Preocupación. Inquietud. Interrogantes. Muchas alertas están encendidas en los principales despachos políticos, judiciales y policiales de Córdoba sobre el recrudecimiento de la violencia desatada en Rosario y lo que pueda pasar a futuro. El problema no es nuevo. Desde hace tiempo, la violencia narco llegó para quedarse. Sin embargo, los ataques sicarios, los crímenes cometidos como represalias al Gobierno santafesino y el nuevo desembarco de fuerzas armadas y federales trazan un panorama denso en Santa Fe.
En Córdoba, donde ya existe alta preocupación por la inseguridad y la violencia urbana disparada en estos últimos tiempos, se actualiza un temor: que la violencia de Santa Fe se escurra a esta provincia.
Fue el propio gobernador cordobés, Martín Llaryora, quien lo expresó hace pocas horas. “Si el narcotráfico gana la batalla en esa ciudad (Rosario) después va a ir por otras ciudades, y eso no lo podemos permitir”, señaló, para luego felicitar la decisión de sumar a las fuerzas armadas a la lucha contra el narco. Dijo que ya son una fuerza democrática.
La presencia narco santafesina en Córdoba, a la par de las bandas locales, no es algo nuevo.
Hace tiempo que en la provincia de Córdoba se detectaron el paso, la acción y los tentáculos de algunas organizaciones santafesinas.
Años atrás, en los Tribunales federales cordobeses fueron condenados los miembros del clan Gallardo (con su líder a la cabeza). La banda se había hecho fuerte en Frontera, San Francisco y región. No se les pudo comprobar un brutal crimen sicario.
Fuentes judiciales y policiales señalan que más acá en el tiempo no se dejó de detectar presencias de narcos santafesinos en Córdoba, ya sea invirtiendo fortunas en propiedades, veraneando u ocultándose.
Bernardo Alberione, ahora exfiscal de San Francisco, sufrió en carne propia lo que fue meterse con el narco santafesino. Cuando estuvo al frente de la fiscalía de Delitos Complejos, le tocó actuar contra varias bandas.
En agosto de 2023, lo amenazaron a él y a su familia. “El que avisa no traiciona. Metete en tus cosas si querés a tu familia”, le dijeron.
En marzo pasado, se jubiló.
El exfiscal insiste que no fue por los aprietes, sino que ya era tiempo de irse. De todos modos, cuestionó a la Justicia y trazó un mal panorama sobre el narcotráfico.
“Es inentendible que al día de la fecha no haya fiscales de drogas en un departamento caliente como lo es San Justo, de donde es el gobernador, donde está la frontera también más caliente”, dijo días atrás a La Voz.
Alberione dejó un pésimo pronóstico. “El avance del narcotráfico es rapidísimo. Y va haber una pelea por el manejo del territorio, como pasa en Rosario. Esta es una tierra fértil, que fue liberada y ahora nadie se hace cargo. ¿Quién va a tomar las decisiones? Luchar contra el narcotráfico depende de estrategias y debe hacerlo alguien capacitado”, expresó.
Por los aprietes sufridos, apenas cayó un dealer santafesino.
Rosario, cerca de Córdoba
Dos episodios recientes, sin conexión entre sí, evidencian lo cerca que Rosario está de Córdoba.
Días atrás, un policía de Santa Fe fue apresado por sus propios colegas en una cabaña en Calamuchita, donde se había escondido. Lo buscaban por haber integrado una banda de policías que había plantado armas a narcos para vincularlos con amenazas al gobernador Maximiliano Pullaro. No es la primera vez que un prófugo santafesino elige Córdoba para refugiarse lejos de la ley.
Hubo otro episodio llamativo. En el marco de la investigación por el alevoso asesinato de Gabriela Pérez, cometido por sicarios durante un acto del gremio Soelsac en Córdoba, los investigadores dieron con el coche usado por la banda, en Rosario. El Peugeot 3008 fue hallado en una concesionaria con presuntos vínculos con narcos.
Presencias narco en Córdoba
Investigadores de narcotráfico consultados por La Voz coincidieron en tres puntos: Santa Fe no es Córdoba, las violencias son distintas, pero ya hay vínculos detectados.
“En Córdoba, hace rato que hay narcos santafesinos instalados y viviendo. Pasa en San Francisco. Viven de este lado de la frontera tranquilos. Córdoba les da seguridad, salud, servicios, cobertura… Luego se van a actuar a sus ciudades, a sus zonas, como Frontera y otras, para laburar”, apuntó un experimentado investigador federal.
“También se detectó que vienen a Córdoba sin problemas y hasta veranean y compran propiedades sin dejar su negocio en Santa Fe”, dijo el pesquisa, quien remarcó que, además de ir contra las bandas, hay que actuar contra el lavado de activos.
“Hace varios años que algunas bandas santafesinas metieron sus tentáculos en Córdoba. Ya pasó en San Francisco, en Villa María y zonas próximas a Santa Fe. La Capital cordobesa es distinta. Está lejos de Santa Fe. Tiene otra lógica, otra realidad, bandas propias”, señaló el detective.
El investigador puso el foco en lo económico. “Lo que ya hay en Córdoba, y habrá más, son narcos de otros lados, como Santa Fe, invirtiendo en propiedades, negocios, emprendimientos”, destacó.
Otro pesquisa comentó: “El narcotráfico es dinámico. Si el Estado aprieta feo en Rosario, en el tiempo es altamente probable que varios narcos vayan a Córdoba. Es lógico. Sin embargo, Rosario tiene una estructura de ingreso de drogas y de movilidad más fuerte y aceitada. La droga les llega y pasa por la Hidrovía, las autopistas, la ruta 9, la 34. Está todo aceitado. Córdoba tiene sus rutas de la droga, la 9, la 38, la 19, las encomiendas, pero no está tan aceitado ni con tanto clan ni bandas como Rosario. No es tan fuerte aún”, expresó.
En Córdoba, sin embargo, en los últimos tiempos se registraron graves enfrentamientos entre bandas vinculadas al negocio narco local. No sólo hubo heridos: también asesinatos.
Nadie olvida un alevoso y espeluznante crimen el año pasado: para mandar un mensaje, una banda secuestró al miembro de un grupo rival y lo calcinó en Capilla de los Remedios. El crimen, filmado con celular, fue ideado y ordenado desde Bouwer. Cuatro hombres fueron enviados a juicio.
En Córdoba, a todo esto, la excúpula del Servicio Penitenciario de Córdoba está presa por supuesta asociación ilícita. Un fiscal los acusa de coimear a presos para darles celular, drogas, favores.
Preocupación de funcionarios
Carlos Gonella es fiscal federal de Córdoba y expresó su preocupación. “La ciudad de Córdoba no es Rosario. La provincia de Córdoba no es Santa Fe. Estamos lejos. Pero no vamos a quedarnos de brazos cruzados”, expresó. Y destacó las reuniones mantenidas y los convenios suscriptos entre los ministerios públicos fiscales de la Nación y de Córdoba. Indicó que se comparte información, que se trabaja en conjunto y se elaboran mapas de acción.
Gonella dijo que en Córdoba se detectaron indicadores de narcos santafesinos lavando activos. Puntualizó que hacia allí se trabaja. De todos modos, insistió que por ahora Córdoba está lejos de ser Rosario.
Juan Pablo Quinteros, ministro de Seguridad de Córdoba, también expresó su preocupación por el narcotráfico en Córdoba, aunque insistió que no es comparable con Santa Fe.
De todos modos, remarcó que se “fortalecieron” el control y los operativos en la frontera con Santa Fe, además de otros operativos en la Capital.
En una reciente visita a Buenos Aires, volvió a pedir por Gendarmería. Ya hay contactos con la fuerza federal y hubo operativos conjuntos. Pero se reclama más apoyo.
