Clow reaccionó de inmediato. Avezada en causas narco, la perra antindrogas marcó debajo de la guantera del Chevrolet Prisma en el que viajaban Mauricio Ezequiel Lara (39) y Brian Sergio Schneider (30). El hallazgo de casi 1,5 kilos de cocaína y un arma de fuego los envió a la cárcel en 2024, donde ahora recibieron la confirmación del procesamiento.
La Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, integrada por Eduardo Ávalos, y Graciela Montesi y Liliana Navarro, confirmó los procesamientos (con prisión preventiva) ordenados por el juez federal de Río Cuarto, Carlos Ochoa, por transporte de estupefacientes. En el caso de Lara se le sumó siembra y/o cultivo de semillas para producir estupefacientes.
Autos sospechosos y cocaína
Río Cuarto es, desde hace muchos años, una importante ruta de paso y operaciones para el narcotráfico nacional e internacional. Son numerosas las causas de mayor o mediana importancia las que se siguen investigando en la capital alterna de la provincia.
Una de las últimas, a cargo del fiscal federal Rodolfo Cabanillas y el juez Ochoa, fue la de Lara y Schneider, dos delincuentes con historial y condenas en La Pampa.
La tarde del 9 de octubre de 2024, los gendarmes controlaron un Prisma a la altura del kilómetro 708 de la ruta nacional 35, en jurisdicción de la localidad de Holmberg, muy próxima a Río Cuarto.
Cuando intentaron identificarlos, los sospechosos fueron evasivos. Lara exhibió su DNI, pero su acompañante Schneider no.
Pero las sospechas se volvieron ineludibles cuando dijeron que el auto no era propio, y que tampoco poseían póliza de seguro ni revisión técnica obligatoria vigente. Rápidamente, Lara explicó que el vehículo era “alquilado”, pero que no tenía el contrato para justificarlo.
En ese instante, Schneider intentó deshacerse de la sustancia oculta en el torpedo, pero –por la premura– la terminó desparramando. Los efectivos trajeron a la experimentada Clow y reaccionó: marcó debajo de la guantera del rodado. A Schneider también le secuestraron un revólver 32 (portación ilegal).
A partir de los peritajes, se compró que aquella sustancia era, en realidad, 1,464 kilos de cocaína. Fueron detenidos, y se determinó que sobre Schneider pesaba un pedido de captura por otra causa.
En la casa de Lara en La Pampa hallaron 300 semillas de cannabis sativa, dos plantas de marihuana y una balanza de precisión. Para los investigadores, el sospechoso se habría dedicado al fraccionamiento de las sustancias, aunque no para consumo personal.
Declaró que “siempre” llevaba a Schneider de acompañante en los viajes para no dormirse en la ruta, pero los investigadores echaron por tierra esa versión cuando revisaron las cámaras de seguridad de peajes y estaciones de servicio. Descubrieron que tanto Lara como Schneider habían viajado desde ciudad de Córdoba en dos vehículos: el primero, en el Prisma, y el segundo, en un Volkswagen Gol Trend.
La hipótesis más fuerte es que, al regresar de Córdoba capital, ambos lo hicieron en el Prisma, por lo que el fiscal infirió que el Gol fue entregado como parte de pago para la compra de la cocaína porque el valor del auto se correspondería con la cantidad de droga secuestrada.
Tampoco fue verosímil la versión brindada por Lara de que viajaban por cuestiones laborales y que debían retirar dinero que una empresa les debía. La compañía confirmó que Lara no era, como había falsamente dicho, empleado de esa firma ni lo había sido.
No es la primera vez que Lara se enfrenta a la Justicia. Registra antecedentes por robo y estafa en General Pico, y al momento de los hechos, hacía tres meses que había recuperado la libertad.
Schneider arrastra un historial penal más grave. En 2012, siendo menor asesinó a José Luis Echeverría de un puntazo cuando la víctima se encontraba en la vereda de su casa en General Pico.
Por el homicidio, la Justicia de menores lo condenó a ocho años. Pero en 2016 volvió a recibir otro fallo adverso en su provincia: seis meses de prisión por manejar una Yamaha 125 robada.