En la ciudad de Córdoba hay al menos 20 puntos en los que se pueden vender metales. Muchos de ellos son los sitios en los que los recicladores urbanos llevan lo que encuentran en la calle. Aunque dependiendo del lugar, los precios no varían demasiado entre unos y otros.
El precio del kilo de cable de cobre ronda los 300 pesos, pero si está “limpio” (separado del cable) se puede vender, dependiendo de la metalera, por entre 900 y mil pesos el kilo.
Para limpiar el cobre, se usa quemar los cables para separarlos del plástico. En algunos puntos de la periferia de la Capital, donde se realiza esta práctica, los vecinos se quejan del humo y la contaminación que se genera.
El kilo de hierro se vende en las chacaritas por 17 pesos. El mismo precio se paga por el kilo de fundición, que es el material del que están hechas las tapas de registro de agua, de gas, de cloacas o de desagües, que son robadas últimamente.
El kilo de lata (de la que están hechas las tapas de gas, por ejemplo) se vende por entre 13 y 17 pesos.
Y el de bronce, por unos 500 pesos.
Según explica Daniel, dueño de un galpón que recibe productos de reciclaje, el precio de los metales está atado al dólar, por lo que su aumento en los últimos años ha sido importante, lo que también explica que en el último tiempo hayan aumentado los delitos en ese rubro.
No sólo en la Capital se registran robos y un mercado de compra-venta. En muchas localidades del interior se han sumado hechos. En algunos casos, hasta fatales: personas que murieron en el intento de sustraer cableado eléctrico.
El costo de reparar el daño
De todos modos, el costo de los elementos que se vandalizan es considerablemente superior al precio de reducción de los materiales.
Por ejemplo, según indican desde la empresa Compañía Hídrica Argentina, una tapa de fundición nodular que se usa para cloacas o desagües, o como tapa de registro de cableado, puede pesar entre 25 y 80 kilos, dependiendo el modelo (tamaño y peso que debe resistir). El precio que debe pagar por ellas una empresa de servicios públicos o un gobierno va desde los 200 hasta los 300 dólares, es decir, entre 25 mil y 37 mil pesos. A eso debe agregarse el costo de la obra en la vía pública que requiere la reinstalación. Lo que a un delincuente le representa entre 500 y 1.400 pesos al Estado le puede costar 70 veces más.
Claudia, vecina de barrio San Vicente, en Córdoba, sostiene que cerca de su domicilio existe un galpón donde se compra y vende papel, cartón y metales. La vecina dice que no hay ningún tipo de control respecto al origen de los elementos que ahí se intercambian, y eso favorece el robo rapiña en la vía pública.
Desde la Policía, en tanto, sostienen que casi todos los días se realizan detenciones vinculadas a personas que son encontradas robando cables u otros elementos de infraestructura urbana en Córdoba. Las cámaras de la Policía y el aviso de los vecinos son claves para detectar este tipo de hechos y detener a los responsables, según indicaron desde la fuerza.
“No solo provocan un enorme daño al patrimonio público, sino que ponen en riesgo su libertad y hasta su integridad física por unos pocos pesos, como sucedió en el caso de un joven que en diciembre pasado murió electrocutado cuando intentaba robar un cable en barrio Villa Aspacia”, advirtieron desde la institución policial.
