Es el grupo más numeroso de los perpetuos: los hombres que mataron a mujeres. Son 79, algunos con la figura penal de femicidio, otros con homicidios calificados por el vínculo o por algún otro agravante, en casos anteriores a la ley que obliga a mirar con perspectiva de género este tipo de crímenes.
Hasta 2013, cuando se consolidó el calificante por el contexto de violencia de género, el grupo más numeroso era el de los homicidas en ocasión de robo. Desde ese cambio, los femicidas son los que generan más condenas máximas. Y el número, incluso, está sub representado en relación con las víctimas que generan, porque una parte de los varones se matan luego del femicidio. El año pasado, por caso, cinco de los 15 femicidas se suicidaron tras el crimen, otros nueve están detenidos y uno fue abatido por la Policía.
A su vez, 42 de los 76 casos que esperan que quede firme la condena perpetua dictada entre 2018 y 2023 recibieron penas en primera instancia por femicidio.
Gonzalo Lizarralde, el asesino de Paola Acosta, está encerrado en el penal de Villa María. Junto al cuerpo de ella, dejó tirada en la alcantarilla a Martina, la niña que por milagro sobrevivió tres días en ese lugar, un caso que estremeció a Córdoba en 2014.
Por uno de estos femicidios que todavía no se llamaban femicidio, como fue el de Natalia Vercesi, también están presos su exmarido, Alejandro Bertotti, quien habría ideado el crimen, y Leonardo Forti, quien lo ejecutó e hizo parecer que se trataba de un robo. Vercesi fue asesinada en 2009, cuando tenía 26 años, era madre de una hija de 4 y estaba embarazada y de seis meses. Murió de 24 puñaladas.
En este grupo está también el heladero Claudio Ceferino Moyano, quien en 2002 violó y mató a una nena de 10 años: Gabriela Pimentel, en Villa Urquiza, en la ciudad de Córdoba. Y Francisco Mariano Hernández Flamand, el exgendarme condenado por robar, violar y asesinar a la niñera de sus hijos, Natalia Elizabeth Milán (quien tenía 22 años en ese momento), el 16 de agosto de 2007.
“La maté, la maté por prostituta”, le dijo a la Policía al ser detenido Roberto Edgardo Martínez, el médico que fue condenado por el homicidio de su esposa Silvia Costamagna, a quien le asestó 20 puñaladas en Alta Gracia, el 11 de enero de 2009.
Más cerca en el tiempo, Mauro Daniel Bongiovanni, quien fue condenado por el femicidio de su pareja María Eugenia “Marita” Lanzetti, una maestra jardinera de San Francisco, a quien mató el 15 de abril de 2015 en la guardería donde trabajaba, delante de sus alumnitos.
No ahorraron crueldades para matar a sus mujeres. Julio César Saluzzo asesinó a su pareja, Verónica Tottis, de 44 años, el 4 de junio de 2020, y el cadáver de ella apareció calcinado dentro de una camioneta Ford Ranger, a un costado de la ruta provincial 13, entre Villa del Rosario y Luque.
Además de matar mujeres, estos hombres dejaron hijos e hijas huérfanos. Y en el caso de Gerardo Reyna, se considera que cometió un “femicidio vinculado” porque mató con un cuchillo a su hijo de 9 años y le causó graves heridas a su hija de 6, en la localidad de Capilla del Monte, todo para vengarse de su expareja y madre de las criaturas, Brenda Moyano. Hay otros casos similares, pero no se cuentan aquí porque la Justicia no los catalogó de ese modo.
Estos son, uno por uno, los varones condenados por homicidios de mujeres:
Gustavo Fabián Gómez. Va a cumplir 31 años preso: ingresó como detenido el 22 de octubre de 1993. Fue condenado en 1995 por violar y matar a una mujer. El informe judicial no detalló la identidad de la víctima. Está en el Establecimiento Penitenciario 6, de Río Cuarto. En 1999 sumó otra perpetua por un crimen contra otro preso.
Sergio Daniel Torres. Condenado en Río Cuarto por lesiones graves calificadas, abusos sexuales reiterados y coautor material y penalmente responsable del delito de homicidio calificado. Cumple su pena en Cruz del Eje desde 2001.
Emilio Jorge Chacón. En el año 2000, asesinó a Valeria Paola y a Patricia Magalí González, dos hermanitas de 13 y 18 años, quienes aparecieron en una alcantarilla del barrio Villa Rivera Indarte, de la Capital. La mayor había sido violada. Chacón fue detenido el 12 de julio de 2000: tenía entonces 30 años. Está alojado en el penal de Cruz del Eje. Fue condenado a prisión perpetua el 4 de abril de 2002. La prueba de ADN fue clave para demostrar su culpabilidad. En 2021 se le inició otra causa por estafas telefónicas desde la cárcel. La víctima era una mujer de Necochea, en provincia de Buenos Aires.
Claudio Ceferino Moyano. En marzo de 2002, Gabriela Pimentel, de 10 años, fue encontrada muerta cerca de su casa en Villa Urquiza, en la ciudad de Córdoba. Había ido a comprar pan y cigarrillos por encargo de su familia. Fue violada antes de ser asesinada. Por el homicidio, fue condenado a reclusión perpetua el heladero Claudio Ceferino Moyano, de 32 años en ese momento. A Moyano lo juzgaron y condenaron en mayo de 2003 a prisión perpetua por “abuso sexual con acceso carnal y homicidio criminis causae”. Aún la figura de femicidio no estaba tipificada. Cumplió pena en la Capital, pero desde hace siete años se encuentra en la Unidad Penitenciaria de San Francisco. Hizo ya varios planteos para obtener su libertad condicional, pero el Juzgado de Ejecución Penal de San Francisco se lo viene negando año a año desde 2022. Nunca reconoció el crimen.
Rubén Raúl Devia. Condenado en 2005, en Río Cuarto, por homicidio calificado por el vínculo. Está detenido desde abril de 2004 y cumple condena en el Módulo 2 del Complejo Carcelario de Bouwer.
Francisco Mariano Hernández Flamand. Es un exgendarme que tenía 34 años en el momento de los hechos, condenado por robar, violar y asesinar a la niñera de sus hijos Natalia Elizabeth Milán (22) el 16 de agosto de 2007, cuando la joven había ido a reclamar dinero por su trabajo. El cadáver de Milán recién apareció unos 40 días después, el 26 de septiembre de ese año, en el baldío colindante de la vivienda de Hernández Flamand: el cuerpo estaba desnudo, amarrado, vejado y envuelto en dos bolsas de arpillera. En el año 2000, Hernández Flamand había sido absuelto tras ser investigado por una supuesta violación. Cumple su pena en Cruz del Eje.
Guillermo Alejandro Lobo. Fue condenado en 2009 por el homicidio de su esposa, Susana Andrea Guevara, ocurrido el 22 de septiembre de 2007 en la vivienda que ambos compartían en el barrio Sarmiento, de la capital cordobesa. Lobo, por entonces de 32 años, asesinó a su esposa, de 35, e intentó simular que se había tratado de una muerte por causas naturales, originadas en que Guevara era celíaca y había sufrido una crisis originada en su patología. La muerte fue por asfixia. El TSJ cerró el caso en 2012. Cumple condena en el M2 de Bouwer.
Carlos Aníbal Galván. El 10 de diciembre de 2010 fue condenado en Villa Dolores por homicidio simple y homicidio agravado por el vínculo en concurso real. Se lo conocía como “picherica” o “pichinica”. No hay datos sobre su víctima en el informe de la Justicia. Cumple su condena en Villa Dolores.
Oscar Alberto Dávila. Es médico y en abril de 2008 mató a su esposa, la fisioterapeuta Marisel Pons (entonces de 37 años). Fue condenado a perpetua en marzo de 2010 por homicidio calificado por el vínculo. Vivían en Hernando, tenían dos hijos de 15 y de 12 años, y la mujer quería separarse, pero había planteado una disputa por la división de bienes. Pons fue encontrada estrangulada, colgada de una soga, en el consultorio que compartían. Cumple su pena en Bouwer.
Jorge Francisco Benítez. Es un veterano de la Guerra de Malvinas que asesinó a su esposa en Río Cuarto en octubre de 2009, luego de que María Belén Iristuesta lo dejó, tras sufrir constantes episodios de violencia. La defensa de Benítez había pedido que se atenuara la pena dado la condición de excombatiente del hombre, quien tras la separación habría visto exacerbada la sensación de abandono. Cumple condena en el penal de Río Cuarto.
Roberto Edgardo Martínez. El médico fue condenado por el homicidio calificado de su esposa Silvia Costamagna, a quien le asestó 20 puñaladas en Alta Gracia, 11 de enero de 2009. Costamagna tenía un hijo de un matrimonio anterior y entre ambos tenían otros tres. “La maté, la maté por prostituta”, le dijo a la Policía en el momento en que fue detenido. Cumple condena en Bouwer.
Alejandro Alberto Bertotti. La Cámara del Crimen de San Francisco condenó a Bertotti y a Leonardo Forti (22) por el crimen de Natalia Vercesi, quien estaba embarazada de seis meses. El femicidio ocurrió el 8 de julio de 2009. Fue asesinada de 24 puñaladas, cuando estaba embarazada de 28 semanas. El viudo había contratado a Forti para que matara a Natalia, pero como este no concretó el plan, la apuñaló él mismo hasta matarla. El viudo declaró que el crimen había sido en el marco de un asalto. Luego, habló de un ajuste narco. Fue condenado por homicidio agravado por el vínculo, alevosía, aborto en concurso real por precio o promesa remuneratoria. Cumple condena en el penal de San Francisco.
Leonardo Andrés Forti. Fue condenado por homicidio calificado por alevosía, pago de precio y concurso de dos o más personas en concurso ideal y aborto. Según la Justicia, Alejandro Bertotti habría planificado el crimen de su mujer Natalia Vercesi al menos seis meses antes. Y habría contratado a Forti para que cometiera el asesinato. A último momento, Forti no habría cometido el crimen y el propio Bertotti terminó matando a la chica de varias puñaladas. Cumple condena en el penal de San Francisco
Luis Alberto Díaz. Fue condenado por la violación y el posterior homicidio de Marisa del Carmen Borbolla, asesinada y luego prendida fuego en la madrugada del 17 enero de 2010 en Vicuña Mackenna, en el sur provincial. Cumple condena en Río Cuarto.
Leandro Martín Funes. Fue declarado culpable del homicidio calificado por alevosía en contra de su novia de 16 años, embarazada de siete meses, Melisa Paola Zalazar. Fue en abril de 2005, a metros de la plataforma de lanzamiento de parapentes de Cuchi Corral, en La Cumbre. Él tenía en ese momento 34 años. Los restos de la adolescente fueron encontrados recién en 2009, a 85 metros de profundidad, de los 400 que tiene este paraje rural. Funes también fue condenado por el intento de homicidio calificado agravado por el vínculo y alevosía en contra de su hijo de 10 años. Ese hecho fue cometido exactamente en el mismo lugar en que Funes asesinó a su novia. Cumple condena en Cruz del Eje.
Ricardo Alfredo Cáceres. Era peón de un campo de General Levalle y fue condenado por matar a la mujer del capataz de cuatro balazos y abusar de su pequeña hija, de 11 años. Ocurrió el 10 de agosto de 2010. En 2012 fue condenado por homicidio criminis causae, triplemente agravado. Cumple pena en Río Cuarto.
Sebastián Fernando Peralta. Se lo encontró culpable del asesinato, cometido el 15 de abril de 2011, de Laura Flavia Giacomelli (36), una mujer que vivía en una casa en barrio Alejandro Centeno, de la capital provincial, que lo había contratado como jardinero. Él quiso robarle y abusar de ella, la mujer se resistió, y él la mató. Antes de huir, le sustrajo el celular y una máquina de fotos. El tribunal lo condenó por homicidio por alevosía y criminis causae. En 2007, Peralta había estado preso por haber querido robar en una casa. Cumple condena en Cruz del Eje.
Omar Peralta. Condenado por rapto, violación y asesinato de Rocío Barletta, una niña de 11 años. Ocurrió el 5 de abril de 2012 y el acusado dijo que no se acordaba de nada porque estaba drogado y alcoholizado. La calificación fue homicidio calificado criminis causae (para procurar la impunidad al ocultar la comisión del otro delito, el abuso sexual), secuestro agravado y abuso sexual con acceso carnal agravado. Cumple su pena en la cárcel de Villa Dolores.
Miguel Ángel Soria. Condenado en 2012 por homicidio calificado por el vínculo y por violencia de género. Era carrero y mató a su pareja. Tenía una condena por robo, resistencia a la autoridad y robo agravado por la participación de un menor en grado de tentativa. El tribunal le impuso tratamiento psicoterapéutico por la problemática que registra “en orden a la exacerbada violencia de género, y al consumo de alcohol y drogas”. Cumple condena en Villa María.
Cristian Sebastián Moschitari. Condenado en 2013 por matar a su expareja Claudia Rodríguez (36). Moschitari tenía 38 años. El fiscal de Cámara, Francisco Márquez, durante su alegato dijo fue a partir de este trágico hecho que empezó a hablarse en serio de femicidio en Villa María. No fue condenado por femicidio, porque el hecho fue anterior a la sanción de la ley que agravó la pena para ese delito. El crimen se cometió el 29 de septiembre de 2011, al mediodía, frente a la escuela de los hijos de la pareja y a media cuadra del palacio municipal, donde ella trabajaba. El uso de una maza con la que golpeó la cabeza y el cuerpo de la víctima, a la vista de numerosos testigos, sumó brutalidad al hecho. Cumple condena en Cruz del Eje.
Claudio Marcelo Carnero. Condenado por matar a degüello a su expareja Marta Susana Núñez (41) en Cañada de Luque, al norte de Córdoba, en 2013. En primera instancia, en 2015, fue condenado a la pena de 27 años. El Tribunal Superior de Justicia anuló la sentencia y ordenó un nuevo juicio, en el que recibió prisión perpetua por homicidio calificado por el vínculo y por violencia de género (femicidio). Cumple pena en Cruz del Eje.
Martín Gonzalo Gómez. Fue condenado porque asesinó a su madre Leonor Yolanda del Rosario Ahumada (73) a golpes de puño y puntapiés. La mujer murió por hemorragias internas. El crimen se produjo al mediodía del 24 de agosto de 2014, en el domicilio de la mujer, en Vélez Sársfield 1382, barrio Güemes, en Córdoba capital.Tenía una exclusión del hogar declarada cuatro meses antes del crimen, pero el hombre igual se había instalado en la casa de la víctima. Cumple condena en Cruz del Eje.
Juan Ernesto Cabeza. Es un remisero que salió en libertad condicional en 2012 (con 55 años) luego de cumplir una condena por violación y fue sentenciado a prisión perpetua en Chaco por abusar de una mujer y asesinarla durante un ataque que protagonizó a menos de un mes de haber dejado la cárcel. La víctima fue la radióloga Tatiana Kolodziey, de 33 años, en la madrugada del 20 de octubre de 2012, en Resistencia. Tenía antecedentes por violaciones múltiples que cometió en Buenos Aires en los ‘90, cuando aprovechaba su trabajo como taxista para atacar a pasajeras. Cumple condena en el M2 de Bouwer.
David Federico Soria. Es un excabo de policía que fue condenado por la muerte de su mujer, sucedida en 2013. El 24 de marzo de ese año, en la casa que habitaba la familia en la localidad de Villa Sarmiento, el arma reglamentaria de Sosa se disparó a centímetros del rostro de Laura Fernandez (24). La joven murió instantáneamente por la herida en su cráneo. Cumple condena en el M1 de Cruz del Eje.
Lucas Lomello. Condenado en 2014 a prisión perpetua por la muerte de su expareja, Tamara Ceballos. En la madrugada del 4 de abril de 2013, en Bell Ville, el hombre ahorcó a Tamara con una campera de lana. Cumple condena en Villa María.
Alberto Ramón Gonzalía. Condenado en diciembre de 2014 por matar a su expareja Julia Torres, quien lo había denunciado 25 veces por la violencia sufrida a lo largo de unos 20 años de relación. Ella tendría que haber estado con custodia. Gonzalía llegó a juicio imputado por homicidio calificado en grado de tentativa, dado que el proceso comenzó cuando Julia aún estaba con vida. En febrero de 2013, Gonzalía tiró abajo el portón de la vivienda con el auto, se abalanzó sobre Julia y la acuchilló. La mujer estuvo un mes en el Hospital de Urgencias.Tuvo el alta médica, pero unos cinco meses después falleció. Cumple condena en Cruz del Eje.
Marcelo Julio Castro. Condenado por haber asesinado de tres puñaladas a su mujer Carina Elizabeth Pérez en una modesta vivienda de Jesús María (departamento Colón) durante la siesta del 17 de marzo de 2014. La pareja tenía varios hijos (una de ambos y varios de cada uno) y estaba separada desde hacía poco menos de dos meses. “Me eché un moco, necesito entregarme a la Policía y quiero que vos me acompañes”, le dijo a un amigo antes de presentarse en la Justicia. Antes de hacerlo, tuvo tiempo para visitar a dos hijas mayores y se despidió de ellas, anticipándoles que las vería nuevamente “dentro de 20 o 30 años”.
Darío Tomás Ortega. Era “trapito” o “lavaautos” y trabajaba frente al edificio de Tribunales. Fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Nadia Griselda Alba (29), cometido el 16 de febrero del 2014 en barrio Alberdi, de Río Cuarto. Ya había atacado a la mujer y había amenazado con matarla el año anterior. Uno de los testigos clave del homicidio fue José Luis Zamorano, expareja de Alba, quien aquel 16 de febrero estaba a cargo de los dos hijos de ambos. El hombre contó que Nadia se había ido a las 17 del sábado a la casa de su maestro en la escuela umbanda: “el Pai Fabricio”. Cuando ella volvió, Ortega la estaba esperando en el patio y le reprochó haber estado con el pai. Le asestó 18 puñaladas con un arma blanca en diferentes partes de su cuerpo. Cumple condena en Río Cuarto.
Jorge Daniel Barrionuevo. Fue condenado por el crimen de su expareja Marilyn Sabrina Ochoa (22), muerta a pedradas en la cabeza. La lapidación –un método cruento de matar, de raíz bíblica– ocurrió el 30 de junio de 2013 en Capilla del Monte. El cuerpo de Marilyn fue encontrado en la esquina de avenida Pueyrredón y Padre Ferreyra, de esa ciudad, con el cráneo destrozado y sus facciones irreconocibles. A su lado estaban dos enormes piedras ensangrentadas. Cumple condena en Cruz del Eje.
Dante Tinari. Condenado por el crimen de su expareja, Valeria Villarreal (35), en la ciudad de Alta Gracia, en septiembre de 2013. El homicidio dejó a cuatro hijos sin su madre. Entró a la casa de su expareja, la tomó y arrastró hasta a la calle, donde le dio dos disparos mortales con una escopeta. Dos de los hijos de Valeria y algunos vecinos fueron testigos de la tragedia. Cumple condena en Cruz del Eje.
Víctor Hugo Colaso. Condenado a perpetua por haber matado a Antonella Araya, su pareja 20 años menor, en el 2013, tras una discusión en la localidad de Los Surgentes. Tenían un hijo en común. La mujer había querido separarse y él la atacó con una puñalada. Llamó a una ambulancia, pero ella ya había muerto. Confesó el asesinato en el juicio. Cumple condena en Villa María.
Héctor Rafael Frías. Condenado a prisión perpetua por el asesinato de su pareja, María Elena Ordóñez (29), de varias cuchilladas y frente a sus hijas, de 5 y 7 años. Ya tenía numerosas denuncias por maltrato hacia su pareja. El 18 de junio de 2013 irrumpió en el domicilio de ella, en barrio Villa Angelelli 2, y la mató. Luego se fugó y dejó encerradas a las niñas, quienes lo contaron –‘El Rafa’ la mató”, dijeron–, apenas fueron rescatadas luego de convivir 22 horas con el cadáver. Cumple su sentencia en Cruz del Eje.
Ángel Jesús Cuevas. Es el primer condenado con la figura de femicidio en Córdoba. Con 23 años, fue declarado culpable del asesinato de su novia, Natalí Micaela Correa (21). El asesinato ocurrió el 17 de marzo de 2013 en Villa General Savio. La joven, madre de un niño de 3 años, apareció muerta con un balazo en el cuello en el interior de una iglesia evangélica. Junto a ella se había dejado una pistola, en un intento por simular un suicidio. Cumple condena en Bouwer.
Luis Antonio Quevedo. Es un jornalero que en junio de 2014 mató de 17 puñaladas a su mujer María del Carmen Leguizamón Zamora (41) en la localidad de San José –en Traslasierra–, delante de sus hijos. El agresor había escapado después del ataque y se mantuvo durante un mes prófugo y escondido en el monte, donde sólo se alimentó de naranjas. Hubo premeditación: había afilado el cuchillo con el que luego atacó y habría esperado que su hijo de 19 años (el único que podría haberlo detenido) se ausentara. Cumple su pena en Villa Dolores.
Gonzalo Martín Lizarralde. Fue condenado por un caso emblemático: el asesinato de Paola Acosta (36) calificado por alevosía y la tentativa de homicidio de su hija, con los agravantes de alevosía y el vínculo. Paola murió con su hija en brazos el 17 de septiembre de 2014 cuando salió del edificio en el que vivía para recibir la cuota alimentaria por parte de Lizarralde, luego de una disposición judicial y un ADN que confirmó que era el padre de Martina. El cadáver fue hallado el 21 de ese mes en una alcantarilla. Martina estaba a su lado y sobrevivió.
Marcelo Fabián Sambrenil. “La amaba mucho y por eso lo hice”, dijo justo antes de ser condenado a prisión perpetua por el femicidio de Patricia Pappa. El 19 noviembre de 2014, este hombre atacó a la mujer con un cuchillo, la roció con un líquido inflamable y le prendió fuego.”Si no sos mía, no vas a ser de nadie”, le había advertido antes. Fue condenado a perpetua en octubre de 2015 y cumple la pena en Río Cuarto.
Luis Eduardo Díaz. Condenado por el femicidio de su concubina Débora Alejandra Sily, ocurrido en un hospedaje de la ciudad de Córdoba. Débora tenía 35 años y era madre de una nena de 4 al momento del crimen, ocurrido el 26 de octubre de 2013. Cumple su perpetua en Villa María.
Marcos Antonio Sosa. Fue condenado por el femicidio de Laura García (35), asesinada y arrojada en un camino rural de Capilla de los Remedios en mayo de 2014. Laura era mamá de dos hijos adolescentes. Vivía en barrio Ituzaingó, de la ciudad de Córdoba. Estuvo en pareja con Sosa durante algo más de dos años. Hacía un mes y medio que se habían separado. Cumple condena en Cruz del Eje.
Jacinto Fabián Taibo. En noviembre de 2013 ahorcó a su exconcubina, María Ercilia Benitez (25), con quien tenía una hija, en La Playosa. La pareja llevaba cuatro años de convivencia. En su declaración, el hombre admitió ser celoso, dijo que solían tener fuertes discusiones y reconoció que ese día la tomó del cuello a Benítez y la empujó contra una pared. Cumple su condena en Villa María.
Walter Omar Aragallo. Es un exconcejal que recibió cadena perpetua en 2016 por matar a María Eugenia Villafañe, con quien tenía un hijo en común, en una relación extramatrimonial. El fiscal de Río Cuarto Jorge Medina calificó a su accionar como “digno de un psicópata”. Lo acusó de haber premeditado el crimen: pasó a buscar a la joven con un cuchillo, la llevó a una zona alejada de la ciudad para que no pudiera pedir auxilio; le profirió múltiples puñaladas cuando presumiblemente ella estaba embarazada de otro hijo suyo, y la dejó tirada con una bolsa del club de fútbol que él presidía. Aragallo tenía esposa e hijos, era dueño de un comercio de venta de celulares, había sido concejal y candidato a intendente, y mantenía oculta la relación. Cumple condena en Río Cuarto.
Mauro Daniel Bongiovanni. Condenado por el femicidio de su pareja María Eugenia “Marita” Lanzetti, una maestra jardinera de San Francisco. Bongiovanni confesó ser el autor del crimen, pero trató de presentarse como inimputable. Empresario, de 46 años, la mató el 15 de abril de 2015 en la guardería donde trabajaba. Tenía orden de restricción y había sido denunciado en varias oportunidades por Marita, pero ese día ingresó al jardín y la mató de varias puñaladas ante la mirada de los pequeños alumnos de Marita. Cumple su condena en el penal de San Francisco.
Alfredo Achával. Fue condenado en 2017 por el ataque a puñaladas de su expareja, Rosa Emilia Barbieri, ocurrido en enero de 2015 en Monte Cristo. La víctima tenía 34 años y cinco hijas de 16,14,13,12 y 3 años. Trabajaba como empleada doméstica y vivía en una humilde piecita que su exmarido, Daniel «Charli» Gallego (el padre de sus cuatro hijas mayores), le había prestado al lado de su vivienda. Cumple condena en Cruz del Eje.
Daniel Marcelino Gómez. La Cámara de Competencia Múltiple de Deán Funes, integrada con jurados populares, lo condenó a prisión perpetua por el homicidio triplemente calificado (por la relación de pareja con la víctima, por violencia de género en contra de una mujer y por el uso de arma de fuego) de Gladis Britos, con quien había convivido durante 12 años en abril de 2015. La golpeó y luego le disparó en el rostro con una carabina. La enterró cerca de la vivienda que ambos ocupaban en el paraje rural conocido como “Burrayaco”, cercano a la comuna de Tuclame (departamento Cruz del Eje).
Marcos Enrique Haye. En septiembre de 2017 el jurado popular de la Cámara 7ª del Crimen lo declaró autor del homicidio con triple calificación: por el vínculo, alevosía y violencia de género (femicidio) contra su novia Ingrid Vidosa. La mujer fue llevada bajo engaños de su exnovio al cerro de la Cruz, en Villa Carlos Paz, y asesinada de un balazo por detrás. Cumple condena en Cruz del Eje.
Justo Ismael Pereyra. Fue condenado por abusar y matar en enero de 2016 a una mujer chilena, Lorna Mateluna Salas (43), en el balneario del río Quilpo, cerca de San Marcos Sierras –en el norte de Córdoba–. El hombre está imputado por abuso sexual con acceso carnal y homicidio criminis causae. Tenía dos condenas previas, una por robo y otra por lesiones, en Jujuy y en Salta. También está en Cruz del Eje.
José Luis Aguilera. En 2017 fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja, Guadalupe Hertz (29), hecho perpetrado en Washington el 30 de noviembre del 2016, tres días después de que la intentó degollar porque le dijeron “cornudo” en el bar. La mató de siete puñaladas. La víctima tenía cinco hijos. En el juicio, reconoció el hecho. Cumple condena en Río Cuarto
Marcelo César Bernabé. Asesinó a su pareja, Marta Balmaceda, en Villa Allende en 2016, con al menos 49 puñaladas, la mayoría en el cuello, con un cuchillo de tipo carnicero. Mientras era subido al patrullero, en medio de insultos de varios vecinos, se reía y no dejaba de sacarle la lengua varias veces a una de las dos hijas de la víctima. Marta Elizabeth Balmaceda tenía 44 años. Fue asesinada en la siesta del miércoles 30 de marzo de 2016. Bernabé cumple su condena en Cruz del Eje.
Luis Ángel Paganini. La Cámara del Crimen de San Francisco, junto con jurados populares, lo condenaron a prisión perpetua por el homicidio de César David Saavedra (25), quien fue asesinado a palazos el 23 de septiembre de 2016. Está incluido en este listado porque la Justicia lo considera un femicidio vinculado. Paganini irrumpió en la vivienda cuando Saavedra dormía junto a Melina Campos, su pareja y madre de su única hija. En el dormitorio atacó a su víctima con un palo de quebracho provocándole graves heridas que causaron su muerte tres días más tarde. La mujer, en tanto, resultó con heridas menores. Reconoció el hecho en el juicio. Cumple pena en el penal de San Francisco.
Elías Iván Lesta. Fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Lis Grisel Funes (42), cometido el 27 de abril de 2016 en el barrio cerrado La Estanzuela, en La Calera. Esa noche, ella dormía con su novio, Damián Antonio Lazo. Lesta ingresó al predio rompiendo el alambrado y se filtró en la casa donde atacó a la pareja con una cuchilla. A ella le provocó heridas que minutos después le provocaron la muerte. El 19 de abril de 2018 recibió la condena por los delitos de “violación de domicilio”, “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género” y “homicidio simple en grado de tentativa”. Está preso en el penal de Villa Dolores.
Lucas Di Giovani. La Cámara del Crimen de Cruz del Eje lo condenó por homicidio calificado por alevosía, por el vínculo y por la violencia de género. La investigación reveló que ahorcó con sogas de montar a su novia Yamila Candela Garay en el mismo lugar donde se habían dado el primer beso: una cantera abandonada en el camino al cerro El Dragón, en las afueras de Huerta Grande, en el Valle de Punilla.
Enrique Nicolás Albornoz. Fue condenado por asesinar en marzo de 2017 a martillazos a María Susana Carrara, de 53 años, su expareja, con quien tenía dos hijos. El hombre amenazó con quitarse la vida, pero fue apresado en estado de ebriedad en canales de riego de Cruz del Eje. Cumple condena en el penal de esa ciudad.
Julio César Salguero. Le dieron perpetua por matar a su exmujer, Stella Maris Trey, el 21 de junio de 2016, ahorcándola con una bufanda en su casa, en Canals. Fue condenado en 2018 y en el juicio confesó que cometió el crimen: “Me dijo que andaba con otro, me puse loco y la maté”. Durante los nueve años que estuvieron en pareja, tuvieron cinco hijos, todos dados en adopción. Cumple condena en el penal de Río Cuarto.
Emiliano Alberto Cahuana. Condenado por el femicidio de Samantha Yoerg (22), una joven que estudiaba magisterio y adhería a la lucha del colectivo feminista #NiUnaMenos, asesinada el 14 de octubre del 2016, en General Cabrera. En principio, Cahuana se presentó junto a su suegro en la Policía para denunciar que Samantha había desaparecido. Días después, luego de que se produjera una intensa búsqueda en la región, confesó el crimen. La mujer tenía dos hijos con Cahuana, de muy corta edad. La mató porque Samantha le había dicho que se iría a San Luis con otro hombre. Cumple condena en Río Cuarto.
Emanuel Heraclio Retamar. Condenado por el crimen de Brenda Arnoletto, la joven de 24 años cuya muerte en el año 2016 conmocionó a Pozo del Molle. “Me mandé un cagadón”, admitió en el juicio. Había sorprendido a Brenda cuando estaba caminando, la llevó a una obra en construcción, la violó y luego la ahorcó, según la acusación. Recibió perpetua por homicidio doblemente calificado, por criminis causae (matar para ocultar otro delito, en este caso el abuso sexual) y femicidio (por violencia de género). Tenía varios antecedentes: en 2001 había sido condenado a ocho años y seis meses de prisión por robo calificado, hurto y defraudación, en 2008 fue procesado por abuso simple, y en 2012 condenado a cuatro años de prisión por abuso agravado por el uso de arma, en grado de tentativa. Cumple condena en Cruz del Eje.
Gustavo Adolfo Dómini. Fue condenado por haber degollado a Claudia Carrizo, en Las Tapias, el 23 de octubre de 2016. Tenía 45 años. Dómini había convivido con la víctima hasta el 15 de septiembre de 2016, en que ella lo denunció porque le había pegado. El 23 de octubre la mató de 29 puñaladas. Cumple condena en Villa Dolores.
Walter Daniel Sánchez. Colectivero, con 51 años fue condenado por matar de una puñalada a su pareja, Marilina Natalia Padilla (42), el 12 de octubre de 2016 en barrio Artigas, de Córdoba. Padilla era madre de siete chicos. Cumple condena en Cruz del Eje.
Alan Abraham Barrios. Lo condenaron por el femicidio de Tamara Alejandra Córdoba (20), asesinada en un intento de abuso, y posteriormente incinerada en parte del cuerpo para tratar de borrar pruebas, en Villa Nueva. Ocurrió el 22 abril de 2017, cuando volvía de bailar de un pueblo de la zona junto con Barrios, entonces de 21 años, y otras amigas. Cumple condena en Cruz del Eje.
Juan Carlos Sosa. El albañil, entonces de 43 años, fue condenado por el homicidio criminis causae (en concurso real con abuso sexual agravado) de Elsa Marta Sosa de Fagetti (63). El crimen ocurrió en abril de 2017 en la vivienda de la víctima, ubicada en barrio Residencial Vélez Sársfield, de la ciudad en Córdoba, en cuyo dormitorio fue hallado su cadáver con signos de haber sido violada y luego asesinada a golpes y ahorcada con un cable. Marta era una reconocida luchadora por los derechos humanos y había sido querellante y testigo en causas de lesa humanidad, particularmente en Mendoza, donde fue secuestrado su primer esposo. Ríos hacía algunas refacciones en la casa de la mujer. La muerte se produjo por un golpe con un caloventor y por asfixia producida con el cable de ese artefacto. Cumple condena en Río Cuarto.
Alfredo Osvaldo Varela. Condenado por el homicidio de Olga Inés Moyano de 46 años, cuyos restos fueron hallados el 14 de junio de 2017 dentro de bolsas en una obra en construcción de calle La Rioja al 1800, de barrio Florentino Ameghino, en Villa María. Se le atribuyó homicidio triplemente calificado, por alevosía, por criminis causae y por mediar violencia de género. Varela reconoció su culpabilidad en el juicio. Está preso en el penal de Villa Maria.
Héctor Abel Gómez. Lo condenaron en abril de 2019 por el femicidio de la odontóloga Silvia Maddalena (38). El fallo determinó que en mayo de 2018, el femicida, entonces de 27 años, asaltó a la víctima en su consultorio, abusó de ella y luego la mató.
Maicol Abel Cejas. Fue condenado en junio de 2019 por “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por femicidio” por haber apuñalado y asesinado a su exnovia, Claudia Desiree Soria. Cejas apuñaló y mató a la joven, de 20 años, el domingo 27 de agosto de 2017 en Villa de Soto. Claudia lo había dejado por varios episodios de violencia. Tenía un hijo pequeño. Apuñaló a Claudia en un brazo y en el abdomen. La joven fue intervenida en el hospital de Cruz del Eje, pero murió horas después. Está preso en Cruz del Eje.
Ángel Enrique Juárez. El panadero de Ucacha, de 67 años, fue condenado a perpetua por apuñalar y ahorcar a Analía Gómez, una madre de 35 años. El 29 de septiembre de 2017 Juárez se entregó en la comisaría del pueblo, con las ropas ensangrentadas y el cuchillo homicida.”Si no sos mía, no vas a ser de nadie”, le había dicho poco antes de matarla. Está preso en Río Cuarto.
Franco Luis Alberto Valle Medina. Se lo encontró culpable en septiembre de 2019 del crimen de su pareja, la cabo de la Policía Ana Mendoza, el 16 de agosto de 2017 en San Francisco del Chañar. En el juicio se habló de múltiples violencias, además de la física. Está preso en el módulo 2 de Cruz del Eje.
Gastón Nahuel Rojas. Con 21 años, fue condenado en octubre de 2019 a prisión perpetua por asesinar a su novia embarazada de ocho meses, Talí Alexis Moyano. Lo condenaron por homicidio doblemente calificado y aborto. Talí tenía una hija de 2 años y estaba embarazada de ocho meses cuando el 23 de junio de 2018 su novio le quitó la vida asfixiándola con una almohada en su casa de la localidad de Serrezuela, en el noroeste cordobés. Un mes antes, Talí había hecho una exposición en la comisaría de Serrezuela en la que dejó asentado que “no quería tener más relación con Nahuel”. Cumple condena en el penal de Cruz del Eje.
Leandro Daniel Brizuela. Recibió la pena máxima acusado de homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio). Su víctima, Mariana Soledad Ríos (38), alcanzó a llamar a la Policía el 25 de agosto de 2018 desde su casa de barrio Villa Cornú para denunciar que había sido golpeada por su esposo, Leandro Daniel Brizuela (entonces, de 27 años). Fue trasladada al Hospital de Urgencias con un fuerte golpe en la cabeza y en otras partes del cuerpo. A los tres días, falleció.
Daniel Alberto Ludueña. Abril Sosa, de 4 años, fue raptada, violada y estrangulada en una pensión de barrio General Bustos, de Córdoba, el 13 de enero de 2018. Ludueña conocía a Abril Sosa y a sus padres. Solía ir a menudo a la casa de la familia. El hombre se ganaba la vida como pintor y changarín. Aquel 13 de enero de 2018 a la noche, en medio de una tormenta, Ludueña se habría llevado mediante engaños a la pequeña Abril a la pensión, ubicada a poco más de 100 metros de la casa familiar. Ya en su cuarto, habría abusado de ella. Luego, la habría estrangulado y ocultado su cuerpo en un bolso que dejó allí mismo, debajo de la cama. Mientras buscaban a la nena, esa noche, Ludueña participó de los rastreos. Llevó el bolso hasta un baldío de Alta Córdoba. Confesó todo y fue condenado en un juicio abreviado. Cumple su pena en Cruz del Eje.
Darío Alejandro Coronel. Fue condenado en marzo de 2020 por violar y asesinar a Daiana Moyano, entonces de 24 años. Ocurrió en enero de 2019, cerca del ingreso al barrio Ciudad de Mi Esperanza, cuando Daiana descendió del colectivo de la línea 68 casi un kilómetro antes de la parada, ya que las precipitaciones anegaron los caminos de tierra y hacían imposible la circulación del transporte público. Coronel, entonces de 36 años, recibió perpetua por abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por femicidio y criminis causae. La cumple en el módulo 1 de Cruz del Eje.
Rodolfo Edgardo Tissera. Fue condenado por el femicidio de su exnovia Giuliana Silva. La joven de 19 años fue asesinada de tres disparos en julio de 2019 luego de denunciar seis veces a Tissera, quien admitió su culpabilidad en juicio. También admitió varios delitos, entre ellos, la comercialización de drogas. Tenían un hijo en común. Cumple condena en Cruz del Eje.
Julio César Saluzzo. Fue condenado por el femicidio de su pareja, Verónica Tottis, de 44 años. El femicidio ocurrió el 4 de junio de 2020. El cadáver de ella apareció calcinado dentro de una camioneta Ford Ranger, a un costado de la ruta provincial 13, entre Villa del Rosario y Luque, al centro-este de la provincia de Córdoba. Saluzzo participaba todos los años como apadrinador de la jineteada en el Festival de Jesús María, y la víctima era la hermana de Nicolás Tottis, durante varios años presidente del Festival. Cumple condena en Cruz del Eje.
Zenón Jiménez Claros. Condenado por matar a su hijastra Eylín Jiménez Condorí, a quien había abusado durante años. Le atribuyeron homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio). El cuerpo de Eylín fue hallado en un descampado de barrio Nuestro Hogar III el sábado 13 de julio de 2019. Esa noche Zenón Jiménez fue detenido y confesó. La joven era madre de una niña que en ese entonces tenía 1 año y que luego se confirmó, a través de un análisis de ADN, que es hija biológica de Zenón. La mamá de Eylín, Carmen Condorí, se había separado del hombre dos meses antes del crimen y se fue de la casa de barrio Cooperativa Pilcomayo, donde quedó Jiménez con Eylín y su hijita, además de los seis hijos que tenía en común con Condorí. Cumple condena en Cruz del Eje.
Raúl Arnaldo Contreras. Fue condenado por matar a su novia, Amalia Lorena Heredia, a quien tenía cautiva. Ella tenía 16 años y un bebé de 3 meses de vida cuando fue asesinada por su novio en octubre de 2019. Él hacía tiempo la mantenía encerrada con su hijo en una casa de la zona rural de Cruz del Eje, en el paraje Los Hormigueros. La joven decidió escapar a la casa de su abuelo, en el paraje El Tropiezo, y el femicida, entonces de 29 años, la buscó y la mató de dos puñaladas. Le había avisado: en uno de sus mensajes intimidatorios le había enviado una foto de una navaja. Cumple condena en Cruz del Eje.
Jonathan Leonardo González. Fue condenado por el crimen de su pareja, Ana Beatriz Fernández (52), quien fue asesinada a puñaladas en los primeros minutos del sábado 28 de diciembre de 2019, en barrio San Juan Bautista, de Villa María. González, entonces de 30 años, atacó con 18 puñaladas a la mujer ante los ojos del nieto de 4 años de ella. A fines de 2018, ya lo había denunciado por violencia de género. Cumple condena en Villa María.
Osvaldo Raúl Quevedo. Fue condenado por haber asesinado a puñaladas a Carmen Raquel Gómez (67), con quien había tenido una relación de pareja de más de tres décadas. Jardinero, de 60 años en ese momento. El crimen ocurrió a las 7 de la mañana del sábado 5 de octubre de 2019 en una vivienda ubicada en calle Colabianchi al 500, en barrio Lamadrid, donde Gómez trabajaba cama adentro cuidando a una mujer mayor. Días antes, Quevedo le advirtió que si lo dejaba la iba a matar. Ese incidente derivó en una denuncia penal, tras lo cual la Justicia dispuso una restricción que le impedía al jardinero acercarse. No funcionó. Cumple su pena en Villa María.
Miguel Alberto Gutiérrez. En 2022 fue condenado por “homicidio triplemente calificado por la relación de expareja con la víctima, por mediar violencia de género contra una mujer por el hecho de serlo –femicidio– y por alevosía –en concurso ideal–, informó la Justicia.
Gerardo Javier Reyna. La Cámara del Crimen de Cruz del Eje condenó a prisión perpetua. En octubre de 2020 mató con un cuchillo a su hijo de 9 años y le causó graves heridas a su hija de 6 en Capilla del Monte. Cometió el ataque para vengarse de su expareja y madre de las criaturas, Brenda Moyano. Reyna (entonces de 41 años) fue hallado culpable de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por venganza transversal, y por tentativa de homicidio doblemente calificado. Reyna y Moyano mantenían una relación sentimental desde 2010 caracterizada por constantes hechos de violencia de género. El 30 de octubre de 2020, citó a su ex en la casa para dialogar. Una vez en el domicilio, sin mediar palabra, comenzó a golpearla. La mujer alcanzó a ser rescatada por otras personas. Esa misma tarde, Reyna, con un cuchillo, atacó a sus propios hijos. Cumple su pena en Cruz del Eje.
Ariel Nicolás Torres. Condenado por matar de un balazo en la cabeza a su novia Jael Lara Gigena, de 21 años, en Río Cuarto, en noviembre de 2021. La atacó en una fiesta que se estaba haciendo en una casa ubicada en calle Thomas Edison al 500. Entonces de 24 años, fue entregado por su hermana, con quien se había querido refugiar. Cumple su condena en Río Cuarto.
Nicolás Agustín Zabala. Fue condenado por el femicidio de Oriana Giannini, de 20 años. Se habían conocido en la escuela. Fueron novios durante dos años y luego su relación continuó dos años más, sin que nadie lo supiera. El 29 de enero del 2022 sorprendió a Oriana en el patio de su casa y la atacó con golpes de puño. Luego la habría arrastrado de sus extremidades inferiores hacia el interior de la vivienda. En el ingreso al baño, habría continuado su ataque mortal con un cuchillo de mesa, tipo serrucho, con un destornillador, un sacabujía o llave tubo, y con una pala de punta, todos elementos que se encontraban en el lugar. Cumple condena en el módulo 2 de Bouwer.
Daniel Vicente Barrera. Condenado por el femicidio de Olga Herrera (63), con quien llevaba 10 años separado, pero vivía a solo dos cuadras, en Ciudad de los Niños. El lunes 17 de octubre de 2022, la atacó cuando salía de la casa de uno de los hijos, ya mayores, que tenían en común. La apuñaló en plena calle. Barrera, de 70 años en ese momento, confesó el crimen. Cumple condena en el módulo MX1 de Bouwer.
Leonel Federico Rivero. Está condenado por el asesinato de Romina Cisterna, ocurrido en 2015 en Santa Rosa de Calamuchita. Tiene perpetua por tentativa de abuso sexual con acceso carnal, homicidio calificado y robo, criminis causae, pero no le aplicaron la figura de femicidio. Romina fue ultimada de un palazo en la cabeza y golpes que les desfiguraron el rostro, en la madrugada del 6 de diciembre de 2015, cuando salía de un boliche en Santa Rosa. Ambos jóvenes se conocían. Varios testigos declararon que ella no quería estar con quien luego resultó ser su homicida. La Justicia entendió que la mató para ocultar el robo ($ 300 y un celular), pero no encontró certeza de que la hubiese violado. Cumple su condena en Bouwer.