraje rural donde vivía. Y fue allí, quinientos metros antes de llegar a su casa en el monte, donde la vieron por última vez.
Aquel 18 de septiembre de 2018, por las celebraciones del Día del Estudiante, las autoridades del colegio habían liberado a todo el curso antes de tiempo. Ella decidió caminar por la ruta provincial 205 hasta el paraje La Guarida. Tenía 14 años.
Registro audiovisual
La cámara de seguridad de la única estación de servicio de La Paz, de 1.200 habitantes, registró su paso poco después de las 16. Los vecinos la vieron salir del pueblo y, luego, en la curva 1 del hipódromo, en plena zona rural, se perdió su rastro. Más tarde, la Policía encontró en los pastizales la pulsera de cadena y una colita para el pelo que llevaba ese día. También había un par de aritos sin usar que había comprado en un negocio del pueblo.
Qué dice la fiscalía
Lucrecia Zambrana, la fiscal que asumió en la causa en julio de 2019, dice que la investigación sigue abierta, pero en estos años la causa quedó en un letargo eterno sin novedades judiciales qué intenten explicar qué pasó con la chica.
Una denuncia dio un vuelco en el caso
Una denuncia por violencia de género el 23 de diciembre de 2018 produjo un vuelco en el caso. Cansada de los golpes, Anabel, una vecina de Delia en La Guarida, denunció a su pareja, Mauro Martínez (27), por amenazas de muerte. Y dijo que él estaba vinculado con la desaparición de la chica.
Ese mismo día, entregó en la comisaría una cadenita con un corazón partido y otros elementos. La cadenita era de Delia.
Anabel contó en una entrevista televisiva que en una pelea que tuvieron le dijo que “la iba a matar como a la boliviana”. (Los padres de Delia son bolivianos y se radicaron en Traslasierra en 1999).
La mujer rompió en llanto. Agregó que Martínez la hostigaba y le decía que iba a arrojar su cuerpo en el “pozo balde” (perforaciones de agua) de “Pinocho”, como lo hizo con Delia, y que los radares no la iban a encontrar.
El único sospechoso se suicidó
Tras la denuncia de la mujer, la Policía fue el 24 de diciembre de ese año a la casa de Martínez para detenerlo. Lo encontraron ahorcado en un árbol, en el medio del monte.
La familia de Delia piensa que no actuó solo: que detrás de Mauro Martínez hubo gente más poderosa. Gente a la que favoreció el silencio.
La Policía de Córdoba buscó el cuerpo sin vida de Delia. Los rastrillajes en “pozos balde”, de 50 metros de profundidad, no arrojaron resultados en estos años. Tampoco se conoce con precisión cuántos hay en la zona donde desapareció Delia.
Quién era Mauro Martínez
Mauro Martínez tenía dos hijas con Anabel y vivía en el paraje La Guarida. Era vecino de la familia Gerónimo Polijo. En algunas oportunidades, supo trabajar haciendo changas en los hornos de ladrillo del lugar. En 2018 había entrado a trabajar en la recolección de residuos de La Paz y tenía antecedentes por lesiones graves.
En julio de ese año, había herido con un cuchillo a un amigo. Pertenecía a una familia que para muchos vecinos de la zona aparece como problemática. Incluso, algunos sostienen que en el pueblo contaba con apoyo político, ya que sabía “juntar votos”.
Muchos interrogantes en Traslasierra
La muerte de Martínez abrió muchos interrogantes en torno a Delia. Aunque todavía ninguno pudo ser respondido. La versión de que la adolescente habría estado secuestrada en una casa rural en el paraje Corralito Abajo –no lejos de La Guarida, si se camina por senderos de campo– cobró fuerza a mediados de 2019.
La casa era la de Nieves Domínguez, una anciana sola que murió. La vivienda había quedado al cuidado de unos amigos de Martínez y era usada, según trascendió, para hacer fiestas clandestinas.
Raúl Castro, el primer fiscal que tuvo el caso, lo había imputado a Martínez por la desaparición de Delia. Zambrana, la fiscal actual, investiga otras líneas para encontrar otros responsables.
Secuestro, abuso y asesinato: pero el cuerpo no aparece
En 2021, el abogado Germán Romero Marcón asumió la defensa de los padres de Delia. Según el letrado, Delia fue secuestrada y abusada por varios hombres en una casa abandonada en el paraje de Corralito Abajo. Afirmó que una red de silencio protege a los causantes y que hay procedimientos que deben repetirse o realizarse.
Según la Justicia, la vivienda mencionada por el abogado, que sí se usaba para fiestas privadas, fue examinada exhaustivamente, pero no se encontraron indicios de los supuestos hechos.
A cuatro años de la desaparición, Delia aún es un enigma y su familia la busca como el primer día.
Sonomontaje con la cronología del caso
A continuación, un sonomontaje con la cronología del caso, elaborado por la Mesa de Derechos Humanos de Traslasierra:
