En medio de la conmoción por el crimen de Aralí Vivas (8) en la localidad cordobesa de Brinkmann, este martes rompió el silencio Nazarena, su tía materna.
Por el asesinato de la pequeña el fiscal Oscar Giego imputó a tres personas. A Rocío Rauch (28), la madre de Aralí, por “omisión de cuidado”. Y a la pareja de Rauch y a un amigo de éste por homicidio simple.
En medio del dolor, Nazarena dijo al programa Arriba Córdoba (El Doce) que su sobrina era “una niña llena de luz y alegría, con mucha vitalidad. Era amorosa, muy amorosa”.
La joven radica en Morteros, una localidad vecina, por motivos de estudio. Y relató que cuando le avisaron de la tragedia ella estaba junto a su hermana y que debían viajar de urgencia.
“Nunca imaginé después lo que había pasado”, afirmó. Y prosiguió: “Mi hermana estaba en Morteros porque había venido a reclamar la cuota alimentaria del padre de Aralí. No le pedía dinero a él sino el dinero del Gobierno que él se quedaba”.
Justicia por Aralí, la nena de 8 años asesinada en Brinkmann
La tía de la pequeña reclamó justicia y que los responsables por el crimen “no vuelvan a ver la luz del sol. Que paguen los que tengan que pagar”, dijo contundente, fijando posición. Y prosiguió: “Una madre no tendría que haber dejado a su niña con una persona que no correspondía, con los antecedentes que tenía”.
Se supo que la niña jugaba al fútbol en una escuelita de Brinkmann, que también tiene merenderos. “Aralí siempre estaba con una sonrisa en la cara. Amaba a sus hermanos, se hacía cargo de sus hermanitos, y también amaba mucho a su mamá”, concluyó la tía.
