Uno de los acusados por el crimen de Rita Mabel Suárez, un adolescente de 17 años, declaró ante el fiscal Pablo Insúa, titular de la Fiscalía Juvenil N.º 1 de La Matanza, y admitió que “se le escapó el tiro”.
Esta confesión es un punto crucial en la causa, que se inició tras el asesinato de Suárez el pasado jueves. El chico había sido señalado previamente por su cómplice, Alex Muñoz, de 19 años, como el presunto autor del disparo fatal.
La entrega del adolescente a la Justicia se concretó luego de negociaciones entre las autoridades y su propia madre, quien lo llevó a sede policial este lunes. La víctima, Rita Suárez, de 47 años, fue asaltada junto a su hijo de 15 años y recibió un disparo que le provocó la muerte tras ser trasladada a la clínica Cruz Celeste en San Justo.
La pista clave: una compra con billetera virtual
La detención de los sospechosos se precipitó gracias a una pista inesperada: una compra en un supermercado chino ubicado a seis cuadras de la escena del crimen. Los tres delincuentes realizaron compras allí después del hecho, y el chico de 17 años pagó utilizando su teléfono celular, vinculado a una billetera virtual.
Esta billetera virtual tenía asociada una dirección en la zona de Rafael Castillo, lo que permitió a la Policía realizar un allanamiento con apoyo de helicópteros. Durante este operativo, Alex Muñoz, el joven de 19 años, fue capturado, mientras que el adolescente de 17 logró escapar por los techos. El tercer sospechoso, de 16 años, no se encontraba en el lugar en ese momento.
Las autoridades mantuvieron contacto con las madres de los adolescentes para negociar su entrega, lo que finalmente ocurrió este lunes.
Quién era Rita, la mujer que asesinaron frente a su hijo
Rita Mabel Suárez, de 47 años, era madre de un adolescente de 15 años y llevaba una vida dedicada a su familia y sus dos trabajos. Se desempeñaba como preceptora en la Escuela de Educación Secundaria N° 142 en González Catán.
Además, Rita tenía un emprendimiento de bordado llamado “Bordando Rock 73″, donde plasmaba su pasión por el rock nacional y bandas como La Renga en camperas y chalecos.
Su muerte causó un profundo dolor entre sus amigos y la comunidad rockera que la conocía, quienes la despidieron en redes sociales con emotivos mensajes, recordándola como una “amiga rockera” y lamentando su partida. Su última despedida se realizará en la casa velatorio Cohelo-Martins, en Isidro Casanova.