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Sucesos / El Purgatorio de los Perpetuos

El purgatorio de los perpetuos. El cuarto círculo: hay 14 padres y 7 madres en perpetua en Córdoba por matar a sus hijos

Son 14 varones y siete mujeres los condenados a perpetua como filicidas. Hay, entre ellos, asesinos múltiples. Hay varios casos que siguen en revisión por el contexto de violencia de género.

El cuarto círculo: hay 14 padres y 7 madres en perpetua en Córdoba por matar a sus hijos
Perpetuos. Rafael Arcángel Aballay, condenado a cadena perpetua por asesinar a sus cuatro hijos en Unquillo. (Archivo / La Voz)

En la mitología griega, es una mujer, Medea, la que mata a sus propios hijos para vengarse de su marido, Jasón, el héroe de los argonautas. Pero también esto es un mito: dos de cada tres filicidas perpetuos son varones. Y muchos comparten, con Medea, la motivación: generar sufrimiento en el otro.

Uno de las casos más antiguos y más brutales es el del múltiple filicida Rafael Arcángel Aballay, quien degolló con un cuchillo tramontina a sus cuatro hijos en su casa de Unquillo, en 2001, para provocarle el mayor dolor posible a su esposa, María Rosa Picco. Hoy este caso sería catalogado como un femicidio vinculado, porque hay cuatro víctimas muertas, pero hay otra, el motivo del ataque, que queda viva para sufrirlo, en otra condena perpetua.

También existe el caso inverso. María Soledad Oliva Paradella está presa por haber asesinado a sus dos hijos mientras dormían, una madrugada de diciembre de 2010, mientras su esposo, Fabián Lozano, se había ido a trabajar. Con un cuchillo de cocina degolló a los pequeños An­drés Sa­muel, de 5 años, y Lu­cas Da­vid, de 7 meses.

Hay casos en los que están condenados los dos, padre y madre, como en el de Estefanía Santa Cruz y Sebastián Bachetti, presos por matar a su beba Ludmilla, en 2005. Tanto Aballay como Santa Cruz tienen otra cosa en común: avanzaron en sus tratamientos penitenciarios hasta el último peldaño antes de la libertad, el alojamiento en la institución de puertas abiertas de Monte Cristo, con permisos para salidas controladas.

Algunas mujeres condenadas buscaron atenuantes al ubicar el filicidio en un contexto más general de violencia familiar y de género. Entre las que tuvieron éxito, resalta el caso de Maribel Alejandra Soledad Barrera, quien primero fue condenada a perpetua junto con su pareja, Marco Roberto Soria, por matar a golpes a su bebé de 1 año y 9 meses, en 2013. En una revisión con perspectiva de género, una década después, redujeron la pena de Barrera por entender que también era víctima de violencia y tenía una relación asimétrica de poder respecto de Soria.

Este es el listado de los filicidas perpetuos:

Rafael Arcángel Aballay. El 10 de agosto de 2001, en Unquillo, Aballay, con 39 años en ese momento, mató con un cuchillo tramontina a sus cuatro hijos, Janet (7), David (5), Estrella (3) y Moisés (2), este todavía con chupete. Lo hizo para hacer sufrir a su mujer, María Rosa Picco (30). Luego ingirió unas gotas de gamexane, se cortó las venas y se acostó a dormir, pero no murió. Fue condenado en febrero de 2002 por cuádruple homicidio agravado por el vínculo. Sería, hoy, un femicidio vinculado. En el juicio, se develó que tenía una condena en suspenso por la violación de una niña, hija de una pareja anterior. Hoy está en el Establecimiento Penitenciario 4, de Monte Cristo, en un régimen de puertas abiertas.

Perpetuos. Rafael Arcángel Aballay, condenado a cadena perpetua por asesinar a sus cuatro hijos en Unquillo. (Archivo / La Voz)
Perpetuos. Rafael Arcángel Aballay, condenado a cadena perpetua por asesinar a sus cuatro hijos en Unquillo. (Archivo / La Voz)

Cristian Damián Arce. Condenado a perpetua por el asesinato de su pequeño bebé, Nahuel Ignacio Montiel, de 2 meses de vida, “Nachito”. El bebé murió dos días después de una brutal golpiza ocurrida entre el 9 y el 10 de diciembre de 2005. El niño presentaba una fractura de cráneo, de cinco centímetros de longitud, en la región parietooccipital izquierda.

Leonardo Ariel Rodríguez. Lo condenaron a perpetua por golpear hasta matar a su bebé Alex Agustín porque no dejaba de llorar. Con la complicidad de su pareja, Carina Bustos, quiso simular que la muerte había ocurrido tras una supuesta caída de la cama y de una moto. Sucedió el 20 de marzo de 2003, en barrio Colón. Fue clave la abuela materna de la víctima, Nélida Oroná, quien se constituyó en querellante, posición desde la cual impulsó la causa contra su yerno.

Manuel Ángel Robledo. Fue condenado por matar a su hijastro Dylan Martín Peralta (2), quien murió el 4 de marzo de 2006, víctima de malos tratos. Además de este homicidio calificado por el vínculo, se lo consideró responsable de lesiones leves calificadas, esto último en perjuicio de otros dos niños de la pareja. La madre de Dylan, Natalia Elizabeth Peralta (21), fue condenada a ocho años de prisión por los mismos delitos, pero en el caso del homicidio se consideró que actuó en el marco de “circunstancias extraordinarias de atenuación”.

Mauricio Agustín Casas. Junto con su pareja, Paola Cejas, fueron condenados a perpetua por la muerte de Mauricio, de 2 años, el menor de los hijos que tenían en común. El niño murió el 4 de julio de 2008 a raíz de los fuertes golpes recibidos en su casa, en Villa del Totoral. Su madre lo había llevado casi desvanecido al hospital de esa ciudad con un supuesto cuadro de convulsión. La autopsia reveló que “Mauri” presentó golpes en la cabeza, el tórax y miembros inferiores. Al momento de “la última palabra” antes del veredicto, se acusaron mutuamente de mentirosos. Paola dijo que era él quien golpeaba al niño, pero ella no había querido denunciarlo por temor a que le sacaran la guarda de sus hijos (tienen, además, dos niñas de 5 y 6 años).

Marcela del Valle Juncos. En 2006 fue condenada en Bell Ville por matar a su hija de 13 años en enero de 2003, en San Francisco. En un primer juicio, la Cámara de San Francisco la había absuelto, y esto generó una pueblada. La Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia anuló la sentencia. Esta decisión se transformó en un caso de estudio para la jurisprudencia. Los restos de la nena, quien además había sido violada por su padrastro, fueron enterrados a un metro de profundidad, a unos 1.800 metros de la ruta 158. La pareja fue detenida, pero esa misma noche el hombre se ahorcó en la cárcel. Cortez tenía antecedentes por abuso, violación y robo. No está claro quién mató y quien encubrió.

Nancy Noemí Gutiérrez. En 2007, mató a su bebé Carlos y le provocó lesiones que llevaron a que fuera hospitalizado otro de sus hijos, de 2 años. Su pareja, Juan José Castillo, también fue hallado culpable como coautor de homicidio y lesiones graves. Cumple condena en Cruz del Eje desde 2007. Hoy tiene 45 años.

Estefanía Santa Cruz. Condenada a perpetua por la muerte de su hija, Ludmila, de 5 meses, por supuestos malos tratos en septiembre de 2005. Fue sentenciada junto con quien era su pareja, Sebastián Bachetti. Según la investigación, a pesar de sus escasos cinco meses de vida, Ludmila fue víctima de malos tratos durante un tiempo prolongado, ya que los estudios de diagnóstico hechos en vida y la autopsia detectaron lesiones de distintas épocas. Se le confirmaron fracturas en un bracito y en una costilla, lesiones en la cabeza y también signos de derrame en ambos ojos, a partir de los 50 días de vida. Cumple condena en el Establecimiento Penitenciario de Mujeres de Bouwer.

Perpetuos. Estefanía Santa Cruz, condenada a cadena perpetua por la muerte de su hija Ludmila de 5 meses. (Archivo / La Voz)
Perpetuos. Estefanía Santa Cruz, condenada a cadena perpetua por la muerte de su hija Ludmila de 5 meses. (Archivo / La Voz)

Sebastián Alejandro Bachetti. Condenado por la muerte de su bebé Ludmila. Cumple pena en el penal de Villa Dolores.

José Ariel Liendo. En 2008, en Icho Cruz, mató a sus dos hijos, Axel (5) y Thiago (2), a martillazos y a cuchilladas. En lo que hoy se nombraría como un femicidio vinculado, quedó claro en juicio que lo hizo para vengarse de su expareja y madre de los chicos, quien lo había dejado por “borracho, drogadicto y violento”. Incluso dejó notas en las que se ufanaba de lo hecho. Se lo condenó en fallo dividido porque un juez consideró que no era consciente de sus actos criminales. El 2 de diciembre de 2008, tras cansar a su expareja con mensajes de texto amenazantes al celular, raptó a sus dos hijos, les dio muerte en sus camas y los llevó en moto hasta un monte. Antes, dejó en la casa de sus exsuegros una nota: “Ojalá sufras, te espero en el cielo con los chicos”.

Perpetuos. Ariel Liendo fue condenado, en fallo dividido, por matar a sus dos hijos en 2008, en Icho Cruz. (Archivo / La Voz)
Perpetuos. Ariel Liendo fue condenado, en fallo dividido, por matar a sus dos hijos en 2008, en Icho Cruz. (Archivo / La Voz)

Miguel Ángel Ramírez. El 8 de noviembre de 2008, el pequeño Miqueas, de 1 año y 3 meses, murió a causa de una brutal golpiza en la casa que Ramírez compartía con su pareja Maira Natalí Gostelli, en barrio José Ignacio Díaz, en la ciudad de Córdoba. La pareja escondió el cuerpo del bebé en una mochila, se mudó a una vivienda de barrio Ciudad de Mis Sueños y, una vez allí, lo enterraron en el patio.

Maira Natalí Gostelli. Fue condenada junto con Ramírez, pero apeló y dijo que había sido víctima de violencia de género y que no compartía la responsabilidad en la golpiza a Miqueas. El TSJ ratificó en 2013 la prisión perpetua dispuesta por la Cámara, decisión que fue recurrida nuevamente por la defensa de la mujer. En junio de 2018, Maira Natalí recuperó la libertad, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó revisar la sentencia. Unos meses más tarde, el TSJ, con otra composición, volvió a confirmar la pena de prisión perpetua, y en 2019 fue detenida.

María Soledad Oliva Paradella. Condenada a prisión perpetua por haber asesinado a sus dos hijos mientras dormían, una madrugada de diciembre de 2010. Cuando su esposo, Fabián Lozano, se fue a trabajar, la mujer tomó un cuchillo de cocina y degolló a los pequeños An­drés Sa­muel, de 5 años, y Lu­cas Da­vid, de 7 meses de edad. Ambos estaban dormidos. El mayor tenía varicela y al menor le estaban asomando sus primeros dientes. Cumple su pena en el penal de mujeres de Bouwer.

Perpetuos. María Soledad Oliva condenada a perpetua por asesinar a sus dos hijos en Villa Nueva. (Archivo / La Voz)
Perpetuos. María Soledad Oliva condenada a perpetua por asesinar a sus dos hijos en Villa Nueva. (Archivo / La Voz)

Diego Sebastián Vilchez. En lo que podría considerarse también un femicidio vinculado, Vilchez fue condenado por de­go­llar a su hi­jo Santiago, de 2 años y medio, en Mon­te Maíz, el 5 de mayo de 2012, pa­ra ven­gar­se de su ex­pa­re­ja, ma­dre del ni­ño, quien había tomado la de­ci­sión de aban­do­nar­lo.

Marco Roberto Soria. Fue condenado a perpetua en 2013 por matar a golpes al bebé de 1 año y 9 meses, hijo de su pareja. El castigo fue prolongado y la última golpiza, brutal. El asesino lo castigó con un cinturón con tachas metálicas en el tórax y en el cuello. Finalmente, le propinó un puntapié en el abdomen que, entre otras heridas, le destrozó el duodeno. Cuando lo llevaron al hospital Infantil de Alta Córdoba, el bebé ingresó sin vida. En una revisión con perspectiva de género, en 2023 atenuaron la sentencia a su pareja, mamá del niño, Maribel Alejandra Soledad Barrera, por considerar que también era víctima de violencia.

Paola Verónica Ortiz. Fue condenada a prisión perpetua por la Cámara del Crimen de Villa María al ser considerada responsable del homicidio calificado por el vínculo de una beba dada a luz a fines de 2012. La mujer había parido sola una beba el 31 de octubre de 2012 por la mañana, tras lo que decidió esconderlo en una mesa de luz. Allí lo mantuvo varios días, donde periódicamente le pasaba lavandina por el cuerpo para que no se percibiera su olor. Luego lo metió en una bolsa de plástico y lo arrojó en el parque Hipólito Yrigoyen. El exmarido de Ortiz testimonió que se enteró de este embarazo por su hija mayor, quien entre llantos le contó, además, que anteriormente había presenciado un parto de otra criatura, que también fue puesta en una bolsa de plástico y arrojada al río.

VILLA MARÍA. Paola Ortiz fue hallada culpable por el crimen de su beba.(Gentileza Villa María Vivo)
VILLA MARÍA. Paola Ortiz fue hallada culpable por el crimen de su beba.(Gentileza Villa María Vivo)

Emilio Rubén Peralta. Borracho, el 28 de marzo de 2015 mató a su propio hijo, Javier, de 30 años, en General Cabrera, en el sur cordobés. Tomó una cuchilla de carnicería y le aplicó una herida mortal. Vivían y trabajaban juntos, haciendo changas.

Luis Alberto Moyano. Fue condenado en 2017 a perpetua por el asesinato de su hijo Joaquín Santino Malicho, de 2 años. En un primer momento, su pareja Noemí Susana Malicho (39) fue condenada a perpetua también por comisión por omisión, por no haberlo evitado. Pero ocho años más tarde, la mujer tuvo una calificación más atenuada porque también era víctima de violencia. Joaquín murió el 1 de febrero de 2016 en el hospital Infantil, de la ciudad de Córdoba, a donde había sido llevado por su madre, Malicho, con un fuerte traumatismo de cráneo y otras lesiones que hacían suponer el síndrome del bebé sacudido. La mujer, mamá también de otro niño ocho años mayor, relató que su pareja se había enojado con el pequeño porque lloraba, se lo había llevado y luego lo había regresado desvanecido. Cumple su condena en Bouwer.

Esteban Bracamonte Quinteros. En 2016 fue detenido luego de la muerte de su bebé, Kiara, de 2 meses, en Río Segundo. La pequeña sufrió fractura y hundimiento de cráneo, lesiones en distintos órganos y tenía una fractura de fémur, de una lesión anterior. El primer golpe se habría producido cuando Kiara tenía 9 días de vida. Bracamonte tenía un antecedente: también había agredido a un hijo que tuvo con una expareja cuando era un bebé de 6 meses. Junto al homicidio, sumó la imputación por lesiones leves contra su pareja, la mamá de Kiara, una joven que entonces tenía 17 años. Cumple condena en Río Cuarto.

Karen Elizabeth Ferreyra. Fue condenada por matar a su hija de 11 meses en mayo de 2016, en Deán Funes. Cuando la niña ingresó al hospital, presentaba un combo de lesiones gravísimas. La investigación determinó que estas fueron a causa de los golpes recibidos. De los debates, surgió que una discusión que mantuvo con su novio y los llantos de la niña por una quebradura que tenía en uno de sus brazos desde hace varios días habrían generado la reacción de la ahora condenada de golpear contra el piso a su beba. Cumple condena en el penal de mujeres de Bouwer.

Gerardo Javier Reyna. En octubre de 2020, mató con un cuchillo a su hijo de 9 años y le causó graves heridas a su hija de 6, en Capilla del Monte. Cometió el ataque para vengarse de su expareja y madre de las criaturas. Un rato antes la había golpeado. Tenía una relación con múltiples antecedentes de violencia de género. El fallo lo condenó por homicidio doblemente calificado por el vínculo y por venganza transversal, y por tentativa de homicidio doblemente calificado. Cumple condena en Cruz del Eje.

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CRÉDITOS
EL PURGATORIO DE LOS PERPETUOS

REDACCIÓN Y EDICIÓN PERIODÍSTICA: Ary Garbovetzky

CORRECCIÓN: Pablo Montilla | Augusto Porporatto

EDICIÓN VISUAL: Soledad Soria y Diego Forti

FOTOGRAFÍA: José Gabriel Hernández | Tomy Fragueiro

VIDEO: José Gabriel Hernández | Tomy Fragueiro | Verónica Corzo | María Paula Gaido

ILUSTRACIÓN: Juan Delfini

INFOGRAFÍA: Diego Forti

DESARROLLO: Franco Pautasso | Mauro Moreno | Micael Luján