“Fíjense ustedes”. Arrinconado como una presa por el peso de las pruebas, o hasta excediéndose en una actitud temeraria, Luis Alberto “Galgo” Duveaux resumió en dos palabras la frustración de no haber alcanzado la “meta” de entregar los 31 kilos de cocaína que llevaba ocultos en el auto de su hijo, por la autopista Córdoba-Rosario.
La escena sucedió la mañana del 30 de julio de 2023 de forma azarosa y le valió ahora su segunda condena por una causa de drogas. En un juicio abreviado que acordó con el fiscal general Carlos Casas Nóblega, el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba capital sentenció a Duveaux (67) a cinco años de prisión por el delito de transporte de estupefacientes.
Un “Galgo” que no pudo “correr” más
Durante un control de rutina, los efectivos de la Caminera detuvieron la marcha del Fiat Duna SL que Duveaux manejaba a la altura del peaje de la localidad de Toledo, en la autopista Córdoba-Rosario.
Al corroborar sus datos, “saltó” en el sistema policial que tenía dos pedidos de captura vigentes, originados en la Cámara Criminal de Río Tercero, en Córdoba, por robo y rebeldía, por lo que lo hicieron bajar del rodado para revisarlo.
La sorpresa llegó cuando le pidieron que abriera el baúl. Sospechosamente, llevaba dos cajas de cartón embaladas. Al preguntarle qué transportaba en ellas, Duveaux respondió: “Fíjense ustedes”. La breve síntesis fue más que elocuente: ocultaba 28 “ladrillos”, por un peso total de 31 kilos, entre cocaína y cloruros.
El millonario hallazgo en drogas fue totalmente casual. “Si Duveaux hubiera presentado la documentación requerida en regla, y al hacerse el control radial y de sistema Elliot (de la Policía) no hubiera habido novedades, lo hubiésemos dejado continuar con normalidad”, admitió uno de los efectivos que participó del control.
El auto que “Galgo” manejaba estaba a nombre de su hijo, pero no pudo comprobarse que hubiera estado implicado en el transporte de los estupefacientes, a pesar de que Duveaux manifestó a los policías (sin validez legal) que uno de sus hijos circuló delante de él aquel día, en otro vehículo, en lo que se conoce como “hacer la punta” (advertir posibles controles policiales).
Un “Galgo” mañoso
No es la primera vez que Duveaux quedaba involucrado en una causa penal. En 2018 fue condenado con una banda de delincuentes integrada por su hijo Leandro Ezequiel Duveaux e Ignacio Mario “Batifondo” de la Fuente, entre otros.
La organización se dedicaba a la tenencia de estupefacientes y su posterior venta en la localidad de James Craik, de acuerdo con El Diario del Centro del País. “Galgo” recibió siete años de cárcel, pero apeló y el Tribunal Superior de Justicia se la redujo a cinco años y medio.
En la actual causa federal, el fiscal Casas Nóblega acordó con la defensa de Duveaux, Ana María Blanco, un juicio abreviado. El imputado reconoció el hecho y su participación y el acusador solicitó a la jueza Noel Costa cinco años de prisión.
“No sólo Duveaux cuenta con antecedentes relativos a delitos en infracción a la ley 23.737, sino también las manifestaciones por él vertidas espontáneamente al personal policial, donde a preguntas sobre qué llevaba consigo en el automóvil, este les habría respondido ‘fíjense ustedes’ o ‘véanlo por ustedes mismos’, como riéndose de la situación; hasta refiriéndoles el destino que tenía la misma de manera genérica, como así también el origen de la misma, la cual sostuvo que era traída en camiones”, dijo la jueza.
“Tales circunstancias revelan el conocimiento del material estupefaciente por él transportado”, agregó, y lo condenó a cinco años.