Un simple descuido lo terminó desenmascarando. Una infracción de tránsito permitió a los investigadores provinciales y federales de Córdoba identificar al mendocino Juan Pablo Ripoll (40) como el escurridizo estafador que sacó un préstamo y compró un auto a nombre de otra persona para ocultar su verdadera identidad.
En un fallo unipersonal, el Tribunal Oral Federal N° 1 de la ciudad de Córdoba, a cargo del juez Julián Falcucci, hizo lugar a la subsistencia de la suspensión del juicio a prueba a favor de Ripoll y deberá abonar $ 286 mil al damnificado y la misma cifra a una mutual.
La estafa del auto
La causa arrancó tras la denuncia de un hombre en octubre de 2017. Contó que lo llamaron por teléfono de la empresa Crédito Directo SA, que no conocía, y le informaron que arrastraba una deuda que debía saldar. Le respondió que no sabía de qué se trataba, pero no le dio mayor importancia.
Sin embargo, dos meses después, desde American Express le recordaron que adeudaba $ 141 mil. El hombre dijo que nunca había tenido esa tarjeta. Poco después, un estudio jurídico lo llamó por la “deuda” con American.
Cuando concurrió a su banco para obtener un préstamo para comprar una casa, le advirtieron que mantenía no sólo esa “deuda” con la tarjeta internacional, sino también con Crédito Directo SA y con Tarjeta Grupar SA.
Ante la “lluvia” de “deudas”, presentó reclamos y envió cartas documento a las compañías. Les aclaró que nunca había perdido el DNI, y que no comprendía cómo había llegado a quedar en esa situación.
Desde Crédito Directo le contestaron que había sido víctima de una estafa y que ella iba a encargarse de la deuda. Así, la empresa lo sacó del Veraz.
Por su parte, Tarjeta Grupar lo notificó que efectivamente había sido víctima de un fraude y le entregó una fotocopia del supuesto DNI que un impostor había presentado en su momento. Si bien la víctima pudo constatar que consignaba sus datos, la foto pertenecía a otro hombre, por lo que denunció el fraude en Delitos Económicos de la Policía de Córdoba.
Cuando ingresó al Banco Central para confirmar su situación crediticia, “saltó” otra “deuda”, esta vez con Tarjeta Asociación Mutual 18 de Julio, de Rosario.
En su nombre, un estafador obtuvo un préstamo de $ 182.418, a restituir en 36 cuotas, para la compra de un Renault Fluence 2.0. Sospechosamente, sólo había sido abonada la primera cuota y existía una mora de 180 días. Para hacerse del Fluence, el timador había entregado un Volkswagen Fox y había financiado la diferencia con el crédito en la mutual rosarina.
Con todos los datos, el damnificado presentó otra denuncia en la Policía y el caso quedó en manos del fiscal federal N° 1 de Córdoba capital, Enrique Senestrari. El damnificado averiguó que el auto estaba a su nombre, pero la fotocopia del DNI archivado en el registro mostraba ciertos datos de la víctima aunque la foto de otro hombre.
Sin mayores rastros, la Policía detectó una infracción recaída sobre el Fluence. Había sido cometida el 24 de diciembre de 2017 en la ruta 14 y labrada a nombre de Ripoll por manejar sin cinturón.
¿Cómo se explica que Ripoll manejara un vehículo adquirido e inscripto a nombre de la víctima pero con la foto del DNI de él? La única posible es la del fraude. A eso se sumó que los investigadores constataron que quien había certificado la copia de la transferencia del rodado era una escribana procesada por haber certificado la firma de muertos en otro caso, por lo que había sido suspendida en 2009.
El entonces juez N° 1 de Córdoba capital, Ricardo Bustos Fierro, procesó a Ripoll por esa y otra supuesta estafa: un préstamo en Crédito Directo por $ 12.664 a pagar en 12 cuotas, para la compra de una PlayStation en un comercio de barrio Jardín Espinosa, al sur de esta Capital. Para consumar la maniobra, habría usado un DNI falso a nombre del primer estafado, pero con la foto de Ripoll.
Sin embargo, la Cámara Federal revocó el procesamiento por tres de los cuatro hechos (crédito de Grupar, el préstamo para la adquisición de la PlayStation y la obtención de la American Express) y confirmó el procesamiento por el crédito de la mutual.
Para el tribunal de alzada, en los tres hechos por los que revocó los procesamientos (uso de documentos públicos agravado por ser de los destinados a acreditar la identidad de las personas y estafa) había inexistencia de elementos que pudieran probar la participación de Ripoll.
Si bien la Cámara ordenó profundizar la investigación, el fiscal Senestrari sostuvo que no había más pruebas que pudieran incorporarse a esos tres hechos, con lo que solicitó el sobreseimiento, dictado luego por el juez. De esta forma, el acusado fue enviado a juicio sólo por el préstamo a la mutual.
En 2023, el Tribunal Federal N° 1 hizo lugar a la suspensión del proceso (probation) a favor de Ripoll por un año. Debía abonar $ 150 mil a la mutual y la misma cifra al estafado.
Sin embargo, cayó en un incumplimiento de pago y se venció el plazo para hacerlo porque, al estar detenido en otra causa (haber integrado una banda que clonaba o falsificaba tarjetas de crédito con identidades fraguadas), no pudo trabajar y se quedó fondos.
Su hijo ofreció abonar el dinero que, actualizado, llega a $ 286 mil para cada víctima. El auxiliar fiscal Augusto Ritcher recordó que si bien el plazo por el que el Tribunal le concedió la probation había vencido, era atendible el motivo por el que Ripoll no pudo abonar a tiempo. El Tribunal hizo lugar a la propuesta de pago.