Leonardo Nelson Cositorto nació el 17 de abril de 1970 y cuando cumplió medio siglo de vida se encontraba en la cúspide de su emporio económico bajo el signo de Generación Zoe.
Dos años después, a su cumpleaños 52 lo pasó tras las rejas, detenido, imputado y con prisión preventiva por estafa y asociación ilícita, dictada por una fiscal de la ciudad de Villa María.
Este jueves 4 de agosto se cumplen los primeros 120 días de cárcel para el hombre que sigue prometiendo, desde su celda, que pagará los millones de dólares a quienes depositaron sus ahorros en la estructura de Zoe.
Cositorto lleva cuatro meses preso desde que fue capturado por Interpol en un balneario del Caribe. Se había refugiado en República Dominicana y desde allí camuflaba sus transmisiones vía streaming con las que seguía en actividad y captando dólares bajo promesas de enormes ganancias.
Todo eso se terminó cuando lo capturaron por orden de la fiscal de Instrucción de Segundo Turno de Villa María, Juliana Companys.
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En la madrugada del 12 de abril llegó a Argentina, esposado y custodiado por personal de Interpol. Desde Buenos Aires fue trasladado en auto a la cárcel de Bouwer, en Córdoba, donde ha permanecido hasta ahora.
Sus salidas del precinto son por cuestiones de salud y para atender las numerosas requisitorias penales sobre su persona.
El 25 de abril, cuando llevaba poco menos de dos semanas preso en Argentina, fue trasladado a Villa María para su primera indagatoria. Fue una jornada extensa, seguida en vivo por canales de noticias de la provincia y del país.
En dos ocasiones más salió de la cárcel para responder preguntas ante la Justicia de Corrientes y de Salta, donde también se acumulan denuncias en su contra.
Los días de Cositorto en la cárcel
Desde su entorno dicen que se lo ve “preocupado” por los tiempos que demora la resolución de las prisiones preventivas, sobre las que se presentaron apelaciones y espera definiciones.
Recuperar la libertad es, para Cositorto, fundamental. Según declaró varias veces, sería la forma de reponer en funcionamiento su empresa nuevamente y cumplir con lo pactado con inversionistas. Eso sigue prometiendo.
Por ahora, parece una alternativa lejana. Mientras tanto, sus días en la cárcel le vienen afectando en lo físico y emocional, según dicen sus allegados. Pero eso se ha hecho estudios médicos en centros de salud externos al penal, por expreso pedido de su médico personal, según afirmaron.
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Sin embargo, la preocupación por el tiempo transcurrido tras las rejas no le ha quitado del todo su “fortaleza” para creer que su situación actual se va a revertir, aseguraron fuentes que están en contacto habitual con Cositorto.
Con quienes ha entablado buena relación –agregan– es con sus compañeros de pabellón en Bouwer, con quienes dicen que empatiza sin problemas, especialmente con quienes están en similar situación.
De todas maneras, se había quejado tiempo atrás por comida “de muy mal calidad” y las condiciones de higiene, a las que calificó de pésimas. “Matamos 10 cucarachas por día”, había dicho en una entrevista desde la prisión cordobesa.
Apelaciones y testimonios pendientes
Este martes estuvo en Villa María su abogado defensor en Córdoba, Guillermo Dragotto, quien asistió como parte del proceso a la declaración de Ricardo Caruso Lombardi como testigo en la causa.
El técnico de fútbol fue citado porque el propio Cositorto declaró entre sus inversiones al Club Deportivo Español, de Buenos Aires, donde se lo había contratado a Caruso Lombardi como manager.
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Sobre la situación judicial de su cliente, Dragotto mencionó que presentó una apelación a la confirmación de la prisión preventiva por parte del Juzgado de Control de Villa María. La petición fue admitida y debería ser resuelta ahora por la Cámara de los tribunales de Río Tercero.
Dragotto dijo que habla “todas las semanas” con Cositorto, y que este “espera que se resuelva lo antes posible” su situación.
El abogado insistió en que no es la vía penal por la que debería tramitarse esta causa, sino por la civil y comercial. Hasta ahora, la Justicia cordobesa no comparte ese criterio.
“Lo planteamos en las apelaciones y en la oposición. Cuando la fiscal Companys ordena las detenciones, solamente había demora de menos del pago de intereses de febrero. Todos los testigos refirieron que hasta enero habían cobrado todo lo prometido”, apuntó Dragotto.
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Además de Caruso Lombardi, la fiscalía fijó para este mes las testimoniales de Matías Hernán Coppi Zamorano, Matias Notaro, Matías Ferri, Diego Raúl López, Gabriel Andrés González (actor conocido por su personaje de “Rosita” en la TV porteña) y Diego Martín Elías Rivas.
Por ahora continúa la toma de testimonios y se esperan definiciones sobre apelaciones y oposiciones presentadas, mientras más imputados reclaman su libertad.
Los imputados presos, libres y prófugos
En Villa María, según precisó la fiscal Companys, se determinaron 176 hechos de supuesta estafa de Zoe, y se estima que podría haber un perjuicio de más de un millón de dólares.
Además de Cositorto, la causa tiene otros 24 imputados. Los principales acusados lo son por los delitos de estafa y asociación ilícita. Hay otras acusaciones menores.
Actualmente, imputados y detenidos por esta causa quedan 11 personas: Leonardo Nelson Cositorto, Maximiliano Javier Batista (socio y segundio en Zoe) y Norman Próspero (contador). A ellos se suman los villamarienses Claudio Javier Álvarez (principal referente de Zoe en Villa María), Florencia Álvarez, Ivana Analía Álvarez, Silvio Schamne, Silvia Fermani, Silvana Verónica Abellonio, Andrea Mariela Sánchez y Gustavo Antonio de Jesús Saavedra (abogado).
En calidad de prófugos e imputados por la fiscalía de Villa María figuran el exjuez federal porteño Héctor Yrimia, radicado en Dubai, a quien se considera pieza importante en el armado jurídico de las organizaciones de Zoe, pero quien se admite solo como un asesor externo. Yrimia denunció penalmente a la fiscal Companys y pidió un millonario resarcimiento por daños.
El otro prófugo es Miguel Echegaray, quien según Cositorto era quien manejaba y hacia movimientos con su dinero, y se cree que se fugó con varios millones de pesos y cientos de miles de dólares.
Por otro lado, hay otras 12 personas que siguen imputadas aunque recuperaron su libertad. Algunos eran empleados de la sede de Zoe en Villa María y otros policías que se vieron involucrados o entorpecieron algún tramo de la investigación, según el expediente en marcha.
Quienes siguen vinculados a la causa, aunque libres, son Juliana Bolea, Agustín Pereno, Susana Beatriz Lujan, Claudia Beatriz Pereyra, Martín Sebastián Pereyra, Germán René Omar Udrizar, Cristian Omar Delgado. Gabriela Fernanda Álvarez, Natalia Noriega, Federico Moreno, María Eugenia Garafini y Marcelo Javier Valdez.
