El fiscal Juan Pablo Klinger decidió imputar al chofer de 55 años de la empresa Coniferal, línea 17, luego de que un video capturara el atropello a Enrique, un jubilado de 84 años, en la avenida Rafael Núñez al 4700.
La imputación inicial es por lesiones leves culposas, caratuladas por imprudencia, impericia o negligencia, mientras se investigan las causas del accidente. El conductor sigue en libertad por el momento.
Qué dijo el jubilado
Enrique, la víctima, se encuentra recuperándose en su domicilio. Está “muy golpeado” y “muy dolorido”. Se espera que se le practique una tomografía como parte de su proceso médico.
La investigación busca determinar si es cierto, como la empresa Coniferal indicó, que el vehículo iba a 15 km/h o menos. También se analiza si el chofer se distrajo o estaba usando el celular al momento del impacto.
Disputa por la velocidad: “No iba a 15 km/h”
El jubilado Enrique rechazó la versión oficial de la empresa sobre la baja velocidad del vehículo. “Si hubiera ido a 15 km, hubiera frenado,” declaró en una nota a El Doce.
La víctima describió el impacto como “violento”. Según Enrique, el golpe fue fuerte porque se protegió “con el fierro y con mi manito”.

El hijo de Enrique coincidió en que la cifra de 15 km/h “no es real”. Consideró que la empresa debe defender esa postura porque “no pueden decir otra cosa”.
El hijo sugirió que el incidente ocurrió porque el chofer se “distrajo” y, al verlo de golpe, “no le dio el tiempo a frenar”.
Sin contacto con la familia
A pesar de la gravedad del incidente, la familia afirmó que, hasta ahora, no han recibido ningún llamado de la empresa Coniferal ni del chofer.
La familia expresó su enfoque prioritario: “Lo primero es que se recupere mi padre”. Mantienen una postura abierta y han evitado reacciones de “bronca ni de venganza”.
Aún no han tomado una decisión sobre iniciar acciones judiciales o una demanda contra la empresa. El hijo indicó que, aunque no descarta acciones futuras, eso es algo que debe discutir con sus hermanas.
El costo de la pérdida de independencia
La preocupación central de la familia va más allá de lo económico. Enrique, de 84 años, era un adulto mayor activo que caminaba, hacía sus trámites y hasta jugaba al tenis.
Tras el atropello, el propio Enrique manifestó el miedo que siente ahora: “Tengo miedo de cruzar la calle”.
El hijo subrayó que el problema inmediato es devolverle a su padre la independencia que tenía, ya que ahora deberá “buscar a alguien que me acompañe para pagar la tarjeta”.
La familia valoró que este caso sirva como una “advertencia” sobre cómo se debe conducir y manejar en la vía pública. La investigación continúa para determinar la responsabilidad legal definitiva en un caso que reaviva el debate sobre la seguridad de los adultos mayores en el tránsito urbano.






















