Un exceso de velocidad le costó la cuarta condena. Un mendocino fue sentenciado en Córdoba a tres años de prisión por utilizar la cédula falsa de un auto robado en la avenida de Circunvalación de la capital provincial.
En un juicio abreviado, el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba capital, a cargo de la jueza Noel Costa, condenó al multirreincidente Cristian David Barloa Echegaray (46). El delincuente “ostenta” un amplísimo prontuario delictivo, ya que sumó ahora su cuarto veredicto de culpabilidad.
Exceso de velocidad y cédula trucha
La tarde del 21 de octubre de 2017, el efectivo de la Caminera le hizo señas a Barloa Echegaray (quien viajaba con un niño de 11 años) para que detuviera el Chevrolet Onix de color rojo. Le informó que había cometido exceso de velocidad, por lo que le requirió el carné de conducir y la tarjeta verde.
Si bien en la cédula aparecía el número de motor y chasis original del auto, el cabo observó que el dominio era diferente del que figuraba en la oblea de la ITV pegada en el parabrisas. Eso disparó las sospechas de que se tratara de documentación apócrifa.
Los uniformados confirmaron que el dominio consignado en el sticker de la ITV tenía pedido de secuestro por haber sido robado un mes antes. Es decir que el mendocino, con una cédula falsa, se hizo pasar por otro hombre como titular del rodado, para evitar que lo descubrieran manejando un vehículo sustraído.
En el juicio, reconoció su participación en el hecho, y la jueza lo condenó a tres años de prisión por el delito de documento público falso destinado a acreditar la titularidad del dominio automotor. “Barloa Echegaray tenía pleno conocimiento del riesgo y el daño que generaba en la sociedad con su modo de actuar, y pese a ello, tuvo la intención de hacerlo”, indicó.
Unificó la pena con una anterior, de 2021, en seis años y medio de prisión.
Un delincuente avezado
Barloa Echegaray cuenta con un dilatado historial delictivo. Antes de la condena en Córdoba, ya arrastraba otras tres por delitos contra la propiedad, tentativa, robo simple agravado por el uso de arma de fuego, violación de domicilio, portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento simple.
La última sentencia adversa la recibió en su provincia. El Tribunal Oral Federal N° 2 de Mendoza lo halló culpable de haber integrado una banda criminal que se dedicaba a maniobrar con dólares falsos.
Barloa Echegaray fungió como jefe y organizador de la asociación ilícita. En 2019, Gendarmería y la Policía de Mendoza detectaron que Cristian y su hermano Marcelo Barloa Echegaray, Ricardo Yanzón Micieli y Barloa Haydar pusieron en circulación dólares falsos en Mendoza, otras provincias y países limítrofes. A la banda se sumó luego Facundo Barloa Moyano, hijo del mandamás.
Así, Cristian daba las órdenes. Enviaba a su hijo Facundo a buscar los dólares en poder de su proveedor, Yanzón Micieli. Una vez que se hacía de los billetes, el jefe de la organización, en complicidad con Barloa Haydar, Rubén Barloa y Barloa Echegaray, los utilizaban.
Intentaron poner en circulación U$S 2 mil apócrifos. Los investigadores secuestraron U$S 3 mil a Yanzón, según la investigación.
Además del manejo de los dólares truchos, tenían contactos con un escribano o alguien idóneo en la falsificación de títulos y de tarjetas verdes de vehículos, DNI y pasaportes.
Otro caso, otro condenado en Córdoba
Por su parte, el Tribunal Federal N° 2 de Córdoba capital, esta vez a cargo de Carolina Prado, condenó en otra causa a Franco Raúl Rivero (35) por encubrimiento y uso de documento público falso destinado a acreditar la titularidad del dominio.
En julio de 2016, Rivero recibió, con conocimiento de su procedencia dolosa y de manos de una persona hasta el momento no identificada, un Volkswagen Suran robado y un título de automotor apócrifo. El 1 de julio, por la noche, la Policía lo controló en Iriarte y Fuencarral, donde Rivero exhibió el título automotor falso.
En un juicio abreviado, fue condenado a tres años de prisión. Sin embargo, el monto de la pena se unificó en seis años y ocho meses, ya que arrastraba penas anteriores, de 2013 (tres años y siete meses); 2019 (dos años y nueve meses) y 2022 (nueve meses y 19 días).
