Un hombre de 27 años fue detenido este sábado en Pilar por el ataque violento contra G.H., una joven de 19 años que había salido de su casa el martes a las 20.30 hacia la parada del transporte público para buscar a su novio, pero nunca pudo cumplir con su propósito: le pegaron un ladrillazo en la cabeza a 20 metros de su vivienda, ubicada en barrio El Quebracho, zona sudeste de la ciudad de Córdoba.
El agresor es un joven conocido de la zona, que luego del asalto, aparentemente con fines sexuales, se escondió en distintos lugares hasta huir a la casa de un conocido en Pilar, donde fue ubicado por los investigadores de la División de Delitos contra la Integridad Sexual, quienes actuaron con órdenes de la fiscal del segundo turno de Delitos contra la Integridad Sexual, Ingrid Vago.
El hombre, de quien no se difundió su identidad, fue imputado por “rapto, abuso sexual y lesiones graves calificadas por mediar violencia de género”.
El ataque
El hombre la habría atacado con golpes de puño en las inmediaciones de la calle Justino César al 3800. Allí la golpeó, la arrastró y la escondió en una “cueva”.
La familia de G.H. (se preserva su identidad) aún no sabe a ciencia cierta qué sucedió. Su hermana cree que podría haber sido víctima de un abuso sexual y no descarta esta posibilidad, según dijo en diálogo con La Voz. De lo que sí están seguros es de que no fue un simple robo. La fiscalía tomó esta versión en la imputación, pero aún se aguarda prueba científica.
“Ella no tenía elementos de valor y la persona que es responsable de este ataque lo sabía, porque nos conocía. Mi hermana sufre una condición psiquiátrica y deambula por la calle pidiendo limosna a los vecinos”, comentó su hermana, que no sale de la conmoción.
La joven debió ser trasladada al hospital Domingo Funes, a pocos metros del sitio donde fue golpeada, y aún se encuentra bajo observación, en la terapia intensiva del centro hospitalario.
La “cueva” donde sufrió el ataque se encuentra en un descuidado terreno que colinda con un tinglado donde funciona una metalúrgica.
Allí, dijeron fuentes policiales, entre pastizales, tapias en ruinas y árboles copiosos, se denuncia a menudo la presencia de jóvenes que se reúnen a fumar pipazo y a consumir distintas drogas.
Por otra parte, no es la primera vez que ocurre un hecho de violencia urbana a la sombra de este oscuro recoveco: “A menudo se agarran a los tiros. Hace un tiempo atrás, llegaron con un cadáver, se quisieron meter a la cueva e incendiar el auto en el que llevaban al muerto, pero no pudieron hacerlo”, comentaron en el sector.
La propia familia de G.H. aseguró que en más de una oportunidad debieron acudir a las fuerzas policiales a raíz de peleas, corridas o situaciones violentas que se generan en torno a “la cueva”.
Marcado
Fue el propio entorno de la víctima el que identificó quién atentó contra G.H.: “Lo vimos esa misma tarde, antes de que ella saliera de casa. Otras personas vieron cómo se la llevaba del cuello”, aseguraron allegados a la mujer agredida.
Tal es la certeza que tienen, que dieron a los investigadores la dirección de la vivienda del presunto agresor, fotografías para identificarlo y hasta el nombre y apellido del sospechoso.
La madre de la víctima (prefirió el anonimato) se presentó ante los padres del posible responsable del hecho de violencia. “Les dijimos lo que había pasado pero nos aseguraron que no vive más en ese domicilio y que ya no saben qué más hacer con él”, comentaron.